Lying truths - (KaiSoo)

Capítulo 17.

—Ese rostro se vería mucho mejor con una sonrisa.

—Sehun...

—Está bien, no tienes que decirme lo que sucedió si no quieres, pero al menos déjame animarte un poco, KyungSoo.

Sehun llevaba unos cuantos minutos a mi lado, abrazando mis hombros e intentado sacarme alguna sonrisa, lo que consiguió después de un par de intentos fallidos. Si bien podía verse a menudo demasiado serio, durante la semana que había pasado, se había encargado de demostrarme lo contrario, que tenía un lado torpe y gracioso. A su manera, claramente.

—De acuerdo, pero...

—Bien, entonces vamos a dar una vuelta por el parque, estoy seguro que te animará. —Me vi interrumpido por un entusiasmado Sehun, quien se había levantado de la cama nada más oírme decir aquello.

—Espera, Sehun, hmm... —Inquieto me levanté igualmente y señalé el uniforme de la escuela. — Debo cambiar de ropa primero, no la quiero ensuciar, ¿sí?

Él pareció comprensible y con un "te espero abajo", salió de la habitación. Rápidamente cambié el uniforme, ordenándolo dentro del armario en el lugar que Jong In me había permitido dejar mis cosas. Busqué la ropa más adecuada y cómoda que tenía, yendo al baño con ellas. Cuando estuve listo, observé mi reflejo en el espejo una última vez: "nada bonito", pensé, mientras recordaba a Jong In y la desconocida chica besarse, pero, volviendo a mi mente las palabras de Sehun, toqué mis mejillas con sutileza, obligándome a sonreír y a olvidarme de todo por un momento. Entonces bajé.

El tiempo pasó en un abrir y cerrar de ojos. Nos encontrábamos en el parque tras una agradable y relajante caminata. Dimos vueltas alrededor, por los caminos perfectamente hechos para pasear, hasta que llegamos a un lugar exacto en el que había escasez de gente. Vimos una banca vacía, y nos miramos mutuamente, entendiéndonos con ese pequeño gesto.

—Se ve cómoda. —Dijo Sehun, mientras nos sentábamos en ella.—

—Me recuerda a una banca en la que solía sentarme a leer en el orfanato. Era agradable...

—¿Era un lugar agradable para ti?

—Muchísimo... aunque, bueno, había momentos en los que se sentía un poco solitario. Imagina sentirte así en un lugar lleno de niños pequeños y bebés. —Mencioné con cierta nostalgia en mi tono de voz. —Pero, ¿sabes algo? era un lugar muy bonito y especial para mí, y creo que siempre lo será.

Levanté la mirada, la que inconscientemente se encontraba perdida entre los dedos de mis manos que jugaban los unos con los otros. Sehun me observó apacible todo el tiempo, hasta que se volvió extraño y comencé a sentirme ansioso ante su atenta mirada. Mis mejillas enrojecieron con levedad, obligándome a desviar la mirada. Que me observaran tanto tiempo sin decir nada no era algo que me gustara, porque solía sentirme nervioso e inseguro.

—¿Q-qué ocurre?, ¿tengo algo en el rostro? —Pregunté, sin poder devolverle la mirada.

—No, sólo... pienso que tus expresiones son lindas cuando hablas de algo que te gusta.

—¿Eh?... —Está vez mi mirada buscó de inmediato a Sehun, con sorpresa y un color un poco más intenso en mis mejillas. Negué entre una sonrisa silenciosa y nerviosa. —¿Qué d-dices?

—Nada, nada, pero deberías hablar más seguido sobre tus gustos. Al menos a mí me gustaría saberlos. —Una poco visible sonrisa se formó en sus labios, la cuál me devolvió la seguridad y tranquilidad que había perdido por un momento. Le sonreí también, con el mismo sigilo. —Sabía que venir aquí sería una buena idea, ¿no te lo dije?