-¡No se detengan! –gritaba Alec desde atrás.
Merci guiaba al grupo. Avanzaron por largos pasillos en busca de una salida o un escondite. Corrían sin descanso alguno. En sus caras se dibujaba la preocupación. Merci se detuvo de golpe provocando que los demás chocaran entre sí. Wendy sin darse cuenta se estampo contra Karen quien empujó a Merci disgustándola.
-Vamos –dijo con nerviosismo. –Muévanse.
Selene se detuvo atrás de su amiga Wendy. Alec llegó unos segundos tarde hasta ellas. Se acercó a Merci. Ella no sabía qué hacer. "Mierda" pensó molesta. Quería salir de ahí, ya.
-¿Qué es lo que sucede? –preguntó él.
Ella señaló las dos escaleras que tenían a los lados, una bajaba y la otra subía. Los dos no tenían idea por dónde ir. El ruido de metal contra metal y el estruendo de un rayo los asusto. Se escuchaban pasos un poco cerca de ellos. Algo o alguien se aproximaba con lentitud. No tenían tiempo. Tenían que hacer algo, tenían que esconderse.
-Bajen –susurró. –¡Ya!
Merci bajo primero, le siguieron los demás quedando él por último. Las escaleras eran muy angostas, apenas podía caber una persona, y los escalones eran muy cortos lo que provoco que una que otra vez resbalaran. Bajaron, doblaron a mano izquierda y corrieron. Por todos lados había basura, metal, sillas, hojas. A su lado los pasillos se alzaban. En aquella oscuridad no se sabía con exactitud a donde conducían pero no se querían averiguarlo. Avanzaron y avanzaron por diferentes lugares. Pasaron los minutos, los pasos dejaron de escucharse así que se detuvieron. La respiración les iba al mil. Sus corazones bombeaban sangre con mucha presión. Merci se recargo en la pared para descansar, pero sin darse cuenta esta se abrió. No era una pared, era una puerta. Un pensamiento le vino a la mente en un segundo.
-Adentro –dijo suavemente. –Ya. Anda.
Todos entraron al oscuro lugar. Cuando ella cerró Karen reprochó.
-¡Tenemos que ir por ella!
El cuerpo le temblaba. La preocupación se la comía.
-Opino lo mismo –la apoyó Selene.
-¡No! –exclamó Wendy. En sus ojos se reflejaba el terror.
Karen la miro con furia que la calló de inmediato. Caminó con prisa hacía la puerta.
-No podemos –Merci jaló a Karen tomándola por el brazo para que no abriera la puerta.
-Sueltame –le ordenó. -¡Es mi amiga y no la dejaré sola!
Su mirada quería fulminar a Merci y la de ella parecía espejo, reflejando lo mismo.
-Nuestra –corrigió. .
-Hay que ir por ella –le dijo a su amiga.
-No... -empezó a decir Alec. –Necesitamos saber quiénes son...
-Y lo que quieren –interrumpió Merci con tono fuerte.
Alec la miró.
-Pero por tienes que soltarla para eso.
Ella rodo los ojos hacía él y luego empujo con fuerza el brazo de su amiga. Todos estaban nerviosos, se podía notar en su forma de hablar a excepción de Merci. Karen disgustada y molesta se sentó en un rincón de aquella habitación, sin saber lo que había. No le importo. Wendy se sentó a su lado. Observaron en donde estaban. No había ventanas, ni luz, solo había una entrada y era por la que entraron. Sillas rotas, mesas hechas polvo, papel por todos lados al igual que cristales despedazados. Era como una bodega escondida.
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EXPEDIENTE PESADILLA
HorrorSeis amigos deciden adentrarse al oscuro mundo de un reclusorio abandonado desde 1989. La etapa final de su trabajo esta por llegar. Nadie sabe lo que les depara el centro de reclusos. Sus vidas están por cambiar. Nadie estará a salvo... Adentrate...