Grant Gustin -> Grant
La competición de natación fue genial. Nick quedó tercero, Cameron segundo y el primer puesto se lo quedó un tal Huge, del equipo local de Annawan. La competición internacional era en Sídney, Australia.
-Yo habría quedado primero – bromeó Chad. Cameron fue compasivo y se lo trajo como acompañante.
-Nos vamos a las 17:00 – me dijo Cameron. Se le notaba contento.
-¿Dónde está Nick? – pregunté mirando a mi alrededor.
-En la ducha.
-Mierda... - me sobé el puente de la nariz – Oye Cam, ¿le puedes decir que yo no volveré con vosotros? Han pasado algunas cosas aquí que... requieren que me quede.
-¿Cuándo volverás? – me preguntó Chad frunciendo el ceño.
-No lo sé, quizá el martes – dije algo cabizbaja.
-Hey – Cam me tocó el hombro – No te preocupes, es normal. Lo entenderá.
-Lo sé, él siempre lo hace, pero me sabe mal – le sonreí agradecida.
-Yo de ti me preocuparía más en ver cómo consigues quedarte aquí sin que el entrenador te lleve a la fuerza.
-No te preocupes por eso – reí – Por suerte eso es algo que puedo controlar.
Y era cierto, podía utilizar el control mental con el entrenador.
(...)
Subí a mi habitación. Tenía mucho que hacer pero no sabía por dónde empezar. Por una banda estaba Dake, teníamos que encontrarlo. Y por otra banda, mi tía y Thomas.
Mi teléfono comenzó a sonar, alguien me llamaba.
-Hola Lena – contesté.
-Hola, Nick se va y no te veo por aquí.
-Lo sé, me quedo, tengo que solucionar algunos asuntos por aquí. Tu hermano está incordiando a mi familia.
-Dios mío, Thomas – bufó.
-Sí. Oye, ¿podrías venir a mi casa con Keith? Necesito ayuda, tengo que encontrar a mi mejor amigo, que creo que está muerto, y necesito que alguno de vosotros se quede con mi hermana y mi madre.
-Vale, en cinco minutos estoy allí – mi móvil sonó. Alguien más me llamaba.
-Nos vemos – colgué y miré el número: era desconocido - ¿Hola? – Nadie respondió - ¿Hay alguien?
-Ayúdame – Una débil voz sonó al otro lado del teléfono.
-¿Dake? – Pregunté angustiada – Dios mío, ¿eres tú?
-Ayúdame – repetía.
-¿Dónde estás? – mi corazón latía como un loco.
-EDA – dijo y colgó.
EDA... ese era el nombre en clave de nuestro escondite. Desde que somos pequeños siempre que nos hemos enfadado con alguien y no queríamos estar en casa íbamos allí a escondernos y a pasar un rato juntos. Le envié un mensaje a Eline, Dake estaba vivo, o más o menos.
*Yo*: EDA en cinco minutos.
El timbre sonó y corrí a abrir la puerta.
-Hola encanto.
-Keith – rodé los ojos y me aparté de la puerta – Adelante. Hola Lena – le sonreí levemente.
-Hola, ¿y tu hermana y tu madre? – preguntó la vampiresa.
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ASCENDE: La Leyenda #Wattys2019 {EN EDICIÓN}
Ciencia FicciónHumanos, vampiros, brujas, hombres lobos, híbridos... Nunca se sabe que es lo que te puedes encontrar, y hasta qué punto puede ser peligroso. Todos conocemos miles de leyendas que hablan de cientos de tipos de seres sobrenaturales, todos creemos que...