11

918 190 69
                                    

— ¿Cómo estuvo la fiesta de anoche? —preguntó la señora Ayaka durante el desayuno.

— Me divertí mucho. —respondió con una pequeña sonrisa. — Hubieron algunos inconvenientes pero la pasé muy bien.

— ¿Inconvenientes? —la mujer lo miró con duda.

— Unos tipos andaban acosando a YoungJae y fui a defenderlo. Ellos me llevaron con sus amigos y tuve que soportar estar con todos esos desconocidos. —tomó un poco de té al sentir la garganta seca y prosiguió. — No sé cuánto estuve con ellos pero llegó mi salvación.

— ¿Quién? —preguntó de inmediato, había quedado con curiosidad. Ya estaba acostumbrada a que los desayunos fueran de chismes y no se quedaría con uno a la mitad.

— JaeBum. —dijo de mala gana y frunció el ceño al escuchar a su señora reír. — ¡No es gracioso! Resulta que eran sus amigos. Dios, tuve que suponerlo. Ellos son tan animales como él.

— El muchacho te sale hasta en la sopa. —JinYoung rodó los ojos y asintió de mala gana.

— Le di las gracias y luego le pedí perdón por haberle tratado tan mal.

— Bien hecho, sólo no sobre reacciones la próxima vez.

— Mientras mantenga sus tentáculos lejos de mí todo bien. —dio otro sorbo de té y recostó su espalda en el respaldo de la silla. — ¿Algo para hoy?

— Un par de reuniones en la tarde, eso es todo.

JinYoung asintió y terminó de desayuna, luego volvió a su habitación. Abrió el baúl, con la llave que escondía bajo el colchón, donde guardaba todas las fotos de los diferentes lugares del mundo y sacó varias, comenzando a contemplarlas. Le faltaba mucho dinero aún para poder largarse de Corea. No quería irse a otro país sin el dinero suficiente para pasar una temporada allí para hacer eso con sus siguientes destinos.

Por eso le faltaba mucho dinero aún y eso se traducía a lo menos tres años de servicio, si es que seguía trabajando para la señora Ayaka hasta ese entonces.

La única alternativa que le quedaba era robar un banco pero no haría tal barbaridad, estaba desesperado pero no al punto de pasar a llevar la moral.

Se mordió el interior de la mejilla y guardó las fotos, cerrando el baúl con llave para guardarla bajo el colchón.

Se quedó en su habitación hasta el mediodía y fue a almorzar, luego se alistó para acompañar a la señora Ayaka a esas dos reuniones.

[...]

Bufó del aburrimiento, mirando a la gente a su alrededor. ¿Cómo no se cansaban de mover tanto la boca? Hablaban todo el santo día de pura mierda, eso era lo único que había en su cabeza. ¿No se aburrían de estar quietos y de escuchar esa música tan tranquila?

Los recuerdos de anoche inundaron su cabeza, montones de jóvenes pasándola realmente mientras bailaban.

Daría hasta un órgano por asistir a otra fiesta.

El problema radicaba que no tenía más amistades con quien ir, ni siquiera de su edad. Los jóvenes ricos la pasaban fuera de casa y odiaban estás reuniones, por eso nunca se había topado con alguien de su misma edad.

JaeBum había sido la excepción pero tampoco quería tenerlo cerca, porque sabía que volvería a acosarlo. Pero por lo menos lo distraería un poco.

En eso recordó a la señora Im, la cual formaba parte de los invitados. La buscó con la mirada y apenas la encontró fue hacia ella con largos pasos.

Ruta De Escape ; BNiorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora