Mientras el tailandés acosaba al pelinegro con diversas preguntas, las cuales muchas trataba de evitarlas al ser con respecto a su vida personal, JaeBum pensaba alguna manera de poder escapar de aquel imprevisto. No esperó encontrarse a alguien conocido en un club, debido a que sus amigos siempre preferían celebrar en casas ya que allí había menores limitaciones y no tenían que estar rodeados de tantos desconocidos.
Pero se le olvidó que BamBam era un maldito metiche, daba igual en donde y cuando fuese, si había fiesta él iría, sumándole que era un parlanchín. Con razón el tailandés conocía casi a la mitad de los habitantes de la capital.
— ¿La pasaste bien en la fiesta? Fue en mi casa. —el moreno seguía metiéndole conversación a JinYoung, no tan solo porque fuese sumamente atractivo sino había algo en su personalidad que le incitaba a conversar con él, a pesar de que el pelinegro hablara poco a comparación suya era agradable.
— Muy bien. Tu casa es enorme, de verdad. —respondió, un poco más cómodo en la conversación. BamBam no tenía malas intenciones con él que sus demás amigos y eso lo tranquilizó un poco, además JaeBum estaba cerca así que no debía preocuparse demasiado.
— Mi padre trabaja en una empresa de aparatos tecnológicos. Mi madre prefiere quedarse en casa, aunque ahora está en Bangkok con mi abuela.
— ¿Qué tal es? He visto fotos preciosas de ese lugar. —dijo con mayor interés, recordando las fotos que tenía guardadas en su baúl.
— Es hermoso en verdad, todo es tan colorido. La arquitectura es impresionante, principalmente de los templos. —respondió, comenzando a caminar junto al pelinegro mientras le contaba más de su ciudad natal y de Tailandia en general, las costumbres, el estilo de vida, entre otros.
JaeBum los siguió por detrás, curioso hacia donde iban. No quiso interrumpir en la conversación porque se había dado cuenta lo sumido que JinYoung estaba en ella. Desde donde estaba se percató del brillo particular en los ojos del pelinegro, uno que nunca antes había visto en él y solo aumentaba su belleza.
Pero el castaño se asustó al ver hacia donde se dirigían. Era hacia una de las mesas cerca de la escalera que daba paso al segundo piso, la zona VIP del club, la cual estaba rodeada de personas. Pudo divisar a sus amigos a la lejanía, aunque se preocupó particularmente de tres: Jackson, Mark y Hyuk. Apenas volvió con ellas la noche anterior, luego de que JinYoung se fuera, no dudaron en dejarle saber las ganas que le tenían al pelinegro. Esos comentarios terminaron por caerle mal al estómago y no dudó en mantenerlos vigilados.
Estaba más que acostumbrado a esa clase de comentarios por parte de ellos tres, de hecho de sus amigos en general, cuando se referían a algunas de sus conquistas. En todas esas ocasiones le había dado absolutamente igual, porque a menos de que él les diera el permiso no se acercarían, pero este caso era diferente. JinYoung no era ninguno de sus compañeros sexuales y pasajeros, simplemente era un conocido, por lo que no podía marcarlo como suyo dándole abrazos, comerle la boca o darle caricias subidas de tono. Además, el pelinegro no era la misma clase de persona con que se hubiera topado antes; era políticamente correcto e iba en favor de la moral, no iba de en cama en cama y menos se dejaba tocar por cualquiera.
Iba en contra de todo lo que había conocido antes y debía protegerlo, porque en este mundillo les daba absolutamente igual si quería o no seguir el juego, lo harían jugar igual sin importar el daño que pudieran hacerle.
Por eso le rodeó la cintura con suma posesividad mientras este charlaba con BamBam, ahora sobre distintos lugares del mundo, y le dirigió una mirada penetrante a los tres puntos enemigos. De alguna manera tendría que dejarles en claro que estaba prohibido que se acercaran a JinYoung.
— Vengan, vamos a sentarnos. —les dijo el tailandés, haciéndoles un ademan con la mano. Fue en ese momento que el pelinegro se dio cuenta hacia donde iban y miró a JaeBum con una expresión de temor.
— Más tarde, Junior y yo iremos a bailar un rato. —respondió el castaño con una sonrisa, mirando por última vez a sus tres amigos antes de alejarse de allí junto a JinYoung.
El pelinegro solo dio un sorbo a su trago, sintiendo las miradas sobre él. Agradeció que JaeBum no haya querido quedarse allí con ellos, porque no aguantaría otra vez ser la presa de un grupo de animales hambrientos.
— Gracias. —dijo cuando estaban lo suficientemente lejos.
— No te dejaría solo, sé lo que ellos son capaces de hacer. —JinYoung le dedicó una pequeña sonrisa, la insistente compañía del castaño no era tan mala después de todo.
— Aun así... —el menor hizo una pequeña mueca, la cual JaeBum alcanzó a ver. — Siento que estoy arruinando tu noche.
— ¿Por qué lo dices? —preguntó, verdaderamente sorprendido por aquel repentino cambio de actitud.
— Porque no podrás pasarla bien por andarme vigilando. —contestó, agachando la mirada. JinYoung se sentía verdaderamente inútil, no podía valerse por sí mismo en situaciones como esta.
— No digas eso. ¿Acaso olvidaste que babeo por ti? —le preguntó, obligando a que levantara la vista. El pelinegro negó con lentitud. — Ya con el hecho de estar contigo la estoy pasando bien. Es una fiesta, diviértete tú también.
— Si supiera como... —susurró con vergüenza y vio la impresión en el rostro del castaño.
— ¿Nunca antes habías venido a una fiesta?
— Es la segunda vez que vengo a una.
Al castaño le nacieron muchas ganas de reír, pensando que se trataba de una broma. JinYoung era un encanto, era imposible que nunca haya salido a divertirse. Pero la expresión de incomodidad en el rostro del pelinegro le hizo cambiar de parecer, sin poder creer que estuviera hablando en serio.
— ¿No es una broma? —preguntó, examinando el rostro de quien estaba frente suyo.
— No... —volvió a agachar la vista, sintiendo sus mejillas arder de vergüenza. Dios, que bochorno. — Incluso te pedí venir para que... me enseñaras a divertirme.
JinYoung jamás pensó decirle tales palabras a alguien, mucho menos a JaeBum, y tampoco mostrarse tan débil. Quería que la tierra se lo tragara, era tan vergonzoso que un joven de dieciocho años no supiera lo que era divertirse. De seguro el castaño pensaba que era un ñoño.
Pero JaeBum no pensaba de aquella manera, de hecho encontró aquel detalle sumamente adorable. Sumado a lo tierno que se veía JinYoung con las mejillas rojas y su rostro lleno de incomodidad lo hacían caer aún más.
— Te enseñaré, de todas formas no es tan difícil. —le dijo luego de largos segundos de silencio, que parecieron eternos para el menor. — ¿Confías en mí?
— ¿Ah? ¿De qué habla-?
— ¿Confías en todo lo que te diga y haga hacer, aunque muchas de esas cosas no sean para nada correctas? —lo interrumpió, con la mirada fija en los ojos color café de JinYoung.
El pelinegro se sentía aún confundido, porque esperaba que JaeBum se riera en su cara y lo llamara un fracasado o antisocial. Pero en cambio se había ofrecido a ayudarlo. ¿Por qué a veces era tan idiota y, en otras, tan comprensivo? Estaba volviéndole loco.
Asintió tímidamente luego de intercambiar miradas con el castaño, podía confiar en él.
— Entonces divirtámonos como nunca esta noche.
ESTÁS LEYENDO
Ruta De Escape ; BNior
Fanfiction❝Estaba cansado de todo. De su vida, fingir para complacer a los demás y así poder sobrevivir. Quería huir y él era la solución.❞ ❝Él era su ruta de escape.❞ ▶ Contenido Homosexual. ▶ Prohíbida tanto...