CAPÍTULO 29: MASACRE EN EL BAR

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Rachel G -> Lena Harford

-Halid – dijo Thomas avanzando con paso seguro hacia él. Aunque solo caminó dos pasos, lo justo para colocarse delante de mí – ¿Qué quieres? – preguntó serio.

-Quiero cobrar, nos arruinaste la vida a mí a mis amigos – señaló a cinco chicos detrás de él – Y ya es hora de que pagues.

-Lo siento, hoy no me va bien, quizá el siglo que viene – dijo Thomas encogiéndose de hombros y arrugando la nariz y los labios – Adiós – hizo un saludo con la mano, pero el tal Halid lo detuvo.

-Lo siento, pero me temo que no saldrás de aquí. Estás solo, no puedes con nosotros.

-No está solo cariño – le digo sonriendo burlona y encendiendo mis ojos.

-Vaya, una vampira, seguro que eres nueva en esta y le has caído en gracia a alguno de los hermanos.

-La verdad es que me llevo muy bien con todo el género masculino de esta familia – me encogí de hombros.

-Pues claro – dijo riendo Halid – Es imposible llevarse bien con Clarissa, y como olvidar a la dulce Lena, que imagino que seguirá sin humanidad, así que no creo que le hayas gustado mucho – sonrió macabro – Hora de jugar chicos.

-Aria cielo – dijo Thomas sonriendo con malicia y un toque de burla – Deshazte del cuerpo, quémalo o tíralo a la basura, mejor, ambas.

-¿Y tú te quedas luchando solo? No gracias – me cruzo de brazos.

-Aria – me regañó.

-Bien, pero volveré antes de que los hayas matado para ayudarte.

-Vale – aceptó a regañadientes.

Los cinco chicos que estaban detrás de Halid corrieron hacia Thomas, pero no había ni rastro de Halid. Cogí a la camarera y me la puse sobre el hombro, corrí hacia el conteiner de fuera y lancé allí a la camarera.

-Incendiate – dije con la mano apuntando a su cuerpo. Obviamente antes había vuelto a ser bruja.

Oí un ruido cerca, así que bajé la tapa del conteiner y corrí a ayudar a Thomas.

Entré y vi a tres cuerpos sin corazón, uno sin cabeza y otro clavado en la pared, con un palo de billar en el pecho.

-¿Y Halid? – preguntó Thomas.

-Hola, espero que aun tengas ganas de jugar – dijo esa voz. Me giré y abrí los ojos como platos, había aproximadamente 36 vampiros detrás de Halid.

-Aria, me temo que ahora si necesitaré tu ayuda, y no me refiero a la fuerza bruta.

-Eso está hecho, tengo muchas cosas y tengo ganas de probarlas.

-Las damas primero, entonces – hizo un además y yo le sonreí con arrogancia.

Tres vampiros corrieron hacia mí. Yo solo reí y con un solo gesto de la mano, los estampe contra la pared.

-Yo los dejo tontos, tú los matas – dije sin mirarlo.

-Me parece bien – concordó.

-¿Eres bruja? – Preguntó Halid confuso – Hace unos minutos apenas era un vampiro.

-Sorpresa – le dije antes de lanzar a más de la mitad de su "ejército" sobre él - Sancto tribus, et in electis meis sic faciam terminum tuu – comencé.

-¿Qué estás haciendo? – preguntó Halid temeroso.

-No le apetece tener que lanzar a tantos idiotas por los aires – dijo Thomas por mí – Así que creo que serán ellos los que quieran matarte a ti.

ASCENDE: La Leyenda #Wattys2019 {EN EDICIÓN}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora