CAPITULO 3 TRAGEDIA

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En la zona del incendio, los bomberos bajaron de sus carros, corrieron con mucha prisa con largas mangueras en las manos. Lanzaron el agua, trataron con mucha esperanza de que el fuego parase y no afecte a otras casas y locales cercanos. Era algo difícil.

Pasaban los minutos y aun había fuego, los bomberos empezaban a preguntarse si habían llegado a tiempo. Muchos de ellos estaban asustados, nunca antes había visto algo de semejante magnitud. El humo de la fábrica era de un color tan oscuro que tapaba la visión. El cielo se tornaba de un color negro que reemplazaba al blanco de la neblina de aquella mañana de Agosto.

En aquel instante, Tobías empezaba a alistarse para entrar a la fábrica «Ojala el doctor Rodrerick este ahí, a salvo»

Uno de sus compañeros al verlo, cambiándose con una vestimenta más resistente le grito- ¡Estás loco! No creo que haya algún sobreviviente- se acerco a él- quítate eso.

Tobías se enfureció, le sorprendió el saber la actitud de aquel compañero que trataba de impedirle el ingreso a la fabrica, otro compañero suyo de nombre Donald se le acerco.

-Chaval, ¿tienes algún familiar ahí dentro?-coloco su mano en el hombro de Tobías- Si es así, te ayudaremos, aunque veo la situación muy complicada, pero así es el trabajo.

Tobías se lo pensó por un instante, el doctor Rodrerick no era algún familiar suyo, pero si era un hombre al que el admiraba, los años que paso estudiando biología y química en la universidad lo habían llevado a conocerlo. No dejaría que muriese en aquel lugar. El se había inscrito en el cuerpo de bomberos para honrar a su padre, pero su motivo más importante era para salvar personas de accidentes como ese. Entraría a como dé lugar.

-Sí, el doctor que se encuentra en el laboratorio-respondió Tobías-Por favor, ayúdame, el fuego al parecer va desvaneciendo, seremos rápidos.

Donald llamo a otro compañero del cuerpo de bomberos. Ambos se alistaron para entrar en la fábrica

Los 3 bomberos corrieron hacia la parte trasera de la fábrica, se dirigieron hacia la escalera contra incendios. A lo lejos, el capitán con el que Tobías había conversado en el carro los miro « ¿Qué diablos están haciendo? ¡Maldición Tobías! »

El capitán se dirigió a los bomberos que dirigía- Aumenten la presión del agua, apúrense-El capitán miro a otros dos bomberos- ustedes dos vayan ayudar a sus compañeros, están por las escaleras.

-Capitán, es....peligroso.

El capitán respondió molesto- Ten calma, controlaremos la situación ¡Ahora vayan!

En las escaleras, Tobías ya había roto la chapa, entro en aquel infierno. El humo allí dentro era asfixiante y el calor que se sentía era sofocante, Tobías se movió con mucho cuidado, Donald iba a su tras junto con el otro bombero. A lo lejos, vieron a dos mujeres pidiendo auxilio. Donald fue tras ellas, Tobías no se inmuto, trataba de localizar el laboratorio.

En aquel instante, los otros 2 bomberos mandados por el capitán llegaron y lo ayudaron a llevar a buen recaudo a esas mujeres.

-El capitán nos envió, deben salir ustedes tres rápido, recuerden que es una fábrica llena de productos químicos.

Donald respondió apresurado-lo sé, solo echaremos un vistazo mas, los veo abajo- se despidió, y entro nuevamente a divisar algún otro rastro de victimas- ¡Oye Tobías! ¿Dónde estás?

Tobías siguió avanzado más y más por el pasadizo lateral de la fábrica, no veía al doctor. A su tras, el otro bombero lo seguía, y le gritaba que ya se retirasen. Tobías no quería rendirse. Justo en aquel instante, una voz se oyó.

-Auxi...lio...

Tobías se sorprendió, era el doctor.

-Doctor Rodrerick, lo sacare de aquí, no se preocupe-Tobías trato de alzarlo pero no pudo- Oye compañero, ven a ayudarme.

El bombero que lo acompaño se acercaba lentamente y mientras el se acercaba, Donald iba corriendo a su alcance.

-¡Vámonos ya!

-Espera Donald, Tobías encontró otro sobreviviente, tenemos que sacarlo.

Tobías dentro del cuarto de laboratorio, alzo con todas sus fuerzas al doctor «Vamos, ¡Dios! »

-Vamos doctor Rodrerick, tiene que ayudarme, ¿Puede moverse?

El doctor no tenía fuerzas, le faltaba oxigeno, estaba algo inconsciente, vio la cara del bombero que trataba de salvarlo. Lo reconoció.

-Tobías, mi alumno-sonrió- ¿Quién lo diría?

El doctor Rodrerick empezaba a desmayarse. Tobías se alegro por un instante que el profesor que le había enseñado durante años en la universidad lo reconociera, sin embargo ese instante de emoción paso rápidamente. Tobías noto el estado en el que se encontraba su profesor. Estaba desmayándose.

Tobías jalo con todas sus fuerzas al doctor y lograron salir del laboratorio. Se encontraban ahora en el pasadizo

Donald y el otro bombero se acercaban cautelosamente, solo se encontraban a unos pasos de la puerta del laboratorio.

-Ten cuidado, Donald-le dijo el bombero acompañante- veo este pasadizo algo inestable.

Tobías vio que sus dos compañeros se acercaban-Apúrense, no podre sacarlo solo.

-Ten calma Tobías- respondió Donald-ya casi.

Donald y el otro bombero llegaron a un metro de donde se encontraban Tobías y el doctor. Donald se coloco en cuclillas para tomar al doctor. Tobías pasaba el cuerpo del doctor Rodrerick con mucho cuidado, cuando en aquel instante, el piso que se encontraba debajo de Donald, se rompió.

El otro bombero rápidamente tomo la mano de su compañero para evitar que caiga el primer nivel de la fábrica. Tobías solo temía lo peor en aquel momento, la ruptura del suelo lo había separado de sus dos ayudantes. Tenía que encontrar otra salida, le sería imposible regresar por donde entro.

-Súbeme amigo, dale, tu puedes- alentaba Donald al compañero que lo había tomado- Maldita sea.

Su compañero lo sujetaba con todas sus fuerzas, pero el fuego y el humo excesivo lo debilitaban «Lo lamento, no puedo más» Ya sin fuerzas soltó a Donald, una explosión en la parte baja de la planta lo asusto. Este lugar se derrumbaría.

Donald perdió toda esperanza cuando caía, su muerte era inevitable, lo vio venir «me traiciono al que consideraba mi más grande amigo...» pasaron solo unos cuantos segundos. Donald murió.

Tobías había dejado atrás a sus dos compañeros, el también había oído aquella explosión, tenía miedo. Era solo cuestión de tiempo. Buscaba una salida desesperadamente. Corrió arrastrando al doctor por un callejón, doblo hacia su izquierda con la esperanza de encontrar una ventana que conecte con una escalera exterior. Siguió el rumbo que había elegido, se había equivocado.

«Maldicion! No hay salida»

En el exterior, el capitán dejo con el cuerpo de ambulancias a aquellas dos mujeres que habían sido rescatadas. Su preocupación crecía, el fuego no paraba y sus tres colegas aun no regresaban. Estaba nervioso, le sudaban las manos, temía lo peor. «Por favor, regresen de una vez»

En ese instante, otras 3 unidades de bomberos llegaron, la situación era extrema. Los bomberos daban todo de sí para disipar el fuego. Pero eso no basto.

En solo segundos, su más grande miedo se hizo realidad. No pudo reaccionar, sus pupilas se dilataron grandemente, los oídos le zumbaban. El capitán cayó de rodillas, no podía creerlo.

La fábrica había explotado.

SLENDER: EL ORIGENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora