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Ambos comenzaron a caminar por el jardín, manteniendo cierta distancia. JinYoung estaba esperando a que JaeBum iniciara un tema de conversación, porque siempre era quien lo hacía. Pero el castaño mantenía los labios cerrados, con la vista fija al frente, acto que le desconcertaba al menor. ¿Qué debía hacer entonces? Porque la persona que mostraba siempre interés en él ahora estaba callada.

El castaño se mantenía en silencio y no era porque no tuviese ganas de hablar, sino que esperaba a que JinYoung diese el primer paso. Durante los días que estuvieron hablando por mensajes de texto se veía bastante interesado, detalle que le subió el autoestima por los cielos, así que esperaba que, al igual que sus charlas por celular, él iniciara la conversación.

— Pensé que no estabas. —una pequeña sonrisa se formó en los labios del mayor, que este mismo trató de ocultar. Estaba contento de que las cosas con el pelinegro llevaran un buen rumbo.

— No me gusta estar entre ellos. No tenemos los mismos intereses. —respondió despreocupadamente, llevándose las manos a los bolsillos de sus caros pantalones. — Somos de la misma clase socio-económica pero no del mismo mundo, ¿no crees?

— Ellos no se la pasan todas las noches de fiestas, ni borrachos y fumados hasta perder la conciencia. —dijo el menor con diversión en sus palabras. JaeBum soltó una pequeña risa. — Sí, no lo son.

— Somos pocos los privilegiados.

De allí pasaron a otros temas. Lo único que acompañaba a sus voces eran sus pisadas, mientras se adentraban cada vez más en el gigantesco jardín. JinYoung recordó el de la mansión, igual de grande y bonito. Era también un buen lugar donde podía dedicarse a su lectura, era muy improbable de que alguien lo molestase. Como ahora, a este punto nadie podría hallarlos o interrumpirlos a menos que se adentraran al jardín, el cual poseía arbustos bastante altos, pero muy bien podados.

— No me has preguntado porque estoy aquí, en vez de estar en otro lado pasándola bien. —dijo JaeBum de repente y JinYoung le miró con los ojos bien abiertos.

— ¿Por qué estás aquí? —preguntó, por algún motivo, en voz baja. Como si alguien fuese a escucharlos.

— Quería verte. —respondió de forma directa y al pelinegro se le escapó una pequeña sonrisa. Se recriminó por ello, no debería haber sonreído. — Hablar por mensajes contigo no es lo mismo que conversemos en persona.

— Estaba ocupado. —se excusó, en parte era cierto. Tenía que acompañar a la señora a Ayaka a distintas reuniones a lo largo del día, pero le quedaba tiempo como para poder reunirse y conversar. Pero JinYoung prefería desenvolverse por mensajes, así podía ocultar cuando le causaba desagrado ciertas frases que el castaño le dedicaba. En cambio ahora no, debía sonreír por todo o comportarse lo menos descortés posible. Aunque JaeBum no ha dicho nada que le moleste o incomode.

El pelinegro no tenía idea cuanto tiempo llevaban allí afuera, caminando y hablando, pero supuse que bastante tiempo ya que llegaron al centro de jardín, donde había una gran fuente de color blanco rodeada de flores de diversos colores. JaeBum se sentó en el borde de está y dio palmaditas a su lado, invitándolo a sentarse. Aceptó y se sentó junto a él, pero no tan cerca como para invadir su espacio personal, sino que a la distancia normal cuando dos personas charlaban. Mientras hablaban otros temas el menor se fijó en el estrellado cielo, era un espectáculo verdaderamente hermoso. Luego miró a los arbustos a su alrededor y un caminillo que se veía a la lejanía, realmente estaban lejos de la mansión.

Pero no le preocupó en lo absoluto.

— ¿Quieres volver? —JaeBum había notado la mirada del menor en el camino de vuelta y le preocupó un poco, porque quería que siguieran hablando.

— No, solo estaba mirando. Tu jardín es bonito. —dijo el pelinegro con una pequeña sonrisa.

El castaño no dijo nada, pero mantuvo su mirada fija en el bello rostro de JinYoung. Durante los días que llevaban conversando por mensajes pensó mucho si en dar el siguiente paso o no, porque la actitud más agradable del menor hacia él le confundía. Sentía que su relación había avanzado pero no estaba seguro si lo suficiente para intentar algún movimiento más arriesgado.

JinYoung observó sus zapatos, notándolos un poco sucios de tierra pero no quiso limpiarlos. Entonces alzó la vista y se encontró en los ojos cafés de JaeBum fijos en él. Pensó en preguntarle si se encontraba bien, incluso abrió la boca para decirle pero las palabras se quedaron estancadas por los labios del mayor sobre los suyos. El movimiento había sido bastante rápido, por lo que no pudo reaccionar. Se quedó quieto, con los ojos abiertos, observando al mayor quien los tenía cerrados. Ninguno movía sus labios, solo era un simple contacto que se estaba prolongando. JinYoung no sabía bien cómo reaccionar, estaba en estado de shock, y JaeBum se estaba asustando al sentir que el menor no se movía en lo absoluto.

Por eso él se atrevió a buscar una respuesta por parte del pelinegro, presionando un poco más su boca contra la ajena a la vez que movía los labios con lentitud. JinYoung pestañeó un par de veces, moviendo sus labios con algo de torpeza por los nervios antes de terminar con el contacto. Ambos compartieron miradas por unos segundos, hasta que JB miró hacia el frente, con la incertidumbre de cómo reaccionaría.

Pero todo estaba en silencio y eso le estaba asustando. Lo miró, viendo como este le devolvía el gesto y se formó un nudo en su garganta. El pelinegro se acercó un poco, lo suficiente para que sus piernas se tocaran continuamente y sin decir una palabra acortó la distancia que separaba sus labios. JaeBum no entendía nada y tampoco podía creerlo. ¿Qué estaba pasando? ¿En serio JinYoung estaba...? Sentía que estaba en un sueño pero cuando el menor presionó contra su boca supo que era real.

Estaba pasando. Se estaban besando. Lo disfrutaba.

El castaño cerró sus ojos y correspondió el beso, moviendo sus labios con lentitud contra los del menor. Era una sensación tan extraña como agradable que invadía todo su cuerpo, concentrándose en su estómago. Sus bocas encajaban a la perfección, como si estuvieran hechas la una como la otra.

Esa noche volvieron a besarse. Una y otra vez.

Ruta De Escape ; BNiorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora