Déjame Conocerte

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Capitulo 3: Déjame  conocerte

Han pasado cinco semanas, Klein ya no me trata con tanta brusquedad y no ha sucedido nada después de aquel encuentro con Roxes, Klein sigue siendo mi maestro y es muy irritante aunque me alegra verlo. Cuando lo veo por los pasillos tengo una rara sensación como si una burbúja nos envolviera a ambos. Klein me ha pedido que no le hable durante el horario escolar sino sospecharían algo.

Últimamente lo veo triste y con mucha preocupación pero, no sé que decirle porque yo no soy buena para eso y solo seria una…inútil como siempre.

Sacudí mi cabeza

-Vamos, vamos ánimos!- dije con la mirada al techo.

-Amy, otra vez en mi clase- Klein me sonreía.

Yo me avergoncé tanto, él se miraba tan sexy con sus lentes caídos y esa pose con el libro en mano. Hace unos días me di cuenta que no puedo poner atención por verle, lo peor, él sabe que es así y le gusta humillarme enfrente de todos

-lo siento, profesor Gray- dije divertida, pues mis compañeros se reían de mí.

-Tome formalidad en mi clase- dijo y siguió leyendo.

La mitología era tan interesante con él, todo sobre los Dioses, Semi- dioses, dragones, monstruos y rituales, era muy misterioso. Aún me costaba creer que Klein fuera Líder de los ángeles y hablara del tema con mucha naturalidad, es imposible.

Pero ahora que recuerdo, la semana pasada Klein me llamo para ir a su oficina, pero no pude ya que ese día hubo un aviso departe del Director. ¿Qué habrá querido decirme?

Toco el timbre. Todos cerraron sus libros y en seguida las chicas de mi clase se pararon para rodearlo y sonreírle falsamente.

-Señor Key, fue muy interesante- decían todas.

-Si, me encanto- la mayoría de las chicas solo decían eso por ser el maestro más guapo y joven. Esperen, ¿me he puesto celosa?

-pero que tontas- dije fastidiada.

-Amy, ¿te gusto la clase?- Anisse siempre tan comprensiva, tan atenta hacia mí- me pareció verte algo pensativa, ¿paso algo?

-Anni, no te preocupes-reí tontamente- solo me distraje ya sabes, siempre lo mismo en clases!

Ambas reímos y entro la maestra de literatura, esa clase me gustaba mucho, leer es como desahogarme y conocer historias que me caracterizan, esa era mi pasión desde chica, como la de mi madre….

Nuestra maestra de literatura comenzó a leer.

El chico la tomo de las manos y le dijo:

-Sin ti, no sabría a donde ir, este mundo lleno de caos y de sueños solo existe una felicidad y es estar a tu lado.

Ella quedo sorprendida y poso sus labios en la mano del joven.

-porque me haces preocuparme tanto pero lo que más me duele es amarte tanto y que mi corazón no lo aguante.

. . . “

Toco suavemente la puerta

-Disculpad por interrumpir su lectura Maestra Lorenzatti, puedo hablar con Amy Morrison?- Klein estaba en la puerta con una cara de amabilidad y respeto, mi maestra se sonrojo.

El Ángel de las AlmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora