Reglas,Cambios y Dudas

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Capitulo 2: Reglas, Cambios y Dudas

Todo era oscuro. No sabía que pasaba podía escuchar voces de alguien muy conocido para mí. Me dolía la cabeza y tenía mucho frío, poco a poco abrí mis ojos y me dí cuenta que estaba en el suelo y mis manos azules por aquel frío intenso, aún se escuchaban los gritos y se escuchaba el roce de los golpes. Me levanté y en frente estaba Klein de espaldas peleando con aquel chico de pelo plateado y pecho descubierto ambos se gritaban, pero no podía escucharlos sólo los gritos desgarradores.

-Roxes, ¿qué diablos quieres? - decía el joven azabache esquivando almas oscuras y gritos que desgarraban su sudadera.

Atrapaba las almas en sus guantes blancos, estos se absorbían con facilidad para luego salir de color blanco y atacar a Roxes, quién con su látigo las partía a la mitad sin importancia.

-Cómo te atreves...- replicaba Klein- pueden que no estén vivos pero tienen el derecho a descansar en paz, maldito!

-Cállate, ladrón- Roxes tomo el brazo de klein con su látigo- el único que lastima a las almas eres tú, guardándolas como especies.

Klein intento zafarse del látigo, al soltarse su mirada se puso de odio y firmeza hacia Roxes – TU NO SABES NADA – corrió a él y lo tomo por atrás dándole un golpe a un costado haciendo que Roxes caiga.

Tomo sus muñecas con una mano y le puso un libro rojo cerca de su frente, al hacer esto Roxes empezó a gritar con tanta intensidad que los gritos desaparecieron dejando todo en silencio.

-BASTA!- grito Roxes- me las pagaras.

Roxes se volvió en una nube negra y desapareció.

Corrí hacia klein y lo abrase como pude tenía miedo, él me vio a los ojos y me cargo entre sus brazos.

-¿qué haces?- le pregunte débilmente.

- te cargo, es obvio.

-que odioso- fue lo ultimo que pude decir y cerré mi ojos estaba consiente pero no podía moverme del todo.

Subía las escaleras con tanta tranquilidad, escuchaba a los vecinos del edifico preguntando sobre mi, algunos escucharlos cantar ya tomados, unos niños corriendo en los escalones o peleándose por algún juguete y  madres diciéndose secretos de cómo mejorar su ropa. Al fin, sentí los labios de Klein en mi oreja derecha para decir con tanta suavidad -¿cuál es tu departamento?

A lo que respondí después de unos minutos.

- al fondo del pasillo izquierdo.

Caminaba con tanta seguridad como si no pesara, este chico que conocí en una sola noche  hacia sentirme tan dulce, tan encantadora que fuera como un ángel de cristal.

-Necesito que entres a tu habitación, sé discreta, te espero en tu cuarto- y me bajo, abrí la puerta y entre a mi departamento que compartía con mi madrastra. Tome un vaso de agua y me dirige a mi habitación.

Me desvestí tome una camiseta larga, puse el vaso en mi mesa de noche y al voltear hacia la cama vi el rostro de klein con una sonrisa  pícara.

-que buen show- me dijo riendo.

-¿Cómo..tú..?- dije más que avergonzada.

-aunque he visto mejores, no te preocupes- se levanto.

- eso dices- dije enojada y tome las sábanas de mi cama.

-espera- me cargo nuevamente y me recostó en la cama luego me tapo con las sábanas- estas muy fría- frunció el ceño y se quito la sudadera dejando ver su cuerpo, un pecho largo y ancho muy delgado y piel blanca.

El Ángel de las AlmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora