Atardeceres

De a poco

Florencia: Creo que no deberías hacerlo. Destruyo a las personas.
Victoria: Bueno, yo suelo construirlas. Haríamos un buen negocio ¿No creés?
Sonrió.
Me empezaba a agradar esa sonrisa, a no era una mueca como la primera, cada vez se hacía más grande y me agradaba más.
Florencia: Si es sobre ella lo que venía a contarte, no confío en ti, pero necesito desahogarme, algo me dice que puedo hacerlo contigo. No se porque, pero sigo ese instinto a ti.
No sabía si ofenderme porque no confiaba en mi o totalmente orgullosa porque algo la atraía a mi como algo lo hacía conmigo a ella.
Victoria: Soy todo oídos para escucharte.
Un escalofrío me corrió por la espalda.
Tenía curiosidad de lo que podría salir de su boca y unas ansias de saber todo lo que podía de esa misteriosa chica.
Florencia: Emm... Bueno yo... Yo soy diseñadora de moda, soy dibujante, estoy empezando a ser reconocida luego de un año de trabajo en una revista de moda que a la vez una agencia de modelaje. Se puede decir que soy mujeriega. No soy santa, mi trabajo me da un gran acceso a mujeres hermosas, pero son solo pasantías, hasta que llegó ella... Agustina, que me hizo creer que teníamos algo serio. Descubrí que ella era peor que yo. Por algo siempre se tiene algo rojo... El rojo es para...
Victoria: Las perras. -interrumpí.
Sus ojos se abrieron un poco más.
Reí.
Victoria: Te rompieron. Te rompieron como tú rompiste a las otras. Te rompieron y creés quente lo mereces. Te rompieron y no encuentras como justificarte. ¿Es eso?
Una lágrima corrió por su mejilla.
Estiré mi mano y se la saqué.
Florencia: ¿A caso te da gracia? ¿Te doy pena? -lo dijoncon una voz tan fría que me dolió al instante.
Victoria: No es eso. Adimiro lo boba que eres. No tienes la culpa de que eso pase. Tal vez pienses que es el karma, que te lo mereces. No es así. Créeme que lo se.
Florencia: ¿Cómo puedes saberlo?
Victoria: Solo lo se. Lo se porque algo me lo dice. Además no creo que te lo merezcas. Anímate. Ella no sabe de lo que se pierde.
Florencia: Sabe perfectamente de lo que se pierde y por eso lo hace. Para hacerse desear. Yo hacía lo mismo.-largó otra lágrima.
Se la saqué.
Lo había arruinado todo de nuevo.
Respiré hondo y cambié de tema a lo primero que pasó por mi cabeza.
Victoria: ¿Si eres una diseñadora de moda por qué te vistes como algunos común?
Florencia: Pensé vestirme para la ocación, esto no es nada importante. Salí como estaba en mi apartamento.
Nada importante. Eso no era nada importante. Irse a ver con una desconocida a contarle tus secretos no era nada importante.
Yo no era nada importante.
Ella no era nada importante.
Eso es lo que creíamos las dos en el principio.
Pero igual me ofendí.
Victoria: Claro, soy una simple persona que no conoces y escucha tus resentidos recuerdos. No soy nada importante.-comenté resentida y sarcásticamente.
Me miró sobrante.
Florencia: No sabía que eras resentida cariño.
Victoria: Pues lo soy. Soy una persona que no importa y que tiene problemas. Soy una persona común y corriente que también está rota.
Me levanté y tapé mi rostro tratando de no mirarla. No iba a demostrar ningún sentimiento al frente de una desconocida.
Su mirada se tornó pensatiba y luego me miró como si yo diera lástima.
Florencia: Lo siento catiño. Por eso es que suelo lastimar a la gente.

Victoria: Mi novio me terminó.-solté- Dijo que no era lo bastante "entretenida". Pensé que mi vida estaba totalmente planeada. Mis planes se desmoronaron de un segundo a otro. Me siento estúpidamente atraída por una desconocida que nunca he visto en mi vida. Estoy totalmente bloqueada para escribir. Y moriré sola, con 50 gatos y no tendré una familia. Oh y muerta.

Florencia: No sabe de lo que se pierde. Yo estaría totalmente encantada si estuviera en su ex lugar. Creo que debo enseñarte a no esperar nada de las personas. ¿Estás dispuesta?

¿Lo estaba?
Luego nos dimos cuenta que las dos aprenderíamos que no esperar nada de nadie es imposible. Y más aún si eso venía de ella o de mí. Las dos terminaríamos aprendiendo que siempre hay algo para dar y recibir. Las dos terminaríamos aprendiendo que fuimos creadas tal pata cual.