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Narra Valentina

Yo: ¿Viste a Alma? ¡Estuvo genial! -Le dije a Leo.

Leo: Valen, estaba al lado tuyo viendo. -Rió ante mi comportamiento.

Yo: Pero es que era... fue... ¡Wow! -Fui corriendo hacia mi amiga y me tiré encima de ella.

Alma: Valen, no es de mala, pero estás gorda y pesas. -Mi "mejor amiga" me empujó.

Si, mis amigos me aman.

Me levanté con un puchero y Almi rió, estúpida. No estaba gorda ¿Cierto? 

Nico: ¿Tu quieres pelear, Valen? -Preguntó él y asentí efusivamente. Agarré la espada de Almi y, para mi suerte, encajaba a la perfección conmigo también.

Valen: ¿Contra quien peleo? -Pregunté. 

Alma: Yo sé contra quien... ¡Jason! -El llamado vino hacia nosotras y me sonrió.

Ambos nos pusimos en nuestras posiciones y nos estuvimos estudiando unos segundos. Jason dio el primer paso, atacando, pero yo lo esquivé. 

Estuvimos unos minutos así: él atacaba y yo me defendía, estudiando sus movimientos. Cuando le agarré la mano a sus pasos y supe que iba a hacer, me puse a atacar yo. 

Él hizo una estocada y yo logré darme vuelta, para acto seguido sacarle su espada de un movimiento. Ya desarmado me acerqué a él y le puse la espada cerca del cuello.

Yo: ¡Game over! -Grité feliz.

Jason: ¿Sabes que te deje ganar, cierto? -Me dijo riendo.

Yo: Si, pero déjame disfrutar. -Hice un baile raro y Alma se me acercó, pegándome en la cabeza. -¿Y eso por qué?

Alma: Por ser tú. -Me sacó la lengua. -Soy mejor con la espada.

Yo: Pero yo soy mejor nadadora. -Hice mi pose de diva.

Almi sabía nadar, claro que si, fue conmigo a natación. Pero yo soy mejor que en ella. Lo malo es que ella es mejor en todo lo demás. 

Juntas fuimos a la cabaña de Zeus y nos sentamos en la cama de Almi.

Yo: Y dime... ¿Algún chico? -Ella se sonrojó.

Alma: Pues... em.. ¡Lo mismo te pregunto! -Dijo esquivando la pregunta.

Yo: Como yo soy más buena, te diré que si, hay uno. -Recordé a Leo. Creo que me gustaba un poquito. 

Alma: ¡Oh por Zeus! ¡Dime quién es! -Saltó emocionada y yo negué.

Yo: No hasta que me digas si hay algún chico.

Alma: No lo sé, creo.. creo que si pero no estoy segura. -Se sonrojó de nuevo.

Yo: A mi me pasa lo mismo con Leo Valdez. -Susurré pero ella llegó a escucharme.

Alma: ¿¡Cómo dices que dijiste!? 

Pasamos la noche hablando sobre los campistas masculinos. Muchos estaban buenos y los otros no estaban tan mal. La mayoría era gente buena aunque debo admitir que me costaba agarrar confianza con los demás.

Por suerte tenía a Almi y ella me tenía a mi.

Nada lograría separarnos.

Dos Peligrosas Semidiosas En El Campamento MestizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora