La sangre de un dios

114 4 0
                                    

La sangre de un dios

Por Mary G.B

Roxes paso entre cada ser mágico ya muerto en el suelo, sonrió al ver al minotauro escondido en una esquina cerca de la casa de los dioses. El minotauro noto la mirada del diablo en él, se dio la vuelta para correr y en seguida en sus narices estaba él tomándolo del cuello.

-Ahora, dime ¿dónde está?

El minotauro se agito con fuerza.

-No me dirás, prefieres la muerte.

Sin piedad, destrozo del cuello del minotauro una vez muerto, las monedas de oro caía a los pies de Roxes, tomo una y la examino- Asique te pago muy bien para no decir nada, travieso Ray.

Cada paso que daba el suelo crujia, ni siquiera los dioses defenderían a su querido hermano, sabía qué hace años entre ellos se habían peleado y sabían que Roxes llevaba la pura maldad de su Cronos. Abrió las grandes puertas de oro, un silencio y el olor a miedo y deseo lo tentaban.

-Vaya, vaya pero tenemos a dos adolescentes en acción.

Ray se volteo de un susto al verlo en la entrada, Amy temblaba pero lo miraba asombrada.

-¿Por qué…haz venido…Ro..?- comenzó a decir Ray.

-Ese tono te luce de maravilla- sonrió- el dios del sol y bla bla bla, primero te estás metiendo con mi presa favorita, eso no se hace, Apolo, ¿no te han dicho que hay que respetar lo que es de otros? Y más cuando se trata de mí

Roxes camino hacia el portal del corredor donde se encontraban- Ella no es tuya, Roxes- dijo Ray con seriedad.

-¿Quién lo dice?

-Yo, Apolo dios del sol, que se ha casado por gracia de Afrodita conmigo y nos ha dado su palabra de amor eterno.

-Te haz casado con lo que yo he marcado, que no habías dejado claro ese detalle, dios de las bombillas- Roxes comenzó a sacar sus sombras y en seguida la marca de Amy se ilumino ardiendo en ella y provocando que gritara, Ray la miro con miedo.- Ella tiene mi marca.

-ROXES BASTA!- gritaba Amy que se arrodillaba en el suelo y se llevaba las manos a la cabeza.

-Está bien, está bien- grito desesperado Ray- tenla, llévatela!

-Antes de irme, necesito esto- las sombras negras que salían del suelo tomaron a Ray y lo elevaron, el joven de cabellera plateada se acercó con un cuchillo.

-Soy inmortal, nada de eso te servirá- decía Ray asustado.

-tú te diviertes con la lujuria, yo me divierto matando con lo que más os duele a los dioses caprichosos, pero no te mataré prefiero dejarle eso a tus hermanos- Roxes le señalo con la cuchilla- esto es una daga, formada con la única cosa capas de herir a un dios, un colmillo de Cronos.

Apolo se le erizó la piel- ¿C-Como lo haz l-logrado?

-Un siglo, mi padre y tu padre y una derrota.

- Zeus tenía razón, el demonio que quieres revivir es nuestro fin- dijo aterrorizado sin dejar de ver a Roxes aún sorprendido.

-Cuando lo dicen ustedes, es como ver a los mortales entrando en pánico- rio Roxes. Amy trataba de quitar las voces en su mente y de no caer en el sueño del sello, Roxes se fijó en ella.- Hagamos esto rápido.

Tomo la daga y la puso en el pecho de Ray, este grito de dolor y el cielo empezó a poner oscuro cómo la noche. Roxes metió la punta de la daga en su piel y en seguida esta empezó a perder su brillo para que al fin, pudiera cortarla y sacar la sangre.

El Ángel de las AlmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora