Victoria: -Simplemente no puedes seguir viviendo ahí. No es seguro. O sea, es un edificio donde el 85% de los apartamentos están ocupados por gente que trabaja ilegalmente, el 1% por ti y el resto está desocupado. A lo que me refiero es que no es seguro, hoy tu vecino de arriba casi te tira por la ventana y se aprovecha de ti, ¿Qué sigue?, ¿Que el vecino del costado te venda en la deep web? Mañana o cuando pare la tormenta te mudarás al departamento que está en frente al mío, está desocupado y te viene biem, si no puedes pagarlo no me importa, te ayudaré, pero no permitiré que sigad viviendo en ese... Ese.. No se como le podemos llamar.
Giró los ojos y se tapó más con la campera.
Florencia: -¿Ya terminaste?
Me dejé caer en el sillón a su lado y suspiré.
Victoria: -Se que no viniste para oír mi charla paternal, pero es peligroso y me preocupa.
Florencia: -No me dará para pagar el apartamento de en frente.
Bajó los ojos a sus manos.
Victoria: -Te ayudaré, no hay problema. Necesitas estar entera y viva.
Florencia: -¿Por qué hacés esto? ¿Por qué me ayudás si no contesté tus llamadas, ni tus mensajes, si estuve con otras personas después de tu beso?
Victoria: -Mientras tú estabas con otras personas yo me dediqué a cuidar a tu hermana en el hospital...-pensé que había sonado dura- noté lo importante que eres para ella. No voy a dejarla sin hermana, sabiendo que yo pude evitarlo. En fin... A lo del beso... No importa, fue solo un beso.
Mentira. No había sido solo un beso.
A ella le dolió, pero no lo noté, porque se había puesto su máscara otra vez, parecía que nada le afectaba.
Tragó saliva y se sacó una lágrima que había empezado a correr por su mejilla.
Florencia: -¿Cómo está ella?
Victoria: -Bien, es fuerte, va a salir de esta, se parece a ti... Es linda.
Prendí la calefacción y la tapé con una frazada. Me agradeció.
Me senté y puse una película. Me senté lejos de ella para no tener el impulso de abrazarla.
Hasta que sonó el timbre y se escuchó:
Cande: -Vico abrime que te tengo que contar algo re top.
Victoria: -Pasá.
Candela apenas nos vió sonrió y me lanzó una mirada pretenciosa.
Cande: -Perdón que interrumpa, no quería molestarlas.
Mentira. Se hubiera ido en el instante que nos vió. Pero Candela es así, siempre quiere saber más. He intimidar a la gente que puede hacerme daño.
Luego de un café las tres juntas y terminar de ver la película a Candela se le ocurre hacer la pregunta mortal:
Cande: -¿Que pretendes con Vico?
Yo la estrangulé con la mirada, Florencia se limitó reír y contestar:
Florencia: -Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas.
Candela que es taba comiéndose las uñas la miró sobresaltada.
Cande: -Oh, si fueras un chico me casaría en este momento.
Yo la miré directamente para matarla otra vez.
Cande: -Tranquila Vico, ella no es mi tipo.
Mis cachetes se tornaron de un rojo intenso y sentí como ardían. Florencia se limitó a mirarme, bajar la mirada sonriendo y luego decir.
Florencia: -Tengo miedo de yo no ser su tipo ¿Mirá si no realizo la travesura?
Candela saltó de alegría, comunicarse en un lenguaje potterhead era algo que las dos hacíamos siempre desde hace años y Toti nunca nos entendía. Pero ya teníamos a alguien que también lo hablara, creo que eso sumó 150 puntos para Florencia y se ganó a una de mis amigas. En cambio yo solo escondí mi rostro en mi gorro de lana.
Candela se fue nara dejarnos solas, sin antes aclarar o insinuar que nos portaramos bien.
Cerré la puerta y miré la chica en mi sillón, tenía un poco de frío todavía y me miraba sonriendo.
Victoria: -Perdona eso. Fue incómodo... No sabe lo que dice, el café le afectó. -Claro, yo disimulando la realidad.- Dormirás en la cama y yo en el sillón, allá está más caliente.
Florencia: -Tranquila, me cada bien esa chica. Hey no, está bien, dormiré aquí, es tu casa no te puedo hechar de tu cama.
Por mi me podría hechar de mi propia casa que me encantaría, pero no podía decirle eso.
Victoria: -No, estaré bien acá. Es una cama grande no te sentirás incómoda.
Florencia: -Si es grande durmamos las dos.
Pensé que no había oído eso.
Victoria: -¿Qué?
Florencia: -Si, dijiste que la cama es grande, así que durmamos las dos.
Luego de una larga discusión a ver donde dormiría yo, acepté compartir mi cama. Armamos una frontera con almohadas y almohadones para separar el espacio.
Florencia: -Si con eso quieres reprimir el deseo de dormir en cucharita conmigo, no hay problema.
La miré y me sonrojé de nuevo. No lo había visto de esa forma. Me acosté y nunca en mi vida había sentido mi cama tan rara o tal vez yo nunca me había sentido tan rara.
No podía dormir, y no quería dar vueltas en la cama, no quería incomodarla, hasta que no aguanté y me di vuelta.
Estaba con los ojos cerrados, de cara a mi, se veía diferente, mucho más serena y despreocupada. Daría lo que fuera para que estuviera así con los ojos abiertos. Luego de mirarla unos minutos me levanté a tomar agua. Simplemente el sueño no venía a mi.
Bajé las escaleras y me choqué contra el sillón, volé unos pasos y caí. Pensé que había escuchado una risita pero lo dejé pasar. Saqué el agua la serví y cuando me fuí a sentar en la mesa me enganché con las silla y me volqué el agua arriba. Escuché la risa desde la escalera y vi que Florencia apareció.
Florencia: -Lo siento no podía dormir...
Sonreí.
Victoria: -Somos dos. ¿Querés agua?
Florencia: -Si... ¿Te pudo hacer una pregunta importante?
Victoria: -Claro.
Cuando Florencia abrió la boca para hacerme la pregunta el timbre sonó. Las dos nos miramos y luego nos fijamos en el reloj. Eran casi las dos y media de la mañana. Era obvio que Candela o Toti no eran. Y con la lluvia era demasiado raro.
Florencia agarró la escoba y yo un cuchillo. Era totalmente raro pero la persona había empezado a golpear la puerta.
Victoria: -A la cuenta de tres abro la puerta -le susurré.
Uno.
Dos.
Tres.
Las dos nos frenamos de golpe.
No podía creer quien había vuelto después de estas semanas.
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Atardeceres
AcakVictoria llevaba una vida normal. Tenía una librería, su apartamento, un pequeño auto, un novio "perfecto", dos incondicionales amigas, una famila excelente, un amor eterno a la música...pero se sentía vacía. Encontró a una persona que la hizo dud...