CAPÍTULO 8: TORMENTO

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El tiempo de aquel día de reunión había transcurrido con normalidad, hasta que cayo la noche, produciéndose una precipitación torrencial. Thomas Rodrerick seguía caminando presurosamente al hogar donde vivía, evitando ser mojado por aquella lluvia. Las calles por donde pasaba se encontraban en absoluto silencio, no podría saber si había rastro de persona alguna por la densa neblina, que empezaba a enfriar su nariz y garganta. En aquel momento, empezaron a escucharse truenos y a verse relámpagos, Thomas avanzo mucho mas rápido, tenia una sensación de que alguien lo perseguía, y para asegurarse se detuvo a mirar, y nuevamente vio a una silueta humana pero con extremidades alargadas, que parecía moverse de ventana a ventana en aquel edificio. «Cálmate, solo estas nervioso...no debes autosugestionarte» Thomas Rodrerick corrió, se encontraba a solo unos pasos de su casa.

Al llegar, su abuela le abrió la puerta de la casa. Miro a su nieto con asombro.

–¡Tommy!–Exclamo sorprendida–¿Qué te ha pasado? Pasa de una vez.

–Gracias abuela–Thomas puso sus manos en la cabeza que le dolía de manera extrema, mientras subía las escaleras rumbo a su cuarto–Iré a dormir.

–Hijito ¿no quieres algo...?

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–No abuela, gracias.

–de comer...

Thomas ya en su habitación, se sirve un vaso con agua, el cual toma presurosamente y arroja el vaso al suelo. Sus ojos le ardían y sentía escalofríos. «Necesito dormir» Rodrerick se tiro en su cama, tomo una sabana y se tapo, se dispuso a dormir «malditos recuerdos que no se borran de mi mente» Sus ojos empezaron a lagrimear, había algo que lo atormentaba duramente, empezó a llorar amargamente y para consolarse tomo su almohada y la abrazo, cayendo en unos minutos en un profundo sueño.

En el sueño, Thomas se encontraba en el laboratorio de la fabrica, había ido a visitar a su padre por alguna razón que no recordaba, se mostraba con una actitud normal hasta que vio que algo ocurría.

–¿Qué demonios vas a hacer? El es mi compañero de clases.

–A mí no me interesa, lárgate–lo empuja–¡Hey tu! Conserje, bótalo de aquí.

–Suéltame–grito Thomas enojado.

Trato de pelear con el conserje, no pudo, de un instante a otro ya no se encontraba en el laboratorio.

El escenario se plasmo a lo que parecía ser su casa, alzo la mirada y vio a su padre con la cara ensangrentada y con un cuchillo en la mano. Thomas sintió miedo.

–Eres una basura igual que tu madre, merecer morir.

–¡Cállate maldito!

Thomas escapo de su padre, no quería enfrentarlo, subió las escaleras con dirección a su habitación, una vez en la puerta quiso abrirla. No pudo. En la puerta empezaba a correr grandes gotas de sangre que dibujaban de manera extraña dos pares de tentáculos.

Rodrerick aparto su vista de la puerta. Pero se vio cara a cara con su padre.

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–No pudiste escapar de mi, hijo mío.

–No papa, no lo hagas ¡Noo!

Se levanto.

–Noooo...«Era solo un sueño»–Maldición–Thomas respiraba agitadamente. Se quita la sabana que tenia puesta y se dirige al lavatorio para lavarse la cara.

«No puedo dormir, lo que faltaba»

Thomas baja las escaleras, mira a través de las ventanas y nuevamente ve a ese ser que había visto hace unas horas. Se frota los ojos, y trata de ignorar aquellas visiones, luego prende la televisión de la sala.

«Espero distraerme un rato, maldita sea, ¿Por qué tuve que estar ahí?»

–Señor conserje, necesito conversar con mi papa, su asistente dice que eso puede ser peligroso.

–Ya dio una orden, debes irte, tiene asuntos que resolver.

–Por favor, necesito hablar con él, no quiero que muera, mi madre no está, y si lo pierdo a él...

–No me interesa, vete.

–¡No te hare caso!

­–Entonces no me queda otra opción...

–¿Qué dices?

Thomas quiso golpear al conserje, no lo logro, pues este había tomado la escoba y había llegado a golpearle fuertemente en la cabeza haciéndolo caer inconsciente.

­–Maldito conserje, te juro que me les vas a pagar, por tu culpa no pude impedir que mi padre...muriese–se dice a si mismo Thomas estrechando sus puños con furia.

Al levantar la mirada, se percata de que las paredes empiezan a llenarse con sangre, se asusta y rápidamente se soba los ojos. La sangre había desaparecido.

Cansado de todo aquello, Rodrerick coje una pastilla para dormir, se la toma y se queda mirando la televisión con la esperanza de distraerse de aquellos pensamientos.

A unos metros del sofá, se encontraba la criatura paranormal a espaldas de Thomas, observándolo con algún sentido fijamente, no tenia rostro alguno, su cara era de un color blanco brilloso. Sus tentáculos empezaron a brotar sus espaldas. Rodrerick no se percataba de la criatura.

En segundos, la pastilla hizo efecto, y Rodrerick pudo dormir profundamente.

SLENDER: EL ORIGENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora