20

930 159 49
                                    


JinYoung aún permanecía mudo, pensando una y otra vez lo sucedido en la librería. O mejor dicho en la billetera de JaeBum. La imagen del castaño entregando esa cantidad de dinero en efectivo se repetía en su cabeza una y otra vez. Lo miró de reojo y no pudo entender cómo podía ir tan tranquilo cuando pagó un dineral. Estaba más que seguro que el mayor tenía muchísimo más en su cuenta bancaria. De seguro podría comprar hasta un yate.

— ¿Estás bien? No has hablado hace mucho. —JaeBum lo sacó de sus pensamientos y asintió energéticamente. — ¿Te gustaría ir a otro lado, entonces?

— ¿A dónde?

— No lo sé, por ahí. A un parque, tal vez. —JinYoung volvió a asentir y ambos partieron hacia el parque más cercano.

Lo ocurrido en la librería fue rápidamente olvidado por el pelinegro, el cual decidió dejar pasar el tema y retomar la conversación con el castaño. Increíblemente, el tiempo que han pasado juntos durante el día estaba alejado de discusiones o malos ratos, por primera vez —estando ambos totalmente sobrios— no había roces entre ellos, sino que parecía como si fuesen en realidad amigos.

Al llegar el menor no pudo evitar dejar caer su boca de la impresión, nunca antes había venido, ni siquiera pasando cerca del lugar. Era precioso y lleno de áreas verdes, junto a una gran cantidad de flora. JinYoung miró todo sorprendido, siguiendo a JaeBum el cual lo guiaba hacia a algún lugar. Supo de cual se trataba cuando el castaño se sentó bajo uno de los árboles y se sentó a su lado cuando el mayor dio unos golpecitos al espacio a su lado.

— ¿Qué crees que debería hacer? —la pregunta de castaño le tomó por sorpresa, al punto de mirarlo en busca de una respuesta. Sus miradas se encontraron por unos momentos y JaeBum miró hacia el frente. — ¿Debería hacer lo que mis padres digan por "el bien de la familia" o debería hacer lo que yo realmente quiera?

— Lo que tú de verdad quieras hacer. Es decir, es tu vida, no la suya. A la mierda la reputación y el qué dirán, se trata de tu futuro y, por ende, tu felicidad. No dejes que su ambición destroce lo que quieras hacer. —respondió desde el fondo de su corazón, porque de verdad no le desearía a nadie, ni siquiera a su propio enemigo, que no pueda escoger su propio camino.

— Creo que eres la primera persona que me dice eso, en serio. —una pequeña sonrisa apareció en los labios de JaeBum, feliz de encontrar por fin a alguien que verdaderamente lo comprendiese y que viera su lado de las cosas.

Se quedaron conversando un poco más, de hecho pudieron estar todo el día bajo el árbol hablando de cualquier cosa, pero JinYoung creyó que era hora de volver a casa. Llamó a Arthur para que pasara a recogerlo frente al centro comercial, tal como habían acordado desde un principio, y se puso de pie luego de colgar.

— ¿Paso por ti para ir a la fiesta? —le preguntó el castaño, colocándose de pie también.

— Por favor, y no vuelvas a creerte el maldito protagonista de Rápido y Furioso, ¿sí? Casi muero de un infarto. —pidió encarecidamente, recibiendo como respuesta una carcajada por parte del mayor y un asentimiento. Sabía de qué volvería a hacer lo mismo apenas se subiera a su auto.

— Cuando te acostumbres te gustara. —JinYoung le dio un golpe en el brazo y se despidió, alejándose de allí luego que JaeBum agitara su mano a modo de despedida.

Volvió al centro comercial y se quedó allí esperando a que Arthur viniera a recogerlo. Mientras esperaba, no pudo evitar mirar la colección de libros que se hallaba entre sus brazos. Una sonrisa adornó su rostro, aunque no debería estar feliz por ello. Pero era un regalo, de JaeBum. Debía disfrutarlo, es decir, él lo compró con su propio dinero y ni se acomplejó de ello. Cada vez se convencía más de que el castaño no era igual a los demás.

Ruta De Escape ; BNiorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora