ċaքítʊʟօ sɨɛtɛ. (ʀɛsքɨʀaռɖօ tʀaɢɛɖɨas)

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Extrañamente, hoy desperté renovada, mi ánimo está más arriba de lo inusualmente normal y se siente genial, únicamente el hecho de que no he visto a William desde ayer me inquieta un poco, pero a excepción de eso me siento mucho mejor, quizá debe ser porque Olivia sabe la verdad, y aunque sea una persona la que sepa este secreto, me tranquiliza de cierto modo y me hace sentir apoyada.

Humedezco mi rostro con una abundante cantidad de agua y la seco cuidadosamente para aplicar una capa de maquillaje, ya terminado el proceso bajo las escaleras y veo a una radiante Olivia mantener una relajada conversación con mi padre.

- buenos días! - saludo a ambos con una sonrisa. Ellos voltean en mi dirección y sonríen saludando al unísono.

- creo que alguien despertó de buenas. - dice él. Lo miro sonriente mientras camino hacia el congelador y retiro un par de sándwiches de jamón.

- vaya chica... luces ardiente. - sonríe Olivia y miro a mi padre que tiene los ojos muy abiertos por su comentario.

- ¿Cuál es exactamente el significado correcto para ese término? - pregunta el haciendo una mueca de disgusto fingido.

- pues.... - balbuceo. - ... que hoy luzco atractiva. - digo quitándole importancia. Miro a Olivia y la señalo con mis dedos. Estúpida. Articulo silenciosamente.
De nada. Ella me sonríe de vuelta.

- ¿entonces debo estar tranquilo? - pregunta el.

- ajá. - respondo besando su mejilla y camino hacia la puerta para tomar mi bolso. - vámonos, Liv, no quiero llegar tarde otra vez. - digo a Olivia, ella se queja mientras mete la mitad de un panecillo en su boca y se levanta de su asiento a paso lento.

- vamos Olivia, tu puedes hacerlo mejor que eso. - ríe mi padre.

- hey! - se queja. -... solo tuve una mala noche. - protesta ella intentando no reír mientras tiro de su brazo hacia la salida de la casa.

Ya fuera, el tiempo corre veloz y afortunadamente llegamos puntuales, ambas nos preocupamos por entrar a clases en el horario correcto, Olivia y yo tuvimos aulas diferentes solo una vez en el día, Spencer pasó el almuerzo con nosotras como casi siempre ya que tiene que estar entrenando la mayor parte del tiempo, reímos y hablamos durante bastante tiempo.

Hubieron prologados momentos del día en que desee que William hubiera estado ahí, y así fue.

- dilo otra vez. - pide él con una sonrisa seductora. Ruedo mis ojos y lo miro risueña.

- ¿irías conmigo a la fiesta del muelle? - pregunto con voz lenta.

William sonríe abiertamente y me acerca más a su cuerpo.

- ¿quién sería yo para rechazar su invitación mi venerada Elena? - bromea seductor y besa lentamente mis labios haciendo que mi día culmine de la mejor manera que puedo imaginar.

Y así él día transcurrió cada vez mejor y extrañamente, tomando un ritmo normal.

William y yo disfrutamos de largos momentos que sólo nos involucraban a nosotros, hablamos durante bastante tiempo como solíamos hacerlo cuando recién nos habíamos conocido, a diferencia de que ésta vez fue sobre nosotros, no hubieron nocturnos ni magia. Sólo nosotros.

Y así llegó la tarde y las paredes y casilleros de la escuela se fueron colmando de afiches que anunciaban la gran Fiesta del Muelle que se llevaría a cabo hoy al anochecer.

- ¿qué haremos entonces? - pregunto poniendo las manos en mis caderas en señal de frustración.

Ya en casa, Olivia y yo nos encontramos en un dilema femenino sin mucho sentido. William y yo acordamos vernos en él muelle, él me encontraría.

Descendientes - Caminando entre brumas. (Libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora