Capítulo 21

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Salió de encima de ella con mucho cuidado. Regina hacía muecas de dolor debido a su brazo derecho, mientras hacía un gran esfuerzo por sentarse. Robin se arrodilló e intentó ayudarla.

«¿Puedes levantarte?» preguntó rozando sus hombros, ella se quejó al sentir un pinchazo.

«Ay...no sé, me duele el brazo...» se quejó otra vez.

Robin miró en la dirección opuesta y vio el coche que había frenado unos metros más adelante del cruce.

El señor Gold salió del vehículo de estilo clásico, muy bien vestido con un traje de raya diplomática. Cuando vio a Regina en el suelo, se aproximó a ella lo más rápido que le permitía su cojera.

«¿Me puedes decir que fue eso, señora alcaldesa?» preguntó Gold con su clásica voz susurrante, poniendo cara de desconcierto.

«Casi me atropellas» dijo ella agarrándose su brazo malherido.

«Debes mirar por donde caminas» miro al arquero arrodillado ante ella y añadió «Si no hubiese sido por él, estarías en una situación muy complicada. ¿Qué se te pasó por la cabeza para cruzar la calle sin mirar?»

«Me estaban persiguiendo, él estaba viniendo detrás de mí» respondió Regina, buscando a Hook con la vista, pero no vio nada.

«¿Quién estaba persiguiéndote?» preguntó Robin sin entender

«Él...eh..» Regina lo pensó bien, prefirió no decir nada sobre Hook, por alguna razón »¡Un hombre! Un hombre me estaba siguiendo, no lo vi muy bien, me asusté, y acabé cruzando sin mirar» en ese momento ella se levantó, continuaba mirando hacia la acera donde Hook la había sorprendido, y ahora parecía estar desierta.

Los dos hombres miraron en la misma dirección que Regina, y en seguida se cruzaron sus miradas

«¿Tienes certeza de que era un hombre?»

«Claro que sí, Robin, lo oí, eran pasos pesados» intentó limpiarse el polvo del asfalto que se había pegado en su chaleco «¡Joder!» volvió a sentir dolor en el brazo «Creo que me he lastimado el brazo, no para de doler»

«Tienes que ir al hospital» dijo el dueño de la tienda de empeño.

«Yo te llevo, Regina, vamos» Robin se ofreció solícito, intentando tocarla

Ella se quedó paralizada cuando él puso sus manos en sus hombros.

«No, no es necesario, puedo ir sola»

«Ir andando con el brazo así no es la mejor de las opciones, te llevo en el coche»

«¿Te importa que vaya yo también, Regina?» preguntó Robin a la alcaldesa, con ojos preocupados.

Ella lo miró por unos largos segundos, los mismos que necesitó para sentir algo por él. Era inusitado cómo Robin consiguió provocar en tan poco tiempo sentimientos tan fuertes en Regina cuando se conocieron en Storybrooke, pero todavía era más extraño lo ridícula que se sintió al sufrir por él cuando rompieron. Su mirada hacia el ladrón ya no tenía brillo, estaba agradecida por su repentina aparición que le salvó la vida, pero deseo que él no estuviese ahí para socorrerla, prefería que hubiese estado Emma.

Ella señaló que no con la cabeza, señalándole que no le importaba, pero no pronunció nada más.

Gold los llevó a los dos al hospital en su Cadillac, no se quedó más tiempo después de asegurarse de que lo ocurrido solo había sido un susto. La Reina fue atendida rápidamente, como si ser alcaldesa fuese una enorme ventaja, y lo era. Para su suerte, no había nadie con heridas graves en urgencias, y al contrario que otras veces, se sintió aliviada al no tener que pasar primero que otras personas.

STARTING TO FIND THE LASTING LOVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora