ASCENDE: La Leyenda #Wattys2019 {EN EDICIÓN}

CAPÍTULO 10: ÉL ES MI... SU PSICÓLOGO, SU SEXY Y ATRACTIVO PSICÓLOGO

Blake Gray -> Brad

-Bien – Ray para el motor y baja del coche, lo imito y entramos a una cafetería – Así que quieres saber más de mi eh... - sonríe con arrogancia a lo que yo respondo rodando los ojos.

-Sí, no sé casi nada de ti – me encojo de hombros mientras nos sentamos en una mesa cerca de la entrada, junto a un gran ventanal.

-Ya, ni yo de ti – hace una pausa y me muestra su dedo índice – Tengo una idea, juguemos al juego de las 10 preguntas.

-¡Si! – Suelto un gritito de emoción, me encanta ese juego, miro a Ray, que me mira frunciendo el ceño – Empiezo yo.

-Vale pero, nada de preguntar sobre vampiros ¿vale? La gente podría escucharnos, solo preguntas como persona.

-Vale... - digo algo apenada y me pongo a pensar... Todas las preguntas que me vienen a la mente son sobre el vampirismo - ¡Lo tengo! ¿Dónde naciste?

-Russia, 04 de febrero de 1808 – susurra el año, sonríe y me mira malicioso – Mi turno – su sonrisa se ensancha, miedo me da – Detalles de tu primera vez.

-¿Que? ¡No! Ni siquiera es una pregunta ¿Y para qué quieres saber eso? – digo escondiendo mis ruborizadas mejillas de su vista.

-No...No puedo responder a eso – digo con la voz temblorosa solo de recordarlo.

-Si respondes te permito dos preguntas dedicadas al vampirismo.

PUTO.

Lo miro mal, entrecerrando mis ojos, pero lo único que consigo es que se ría de mí.

-Está bien... - suspiro, total, Ray no le conoce ni creo que lo haga jamás – Fue hace unos meses – bajo la cabeza – No sabía lo que hacía... Fue con un compañero, Grant, se marchaba fuera y bueno, teníamos una extraña amistad, nos besamos, y los besos llegaron al roce, el roce al toqueteo y el toqueteo pues... a eso.

-Dios – suelta una carcajada – Vale es suficiente, no es necesario que sigas, la verdad – dice entre risas – no creí que cederías, solo quería hacértelo pasar mal un rato. Deberías oírte las pulsaciones, el corazón te va a mil – dice partiéndose de risa.

-¡Mala persona! – Exclamo indignada – Después de lo mal que lo he pasado esta tarde en ese descampado... - lo fulmino – Si vuelves a decir o hacer algo así o peor, te juro que te mato.

-Bueno – me susurra – técnicamente ya estoy muerto así que... - se encoje de hombros y yo lo fulmino de nuevo – Vale, lo siento – dice calmando su risa – Te toca.

-Bien... ¿Cómo era la relación con tu familia?

-Pensé que me preguntarías otro tipo de cosas relacionadas con los vampiros.

-Lo haré, solo responde.

-Vale, a penas recuerdo a mi padre, él se fue a la guerra meses después de que yo naciera, mi madre quedó desolada, pero dos años después volvió, cuando ya todos lo daban por muerto, entonces fue cuando mi madre quedó preñada de Alexa, mi padre volvió a la guerra, y ya nunca volvió, desde entonces viví con una madre depresiva, y una abuela que nos cebaba a comida y nos ayudaba en todo lo que podía, cuando cumplí los 16, mi abuela murió, y me dejó solo justo cuando más la necesité.

-Sigue por favor – intento motivarlo, él asiente.

-Fue entonces cuando comencé a sufrir la desmagia, creí que podría afrontarla solo, pues mi abuela nos estuvo preparando a Lexa y a mí desde los 4 años, ella también era bruja, y también la había sufrido, mi madre renunció a la magia para poder llevar una vida humana y normal con mi padre. En fin, así era mi vida, mi padre murió cuando yo tenía 2 años y mi madre hacía como si sus dos hijos no existiesen, porque le recordaban mucho a mi padre. Mi abuela solía explicarme que mi padre nos quería a todos con locura, que era un gran hombre – suspira – A veces lo extraño ¿sabes? Es raro extrañar a alguien de quién ni siquiera te acuerdas y no extrañar a la mujer que te dio la vida... Pero sin duda, a quiénes más extraño es a mi abuela y a Lexa, ellas eran mi luz, y aún lo son – una lágrima cayó por su mejilla.