El Ángel de las Almas

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                                                           El Ángel de las Almas

                                                                     Mary G.B

Capitulo I: Conocerte

“Por las noches se encuentras las almas, dulces y frías. Los jóvenes bailan en las discotecas de la Gran Ciudad mientras son engañados por la soledad y la ilusión. Corazones destruidos por sentir que alguien los busca pero nunca son encontrados, el sentimiento de amar y ser amado. Esa es la soledad.”

En las calles de la Gran Ciudad esta una jovencita de 17 años, alta de pelo rubio y ondulado, agarrado por una coleta roja. Estaba segura de si misma y caminaba como si ella fuera la reina del mundo, sus ojos grandes como los de un gatito inofensivo de color gris, el único defecto de esta chica: su mal humor.

Sola en aquellas calles, sólo el sonido de sus puños por la furia que tenía. Nunca pensó que su madrastra la obligaría a elegir una carrera tan absurda: mitología. Y no era porque  odiara la carrera sino porque odiaba que su madrastra se metiera en todos sus asuntos.

Llego a un callejón de color rojo, no sabía como paro en ese lugar pero no le agradaba del todo. Era frío y en una esquina había un bar llamado “El Bar Mis Babys”  no le gustaba para nada aquel nombre.

Escucho unos gritos que provenían de aquel bar  y se detuvo. Era un hombre gordo con barba negra y lentes negros, le gritaba a un joven alto, pelo azulado oscuro y muy blanco.

-No quiero que vuelvas aquí, Klein, Largo!- salió muy molesto el joven, sin antes sacarle el dedo de en medio al señor.

Vestía unos jeans negros con una chaqueta azul y camiseta blanca. Pasó en frente de aquella chica, que estaba atontada de verlo.

-Oye! Que tanto miras, estúpida?- dijo fastidiado.

-¿qué..? – tome unos segundos procesar lo que dijo el chico- pues observaba como quedaste despedido, imbécil- le dije de la misma manera.

Hizo una mueca y me empujo hacia la pared con brusquedad.

-la próxima vez que estés observando ya no tendrás ojos así que, mejor cállate- para dar la media vuelta y colocarse su capucha y seguir de largo.

- pero que tío- dije para mis adentros.

Vi como se iba lentamente y desaparecía entre toda la gente, después escuche la puerta abrirse de aquel bar y que saliera aquel hombre gordo con una mochila en sus manos, la cual me la tiro bruscamente.

-¿Qué no tienen modales aquí? joder!- dije molesta por aquel acto.

- si, si ya que no esta  Klein, chiquilla dáselo!- abrí los ojos y él entendió mi expresión- Avenida 12 Casa del Muerto.- cerró la puerta con brusquedad.

No era para nada agradable verlo de nuevo, y estaba segura que mi madrastra diría “no vayas a seguir extraños” pero como nunca la escucho creo que me divertiré un poco.

Camine hasta la avenida 12 y llegue a una casa color perla muy antigua, parecía una casa de millonarios. La puerta estaba abierta, al parecer había una fiesta en ella, vi para mi alrededor, la grama estaba quemada y había un árbol muy grande a un lado.

-que raro es este lugar- dije mientras entraba.

Una sala grande a mi lado derecho, había un arco de ángeles con sus ojos cerrados y adentro mucha gente con copas y comida, a mi lado izquierdo una puerta de vidrio negra muy grande y al frente las escaleras.

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