Rara

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Si.
Luis estaba ahí.
Tocando mi puerta a los dos de la mañana.
Interrumpiendo un momento especial.
¿Lo peor de todo?
Borracho y "arrepentido".
Generalmente cuando la gente se embriaga le manda un mensaje a su ex con el típico "mi amor volvamos, te extraño". Pero el no. Fue hasta mi apartamento.
¿Tan especial me tocó el chiquilín?
No lo iba a dejar ahí tirado. Se que no estaba a la intemperie pero daba igual, no podía dejarlo tirado, era posible que cometiera alguna locura.
Lo hice pasar, lo calme un poco, luego lo acosté en el sillón y se durmió.
Cuando miré la cara de Florencia en la cocina ella empezó a reír.
No entendí que pasaba.
Victoria: -¿Qué?- pregunté de mala gana.
Florencia: -Nada...Me da gracia lo idiota que sos. Él te hizo daño y vos ahí como un perrito secando su ropa y su piel ardiente mojada.
"¿Celos?" Pensé "¿Acaso la chica de ojos verdes tenía celos?"
Victoria: -No puede estar ardiente y mojada a la vez, creo que los términos de "piel ardiente y mojada" se contradicen... además tiene una piel fea, totalmente deshidratada y el chico es feo... No se que tenía en la cabeza... -tal vez lo que pasaba es que había destapado lo que en verdad era y no necesitaba fingir, ya había probado el cielo, ya no quería volver al suelo- volviendo al caso, no as así. No puedo dejarlo tirado sabiendo que si hace una locura es culpa mía... A ti tampoco te dejaría si me hubieras hecho daño.
Puso los ojos en blanco.
Florencia: -Pasaba que no habías visto a alguien tan perfecto como yo. Pero aún así eres idiota, se supone que yo debería a enseñarte eso para que las personas no te afecten y sólo pienses en ti misma. Ese era nuestro trato.
Victoria: -No quiero ser así -dije sin pensarlo.
Su sonrisa se borró... Lo había olvidado, ella había dicho que era una de esas personas.
Victoria: -Eso no quiere decir que sea adicta a ellas... - susurré de modo que pensé que no me escucharía.
Florencia: -No es bueno cariño. Lo sabes.
Me limité a mirarle a los ojos, se veían un poco ojerosos, no se si era por la luz de la cocina y el reflejo de la Luna... o simplemente falta de sueño.
Florencia: -El que cierra la boca, otorga...
Reí.
Victoria: -Así no es, no seas boba... ¿querés Nutella?
Asintió sin despegar los ojos de Luis. Brillaban con un cierto recelo u odio.
Florencia: -Esto parecería una parte de La Tatuadora de Libelulas pero... No eres Camz, no estoy desnuda, es tu casa no la mía, no me has regalado tu chaqueta azul que me gusta y tenemos a un individuo más -lanzó una mirada al chico totalmente borracho que dormiste el sillón.
Se me escapó una risa nerviosa.
Amaba esa parte, era totalmente divertida...Y la verdad es que no estaría mal.
Victoria: -¿Tu primer beso fue de Nutella entonces?
Abrió más los ojos y sonrió.
Florencia: -No, no fue así pero igualmente sería lindo que hiciéramos eso... así que te gusta Camren...
No lo negaba, pero aún así era una completa desconocida todavía.
Victoria: -Claro que si, Camren es vida. Y La Tatuadora de Libelulas es increíble.
Cuando despegué la mirada de la Nutella vi que tenía rastros de chocolate en la comisura de sus labios y en su nariz.
Ahí, esa chica, sentada en mi cocina, con algo de Nutella en la cara, se veía tan perfecta que incluso había olvidado que Luis estaba ahí medio inconciente.
Hasta que se calló al suelo.
Aún así siguió dormido.
Reímos las dos.
Florencia: -Es un idiota, no te merece. ¿Qué viste en él?
Victoria: -La verdad es que nunca lo había pensado, simplemente lo conocí en una reunión de amigos, me habló luego de eso, salimos como amigos un par de veces y me pidió para ser su novia, a mi no me gustaba, nunca pensé si era lindo, ni miraba sus músculos bien definidos por horas de gimnasio, el nunca me escuchaba, sólo me invitaba a salir para mostrarme como un trofeo delante de sus amigos. Mis amigas siempre habían tenido novio y yo nunca me quedaba atrás pero simplemente eran amigos que se convertían en algo más por unos meses, luego era aburrido y los dejaba. Pero esta vez me agarré más a él, porque cada vez que lo iba a dejar inventaba algo y me daba mucha lástima. Tal vez siempre sentí pena y lo que me dolió es que no me valorara.
Florencia: -¿Y las mujeres?
Las mujeres...
Reí.
Victoria : - Mentí sobre mi heterosexualidad tuve una novia una vez, estaba loca por ella y pensé que ella por mi, le regalé libros que compraba con un trabajo que tenía luego de clases, yo apenas tenía 14, me escapaba a verla, me acuerdo mi primer beso, estábamos caminando mientras me presumía sus ex novios y yo estaba a punto de largarme a llorar... conocía a todos, eran mis amigos la mayoría, entonces a llegar a una esquina tomó mi mano y me abrazó, me susurró al oído que me quería y que nunca la dejara, no quería que la rompieran otra vez y me besó. Sus labios sabían a el chicle de menta que había comido. Nunca había sentido nunca un beso así, siempre eran aburridos, asquerosos o simplemente no me gustaban de ningún chico. Me empezó a pedir cedidos que tenía yo porque la invitaban a cumpleaños de 15, luego me enteré que andaba con todos en esos cumpleaños, poco a poco dejamos de hablar y yo decidí que no daba para que yo estuviera mal. Entonces ella me confesó que sólo había estado conmigo para olvidarse de un chico de su clase y no quería lastimarme. Luego a veces me hablaba y me decía "Ángel" y yo la quería tanto... desde ahí decidí enterrar mi homosexualidad, convencí a Toti y a Cande que sólo había fantaseado porque quería probar. Y volví a estar con chicos... ningún puto y asqueroso beso fue igual o mejor que ese, eran todos horribles, pero igual, me conformé. -su rostro se tensó- Hasta que..hasta que... yo te besé a ti.
Su cara volvió a relajarse.
Victoria: -Lo siento, a veces me pongo a hablar y no paro...
Florencia: -¿Y fue mejor?
La miré confundida.
Florencia: -Mi beso... a eso me refiero.
Me sentía tan rara, estaba tan rara.
Y noté que ella se sentía igual.
Me mordi el labio, suspire y me tape la cara con las manos.
Victoria: -Si -susurré.
Creí por segunda vez que no iba a oír. Pero me equivoqué.
Igual a cuando me equivoqué que todo era un sueño, igual a cuando decidí enterrar mis pedazos.
Todo cambiaría a partir de ahora, no sólo para mi... para ambas. Ninguna estaría igual.
Obviamente que la gente no se da cuenta cuando una luz entre miles de apaga.

AtardeceresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora