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CANDELA COX

Lautaro, Paulo y yo aterrizamos en Cataluña cerca de las nueve de la mañana, y para cuando dimos con la enorme casa de Sebastián, Tessa y Luqui ya estaban ahí.

Mi novio ingresó primero, luego de que una de las empleadas de limpieza nos abriera la puerta, y corrió para saludar con un abrazo a los recién llegados.

- ¡Sorpresa! -gritó Paulo al entrar, atrayendo la mirada de todos.

Noté como los ojos de mi mejor amiga comenzaron a brillar, tal como la primera vez que lo vio frente a frente.

Fue Paulo, like always, quien tomó el impuso para acercarse a Tessa y besarla, porque si fuera por ella se quedaría admirándolo por horas.

- ¿Qué haces acá? No sabía que venías... -consultó.

El jugador nos miró e inmediatamente abandonamos la sala, sabíamos que ellos se debían una charla.

- ¿Y rechazaron los diseños de Tessa? -pregunté incrédula.

Lucas asintió después de beber un trago de cerveza.

- Según la chica que la entrevistó, sus diseños eran buenos pero la empresa no podía apostar por alguien tan joven e inexperta.-explicó el pelinegro- Le pidió que la llame en unos cuantos meses.

- O sea, nunca. -concluyó Sebas, a lo que el cordobés volvió a asentir.

- Pobre Tess, se la veía emocionada con ese proyecto. -se lamentó mi novio.- Aunque sigo sorprendido porque le guste el diseño de ropa...

- Ella siempre tuvo talento, -hablé.- de niñas solía hacer la ropa de nuestras muñecas con ayuda de su mamá, la señora Hale. María, además de vender sus confecciones, era quien hacía la ropa que Tessa y su hermana usaban. Cuando ella murió y la situación económica de la familia empeoró, Tess se vio obligada a aprender para vestirse a ella misma y a Gabrielle.

Los tres hombres guardaron silencio frente a mi relato.

- ¿De qué murió su mamá? -quiso saber Sebastián.

Le di un largo trago a la botella para tratar de minimizar el sabor amargo que tenía en la boca, y comenzar a hablar.

- Tenía cáncer. -respondí secamente. - Si bien ellos eran una familia de nivel bajo y luchaban por llegar a fin de mes, María siempre contó con la herencia de su papá, pero Roberto se negaba a vivir a costa de su difunto suegro, porque básicamente se odiaron siempre.

- Y al morir María, pasó a ser la herencia de Tessa. -acertó Lucas.

- Así es.

- Es muy complicado. -se quejó Lauti.

- Ni siquiera sé por qué hablamos de esto. -reí tratando de sacarle tensión al momento.

La puerta del patio trasero donde estábamos se abrió, dejando ver a mi amiga junto a Paulo. Ambos venían sonriendo, por lo que supuse que sus diferencias habían sido resueltas.

- ¡La feliz pareja llegó! -anunció Lucas, como siempre exagerando todo.

Paulo tomó una cerveza de la conservadora y se sentó junto a nosotros, invitando a Tessa a sentarse en sus piernas.

- ¿De qué hablan? -preguntó después de abrir y beber de la botella.

Los cuatro intercambiamos miradas nerviosas hasta que Sebastián se dignó a hablar.

- De los rumores de que te vas del Palermo. -miró a Paulo expectante.

- Ah, sí, -sonrió, y por alguna razón la sonrisa de Tessa también se agrandó.- quiero invitarlos a mi presentación en la Juventus, la próxima semana.

Me quedé perpleja, ¿estaba escuchando bien? ¿Mi amigo iba a jugar en la Juventus?

Salté de mi lugar para correr a felicitarlo al igual que los chicos, todos parecían sorprendidos a excepción de Tess, quien observaba sonriente la escena.

Se notaba hasta la China lo feliz que estaba por su novio, y no era para menos.

Unas horas más tarde, los chicos decidieron salir por algo de tomar en lo que Tess y yo hacíamos pizzas caseras.

- ¿Qué te dijo Paulo? -pregunté mientras terminaba de cortar las cebollas para la salsa.

Tessa sonrió.- Me explicó lo de su amiga en Italia y me contó lo de la Juventus. Estoy muy feliz por él.

- Mh, -la miré fijo- ¿eso no más?

- Bueno, también le dijo que me extrañaba mucho y que ahora, con esto de que va dar un gran paso en su carrera, quiere y necesita que esté con él acompañándolo. Le dije que yo también lo quiero mucho y que la petición de tomarnos un tiempo fue estúpida, y volvimos a estar juntos.

- Que lindo, -sonreí- me alegro por ustedes dos, se lo merecen.

- ¿Y vos que hiciste con Lautaro estas semanas? -me observó divertida.

- Nada, de verdad. Yo dormí en su cuarto, él en el de Paulo y tu novio en el living.

- ¿En serio? -se sorprendió, a lo que yo asentí.

- Iba a dormir Lauti ahí, pero Pau se negó y ya sabes lo testarudo que es.

Ella asintió.

- Rechazaron mis diseños. -Soltó de la nada luego de unos minutos de silencio.

- ¿En serio? -fingí sorpresa.

- Ajá. No sé de donde sacar plata para el departamento, la herencia está casi agotada con todos los gastos de comida, libros y todo eso.

Sentí una opresión en el pecho al escucharla. Estaba retrocediendo varios años, volviendo a la situación delicada con la que convivió durante toda su niñez y adolescencia, no quería que le pasara lo mismo. Mi mejor amiga no se lo merecía.

- ¿Le hablaste a Paulo sobre eso? -pregunté.

- ¿Si me habló de qué? -interrumpió el jugador en la cocina. Dejó las bolsas sobre la isla y besó las mejillas de ambas.

- Nada. -se apresuró a responder Tessa, lo que me indicó que él no sabía.

Sebas, Lauti y Lucas ingresaron detrás de él con más bolsas llenas de botellas.

- ¿Piensan tomar todo eso? -quise saber.

Los tres alzaron sus hombros con desinterés.

- No todos los días un amigo se vuelve jugador de la Juve, tenemos que festejar.

Paulo sonrió detrás de Tess, quien seguía concentrada en su tarea de hacer la masa para las pizzas, evitando mirarme o a su novio. Seguiríamos esa charla luego.

- No festejen tanto que mañana nos vamos a Italia. -informé.

Ellos hicieron caso omiso a mi advertencia, como siempre, y comenzaron a llenar unas copas para brindar después.

Dos horas más tarde, nos encontrábamos en el Playroom de la casa a punto de comer.

Lauti alzó su copa de vidrio con champagne en ella. - Por la Joya.

- Por la Joya. -lo imitamos todos, haciendo chocar las copas entre sí para después beber de su contenido.

Luego de eso, Sebastián nos hizo callar debido a que ya había comenzado la final de la Champions entre la Juventus y el Barcelona.

Observé como Paulo no despegaba sus ojos de la pantalla en ningún momento, quizás estaba idealizándose en una situación así.

Sonreí.

Se venía una buena etapa para él y para todo el grupo.

Twitter; Paulo DybalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora