Capítulo tres

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Estuve esperando sentada en las escaleras de la universidad por más de una hora, suspiré, agitando mi cabello.

Hace más de una hora habíamos salido de clases, era viernes, por lo cuál, podíamos ir a casa.

Entonces me propuse seguir a Justin, en toda la semana había estado ocupada, es decir, no pude actualizar en mi blog y necesitaba información espectacular para hacerlo.

Sin embargo, mi plan no estaba saliendo cómo quería. Justin no había salido de la universidad, y ya me estaba aburriendo aquí. No sentía mi trasero, aquello era preocupante.

Cuándo ya estaba pensando en marcharme de allí, observé cómo él salía, arreglando su cabello, que estaba completamente desordenado, al igual que su ropa.

Rodeé los ojos. Claro, cómo no se me había ocurrido. Obviamente se quedó para follar a alguna morena.

Él ni siquiera se percató de mi presencia, se le notaba apresurado, fruncí mi ceño.

¿Qué tiene que hacer con tanta rapidez?

Cuándo observé que ya se había alejado unos buenos metros, me levanté de mi asiento por una hora y comencé a seguirlo.

Me sentía cómo Perry, el ornitorrinco.

Él caminaba, caminaba y caminaba, no se detenía, ni observaba a su al rededor, mejor para mi.

Caminó unas cuantas cuadras más, hasta que se detuvo frente a una farmacia. Apuesto todo mi dinero, que él iría a comprar preservativos.

Justin se mantuvo allí, observando su celular, sonrió levemente, para luego guardarlo e ingresar a la farmacia.

Seguí siguiéndolo, él comenzó a revisar todo los pasillos, cómo sí estuviera buscando algo. Sin embargo, se detuvo exactamente en el pasillo de los preservativos. Rodeé mis ojos, si él sigue así, terminará con una enfermedad de transmisión sexual.

Él observó todos los tipos de preservativos que se encontraban allí, es sorprendente todos los tipos que habían, distintos sabores, modelos y colores.

Su cuerpo giró, cubriendo lo que estaba al frente de él. Bufé e intenté encontrar una nueva posición para observarlo.

Incliné mi cuerpo hacia la izquierda, pero al sentir un tacto en mi hombro, me levanté de inmediato, dejando caer algunos productos. Cerré mis ojos, deseando que Justin siguiera con lo suyo.

Los abrí con lentitud, encontrándome con un guardia de seguridad, que me observaba intimidantemente, volteé, observando a Justin y suspiré con tranquilidad al verlo aún buscando lo que sea que estuviera buscando.

—¿Se puede saber lo que está haciendo, señorita? —preguntó él, enarcando una ceja.

—¿Es algo ilegal lo que hago? —cuestioné, cruzando mis brazos.

—Sospechoso, la verdad.

—¿No puedo seguir a mi novio? —fingí estar ofendida—. La verdad es que hace mucho tiempo lo he notado extraño. Entonces decidí seguirlo y lo encontré aquí, comprando preservativos.

—¿Está mal?

—Soy virgen, señor —bajé mi mirada—. Hay dos opciones, que él los guarde hasta que esté preparada o que él esté viendo a otra.

—Lo siento mucho, señorita —susurró, luciéndose incómodo.

—Yo también, yo también —repetí, suspirando.

Él sonrió levemente, y luego giró, alejándose con rapidez. Mordí mi labio inferior, impidiendo mi risa llamativa.

Volteé, nuevamente observando a Justin, él seguía en la misma posición. ¿Qué estará buscando?

Guía para superar a Justin Bieber [ j.b ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora