4. Chris Jericho.

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—Sé que no pero aún así te amo —me abrazó fuerte y soltó unas carcajadas—. Me siento como Big Cass al abrazar a Enzo.

—Si, tu tamaño no es normal —reí y me separé de ella—, iré a hablar con Will, no me demoro mucho.

—Okay —tomó su cabello con una liga y limpió la barra, ya se encontraba mojada por los hombres que estuvieron bebiendo allí momentos antes.

Crucé el pasillo y abrí la puerta de Will sin previo aviso. Aquello había sido una mala idea, me arrepentía de haberlo hecho.

—Al parecer tu mujer no te dio anoche —hice mofa de la escena. La mujer bajó de la mesa donde se encontraba exponiendo sus genitales, tomó su ropa y pasó a mi lado—. Por favor no me toques —le pedí alejándome de la puerta. Me miró con desprecio y salió corriendo.

—¿Cuántas veces tengo que decirte que toques antes de pasar? —me gritó subiendo sus pantalones y arreglando su camisa.

—Ya me conoces —metí las manos en mis bolsillos—. Deberías entender que la puerta necesita un nuevo cerrojo, si no quieres que tu señora llegue algún día y vea lo que yo veo todas las veces que vengo.

—¿Quién dice que yo tengo señora? —se sentó del otro lado del escritorio.

—Todo el oro que tienes en el dedo anular en la mano izquierda —dí un paso adelante—. Aunque tengo que ser honesta, no sé cuantas veces haz metido ese dedo en las mujeres porque ya no brilla como antes y eso me apena.

—Adoro tu simpatía.

—Gracias —sonreí.

—Toma asiento.

—No es necesario, estoy asqueada con solo pararme aquí.

—Entonces dime a que vienes —juntó sus manos.

—No me mal interpretes, no vengo a dejarte mi solicitud para unirme a tu club de orgías —levanté las manos— vengo a dejarte el dinero que te pidió prestado Danielle el día de ayer.

—Mm... —sacó un abano y me ofreció, negué con la cabeza— Esa chica tiene las pelotas para venir a pedirme dinero —rió.

—Pues claro, las que no tienes.

—¿No tengo? ¿acaso quieres verlas Knox? —levantó una ceja mirándome de pies a cabeza.

—No es necesario saber que no hay nada en esos pantalones —miré mis uñas— solo perdería mi tiempo, así que ve sacando la libreta y veamos cuanto es el dinero que te pidió Danielle.

—Medio millón.

—Quinientos mil, fácil —metí la mano en mi bolsillo y saqué todo el dinero de mi paga. Esta sería una semana difícil—. Haz la boleta para que luego no digas que no te pagué —me acerqué.

—Con ese carácter deberías trabajar para mi —me sonrió con picardía, le mostré mi dedo medio y él hizo la boleta. Me la entregó al momento en que le entregaba el dinero y esta vez no me estafó—. Dile a Danielle que puede pedirme dinero cuando quiera.

—Vete a tomar por culo —me giré y caminé hasta la puerta, pero esa mirada en mi cuerpo era imposible no sentir.

—Vaya sorpresa ¿eh? —comentó Danny cuando estuve afuera.

—No me sorprende en realidad —caminé a ella— se coge todo lo que se mueve.

—Tienes razón —le sirvió un trago al hombre que tenía al frente.

—¿Por dónde se fue la mujer?

—Salió a la calle con la ropa en las manos, los hombres no disimularon.

Everything Is Grey ✧ SR.  » I «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora