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Empezaron a caminar, despacio. Merci dirigía el grupo, detrás de ella estaba Alec, luego su amiga Selen, Wendy seguía atrás, junto Nohemi y Karen. Las tres últimas iban con miedo, temblaban. El lugar estaba hecho pedazos por dentro, había sillas destrozadas, escritorios. Avanzaron varios metros y se toparon toparon con unos barandales que servían para impedir el paso hacía el otro extremo del reclusorio, Merci los empujó, pero se abrió así que Alec los deslizo hacía la derecha, abriéndola. Siguieron su destino, tomaban fotografías de todo lo que se encontraban. Subieron a la parte superior.

-Dios, este lugar huele horrible -se quejó aren.

El reclusorio estaba helado, goteaba por todos lados debido a la tormenta. Cuando llegaron a la planta alta se encontraron con una habitación, al parecer era de un subdirector que regía el lugar. Entraron a la oficina, todo estaba en malas condiciones, el escritorio no tenía sus patas derechas para sostenerse y no tenía la parte superior para poner las cosas, las sillas estaban amontonadas en una esquina, sin cojines y rasgadas, la ventana no tenía cristales ni barandales.

-Esperen -dijo Nohemi.

De la mochila que traía Selene sacó cuatro linternas, una se la dio a Merci, otra a Alec, una a Karen y la última se la quedo ella. Los cuatro la encendieron al mismo tiempo, Karen alumbró el suelo y se encontró con un cadáver de un animal. Gritaron del susto y mejor salieron del lugar pero sin antes tomar una foto.

-Ahora sabemos de dónde viene ese mal olor -aclaró Wendy tapándose la nariz con la mano izquierda.

Siguieron por un pasillo de la habitación. Las lámparas del lugar colgaban del techo, rotas, algunas chispeaban. Había madera en el suelo, hojas, basureros, plantas secas. El agua empezó a entrar al lugar.

-Avancemos.

Alec ahora iba a la cabeza, dirigiendo al grupo. Las puertas de las oficinas estaban cerradas, otras yacían en el piso, unas desprendidas de la pared, colgando. Selene sacó su celular y observó la hora. Ya iban a ser las ocho de la noche, solo faltaban diez minutos.

-Hay que irnos -dijo.

-Aún sigue lloviendo -protestó Merci. -No nos iremos, se nos descompondrán las cámaras.

Moletas las dos siguieron caminando. Todo aquello estaba en malas condiciones, por fuera no se veía tan destruido. Llegaron a otras escaleras, Alec tomó una fotografía y subieron. La tormenta seguía, caían rayos por todos lados. Estando arriba encontraron oficinas. Entraron a una, la revisaron y no encontraron nada, solo había un escritorio viejo y polvoso.

-Nos quedaremos aquí -dijo él poniendo su cámara en el escritorio. -Esperemos hasta que pare el agua.

-Y nos vamos -intervino Nohemi, molesta.

Limpiaron un poco el lugar para poder sentarse en el suelo. Ambos tenían sueño, estaban cansados, pero no querían descansar ahí, tenían miedo a que alguien les hiciera algo. Pasaron los minutos y el sueño les ganó a Alec, Selene, Wendy y Karen, quedando despiertos solo Merci y Nohemi. Se hicieron las nueve con cuarenta y cinco minutos. La lluvia seguía cayendo y no parecía detenerse. Alec se despertó seguido de Wendy. Una corriente de aire frío entró a la habitación erizando la piel de los chicos.

-¡Qué frío! -chilló Wendy tallándose los brazos.

-Deja, cerraré la puerta.

Alec se levantó del suelo, fue a la puerta y cuando la estaba cerrando algo hizo un estruendo fuerte.

-¿Qué fue eso? -preguntó Karen despertando.

-Seguramente fue el aire que tiró algo -explicó él.

EXPEDIENTE PESADILLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora