Bien o mal

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La anoche hubiera sido perfecta, pero había muchos detalles que lo impedían uno de esos era tener a un ex en la entrada de tu casa, otro fue volver al pasado, mi pasado, un pasado que dolió. Simplemente había sido un beso con esa chica, pero para mi había sido entregarme de cuerpo entero.
Victoria: -¿Vamos a el cuarto antes de que empiece a roncar?
Florencia aceptó y se llevó la Nutella a su pecho como una niña caprichosa mientras ponía puchero y sus ojos verdes brillaron más.
Florencia: -¿Ella también irá?
Sonreí y acepté.
Al principio subí las escaleras tratando de no hacer ruido para que Luis no se despertara, me acordé que a el no lo despierta nadie mientras estuviera en ese estado entonces corrí escaleras arriba y abrí la puerta con tanta energía que casi se sale, bueno, no tanto, pero estaba nerviosa.
Me senté de mi lado de la cama con las piernas cruzadas mirando a su lado, ella hizo lo mismo nada más que mirándome a mi. La luz llegaba desde su espalda y todo su cuerpo estaba delineado por una luz blanca, creo que en ese momento yo le dibujé alas...
Llevó un poco de Nutella a su boca y lo comió con tanto placer que yo sólo podía quedarme mirándola.
Florencia: -¿Quieres? -y estiró su mano con el tarrito por la mitad.
Negué con la cabeza.
En sus labios de tornó una sonrisa pícara como de un niño y tan sincera.
Florencia: -Se que soy divina pero no para que me mires tanto, me da vergüenza.
No le creí, ella no sentía vergüenza de mi, de nadie, a ella le encantaba que la miraran.
Ella se encantaba a si mismo. Elle se sentía segura no podía hacerla dudar.
Bajé la mirada a mis manos y luego la subí a sus ojos.
Victoria: -Mañana no voy a abrir la librería pero voy a ir a ordenara y esas cosas... iré luego de comer... Si quieres podemos en la mañana ver lo de tu apartamento y luego ir a comer juntas... también si quieres puedes acompañarme.
Florencia: -En serio puedo mudarme a otro edificio más barato o tal vez defenderme ahí, no importa... en si es hoy... amaría ir a comer contigo y a la librería también. Pero...
Mi corazón había empezado a latir cada vez más fuerte cuando dijo "amaría" y se paró de golpe cuando de su boca salió ese "pero".
Florencia: -Te olvidas de Luis.
Claro, ella estaba un poco celosa y no se lo sacaba de la cabeza, en cuanto a mi ella lograba hacer que él no existiera.
Victoria: -Llamaré a un taxi y lo enviaré a casa.
Esa respuesta no pareció satisfactoria pero la aceptó.
Victoria: -¿Y tu trabajo?
Sentía una gran curiosidad por ella y volví a recordar que de alguna manera era una completa desconocida.
Florencia: Yo diseño, no necesito un orario para inspirarme, me dan un tiempo, yo dibujo y ellos crean, a veces me llaman para modelar pero me he empezado a aburrir, siempre son los mismos. Además estoy empezando con mi estudio de arte. También empezaré básquet de nuevo...
Victoria: -¿Y dónde quedaría tu estudio?... oh yo empezaré fútbol, hace tiempo me iba perfecto.
Florencia: -En mi apartamento.
Victoria: -Casi te violan ahí.
Florencia: -Suelta eso, no fue nada.
Su tono era desinteresado.
Victoria: -El vecino quería una taza de azúcar... Mañana veremos la forma de que te mudes acá, mientras ¿Dónde te quedarás?
Florencia puso los ojos en blanco.
Florencia: -En mi casa.
Casi le tiro la Nutella por la cabeza.
Victoria: -No. Si no puedes quedarte en tu casa te quedarás aquí, amo dormir en mi sillón.
Me miró y se rió.
Florencia: -¿No te gusta como ronco?
No sabía que decirle, porque era tan perfecta que ni roncabao no durmió, no lo se, no estaba segura.
Victoria: -¿Tienes la costumbre de dejar a la gente sin palabras?
Le sorprendió mi pregunta, pero no la tomé desprevenida.
Florencia: -La gente se queda sin palabras al verme pero sólo las lindas dueñas de librerías me dejan a mi sin palabras.
Rayos.
No aguantaba eso.
Cuando me puse el pelo detrás de la oreja mi celular sonó.
Victoria: -Samuel es tarde... Si lo entiendo... ¿Discutieron otra vez?... ¿Por un sillón?... No llores gordo... es 3 días voy para allá... No, sólo un día... Hablaré con ellos... Por favor no hagas lonque hice yo... Te amo y Descansa.
Una lágrima me corrió por la mejilla.
Está vez fue ella quien me la sacó y me miró preocupada. No necesitaba hablar para preguntarme que pasaba.
Victoria: -Mis padres no están juntos... mentí... si tienen sus negocios juntos pero ya no están casados, cuando mi hermano tenía unos 6 años ellos se divorciaron por infidelidad de mi padre, yo me acerqué más a mamá y dejé de lado a mi padre. No soporte vivir en una mentira y me sufrí grandes caídas con la vida. Mis brazos y mis piernas estaban rotos y yo no era la misma... ahora discuten por todo, no quiero que a mi hermano le pase lo mismo, por él seguí luchando.
Lo único que hizo fue acostarme y abrazarme contra ella.
Esa madrugada dormí con mi cabeza en su pecho y con el latido de su corazón cómo música.
Supongo que el pasado atrapa de nuevo a veces.
Después de noches yo ya estaba en paz.

La alarma sonó a las 8 pero no la escuché, eran cerca de las 9 cuando nos ojos empezaron a abrirse, mi mente estaba en blanco, no recordaba lo sucedido. Tomé el celular y me dije a mi misma que era tarde, me saqué la ropa que tenía puesta y sólo me puse una remera grande y vieja que me llegaba a los muslos. Bajé las escaleras maldiciendo que me había dormido y cuando vi el sillón vacío me acordé de Luis.
¿Dónde estaba?
Me refregue los ojos como un niño pequeño y lancé un bostezo.
Florencia: -Esa remera te va muy sexy para ser dueña de una librería.
Me di vuelta.
Su voz venía de la terraza. Estaba vestida y con el pelo mojado.
La ropa no era de ella, era ropa mía que le había prestado ayer pero sin duda se había bañado.
Se veía más fresca que el rocío de la mañana.
Victoria: -No se si me desperté tarde para el trabajo o todavía estoy soñando...
Florencia: -Mmmmm... tu decisdes que es un sueño y que es una verdad pero recuerdo que ayer me dijiste que sólo ibas a ordenar la librería... Y si intentas librarte de el almuerzo que me prometiste estás equivocada señorita.
Victoria: -Ya lo recuerdo... creo, ¿y Luis?
Florencia: -Llamé a un taxi y se fue.
Me pareció normal hasta que pensé un poco más.
Victoria: -¿Cómo sabes su dirección?
Florencia: -Te la pregunté y me la dijiste... estabas media dormida pero luego de que me respondieras "fideos con salsa de arena y licuado de televisión" me la dijiste.
Pasé mi mano por el pelo.
No entendía nada.
La pedí la dirección y al parecer era la correcta.
Tomó mi mano y me llevó a la terraza... ahí me esperaba una gran sorpresa.
En el centro había una pequeña mesa con dos tazas de café, un par de platos con tostadas y huevos. Pequeños sobres de manteca y mermelada.
El día había empezado bien... No podía saber como terminaría.

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⏰ Última actualización: Feb 23, 2017 ⏰

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