CAPÍTULO 44: ENTRENAMIENTO

159 9 1
                                    

Ashley Greene -> Aria Moore

Salté de mi cama sobresaltada por culpa del ruido de una bocina cerca de mi cara.

-¿Qué cojones...? – pregunté sobándome el trasero por el golpe. Sí, me había caído de la cama.

-Despierta niña, hora de entrenar – dijo una voz conocida de mala gana.

-¿Qué hora es? – pregunté algo enfadada mientras intentaba abrir los ojos.

No hará falta decir que me pongo de mal humor cuando me despiertan pronto y de malas maneras.

-Las cinco y media de la mañana, vístete cómoda y baja.

-Y una mierda – dije con fastidio – Motus – vi la imagen borrosa de Lena siendo arrastrada hacia la puerta y seguidamente cómo ésta se cerraba.

-¡Aria Moore abre la puta puerta! – me gritó enfadada.

-Dame 6 horas más – dije subiéndome a la cama y acurrucándome con las sabanas.

-Motus – oí que decía una voz.

-¿Qué coño? – la puerta se abrió y apareció Lena junto a una chica de unos 19 años castaña.

-Ella es Arianne, es bruja – explicó sonriendo victoriosa y cruzándose de brazos – Vete – le ordenó. Está asintió algo asustada y se marchó casi corriendo.

-¿Está aquí contra su voluntad? – mi voz seguía ronca.

-Si – me respondió con simpleza – Ahora vístete – gruñó cerrando la puerta.

Bufé molesta y me fui a la ducha, me tomé mi tiempo antes de enjabonarme y me dediqué a cantar.

-¡CÁLLATE Y BAJA YA! – gritó Lena exasperada golpeando la pared.

-¡ME CAGO EN TODO LENA NO GRITES INTENTO DORMIR! – gritó Thomas desde alguna parte de la mansión.

Salí de la ducha cinco minutos más tarde y me envolví en la toalla. Escogí unas braguitas cómodas y un top Nike negro de deporte. Cogí también unos leggins negros con los laterales de color gris.

Salí al balcón y una ola de frío me invadió. Busqué en el armario una chaqueta y encontré una gris con la parte superior negra, era Nike y de deporte, y además conjuntaba a la perfección con mi conjunto. Encontré también unas bambas –también Nike- negras con el logo en blanco.

Me miré al espejo y até mi pelo en una coleta alta. Me había alisado el pelo el día anterior así que mi pelo seguía liso. Abroché mi chaqueta y bajé a desayunar.

Esperaba un desayuno abundante como las veces anteriores que había desayunado aquí pero solo encontré un café y una manzana.

-Es mejor que comas poco, no conviene que vomites, el entrenamiento será duro.

-¿Qué se supone que vamos a hacer?

-Aprenderás a defenderte, ahora desayuna.

-Borde – susurré bebiendo de mi café.

-Te he oído – dijo caminando hacia la cocina.

-De eso se trata – dije con fastidio.

Aún tenía sueño, y me iba a poner a correr y a vete a saber qué. Odio correr, ¿lo había mencionado antes?

Miles de veces. Te haces muy pesada.

Oh, hola conciencia, sigues tan amable como siempre.

ASCENDE: La Leyenda #Wattys2019 {EN EDICIÓN}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora