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Narra Valen

Estaba en la enfermería con Alma, que seguía allí porque... Realmente no sé porque.

Leo entró y con una sonrisa nos saludó, luego beso mi mejilla y se sentó a mi lado.

Alma: Oh, Leo -sonrío maliciosamente- Debo hablar seriamente contigo.

El hijo de Hefesto me miro asustado y yo reí.

Leo: y... De que quieres hablar? -preguntó.

Alma: Creo que ya sabes pero antes... -me miró.- podrías salir? Quiero hablar con él a solas.

Asenti y me fui preocupada por Leo.

Salí de la enfermería y fui al muro de escalada, dispuesta a llegar a la cima sin ser tocada por la lava que caía de esta. Empecé a escalar de lo más bien, pero luego pensé en qué le estaría diciendo Alma a Leo y no sabía si reírme o avergonzarme de la situación, así que hice ambas.

Reí avergonzada y cuando río me distraigo por lo cual me resbalé y caí los cuatro metros que había escalado. Empecé a gritar como loca y junto antes de tocar el piso alguien me agarra.

Fui a gritar el nombre de Leo pero no era él, era uno de los campistas hijo de Niké.

Yo: Oh, gracias...

Chico: Erik, soy Erik. -me sonrió y wow, sus dientes eran tan perfectos que tuve que mirar a otro lado para que mis ojos no se cegasen.

Yo: Pues, gracias Erik -le devolví la sonrisa y fue cuando me di cuenta de que aún me tenia agarrada como si fuera una princesa.

Me solté de su agarre y acomodé mi ropa, para luego mirar a los ojos de Erik.

Tenia esos ojos que eran verdes por fuera y marrón por dentro... No sé si me explico, pero eran asombrosos.

También tenia el pelo increíblemente largo, no largo largo, si no... Un corto largo, como en los anime.

Yo me entiendo.

Era de mi altura así que no tenia que levantar la cabeza para mirarlo ni nada.

Erik: Te vas a quedar mirándome o...?

Yo: Lo siento, es que acostumbro a analizar a las personas. -noté mis mejillas arder un poco, por lo cual maldije por lo bajo.

Erik: Oh.. Eso es..

Yo: Raro?

Erik: Si, podría decirse así.

Al final terminamos hablando mientras subíamos el muro de escalada, esta vez sin accidentes.

Erik era bueno pero, como todo hijo de Niké, era algo competitivo. Nada que no pudiera soportar.

Erik: Entonces.. Valen, estás soltera? -pregunto una vez que bajamos.

Yo: Pues.. Eso creo -dije frunciendo la nariz, lo estaba?

Erik: Oh, entonces, podremos ir al bosque para buscar algunos monstruos que matar...

Yo: Ese es el tipo de cita al que llevarias a una chica?

Erik: Quien dijo que era una cita? -preguntó sonriendo-

Yo: umm.. Bueno, ya veré que tantas ganas tengo de ganarte aplastando criaturas

Erik: Si no aceptas eres una cobarde

Yo: acaso me estás llamando cobarde? -asintió- Hoy, a las ocho, en el limite del bosque. Lleva armas y un repuesto de ropa interior.

Erik: Nos vemos. -me guiñó el ojo y se fue caminando con total seguridad. Rodé los ojos y me di vuelta.

Leo: Quien era ese? -preguntó frunciendo el ceño -O mejor, que hacia ese contigo?

Yo: Oh, resulta que resbalé  y él me agarro y bla bla. Se llama Erik y es un tipo agradable.

Leo: No me agrada

Yo: Ajá si -puse los ojos en blanco

Leo: y que es eso de que saldrán?

Yo: haremos una competencia, nada formal. -me encogí de hombros.

Leo: Oh, esta bien...

Yo: Ahora mi turno... Que te dijo Alma? -Leo palideció.

Leo: yo.. eh... Bueno, ella.. -balbuceó y reí.

Esto iba a ser genial.

Dos Peligrosas Semidiosas En El Campamento MestizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora