Capítulo 20

2.6K 81 7
                                    

¡Hijo de perra!

No lo hizo, no lo hizo, no lo hizo...

Miro horrorizada como el hombre sube al jet y baja mis maletas con sumo cuidado con ayuda de la Barbie.  Asiente educadamente cuando pasa frente a nosotros cargado en maletas.  Las guarda rápidamente en la caja suela del coche y la cierra con cuidado.  Steve se separa de mi mejilla y toma mi mano.

La Barbie falsa regresa al avión.

Estoy completamente muda y petrificada.  No sé cómo diablos tomarme todo esto. Me trajo a Paris. Me trajo a Paris en su jet privado. ¡Me lleva la que me trajo! No me lo puedo creer.  Lo miro horrorizada y me quiña el ojo.

Esto es una locura.  Una completa y absoluta locura.

Sabía que me llevaría fuera del pueblo pero, esto es pasarse de la raya.

Se inclina hacia mí y me da tierno beso en los labios.  Luego se separa de mis labios y me besa e la frente quedándose ahí unos segundos que me parecen eternos.  Se separa de mí con un suspiro y me lleva de la mano hacia el coche.  El hombre nos abre la puerta del pasajero y Steve me deja entrar a mi primero.  De reojo, veo que le hace señas al hombre pero no distingo que es.  Steve entra en el coche y toma mi mano entrelazando nuestros dedos y el hombre cierra la puerta con cuidado.  Suspiro.

—Steve, ¿Por qué...?

—¿Te traje hasta aquí?

—Si.

—Porque quería traerte a un lugar especial. —Me sonríe con ternura y me derrito como mantequilla. —Sé que nos podido viajar a otros países y se me ocurrió traerte aquí. –Se encoge de hombros. —Además, tengo un departamento a unas dos horas de aquí.

—Vaya. —Susurro admirada.  Pensaba que nos quedaríamos en hotel pero claro, el señor tiene un apartamento en la ciudad. —Es que todo esto...

—¿Te tome por sorpresa verdad?  —Alza nuestras manos entrelazadas y besa nuestros dedos. ¿Tomarme por sorpresa?  Yo diría que casi me mata de un susto. Y aún no he visto su apartamento que estoy completamente segura, que es lujoso.

—¿Por qué no me dijiste desde el principio que veníamos hasta aquí? —Lo miro acusatoriamente con las cejas arqueadas.

—Porque quería darte una sorpresa.  Ver tus preciosos ojos brillar de emoción al saber dónde estábamos... fue todo para mí.

Sonrió tiernamente y le acaricio los nudillos con mis dedos.  No puedo creer lo increíblemente dulce y tierno que puede llegar hacer.  Creo que nunca podre acostumbrarme a esto. Pfff.

Definitivamente soy una maldita zorra con suerte al tener a este megalómano, engreído, dulce y tierno hombre como novio.  Más me vale disfrutarlo aunque, esto es un poco raro porque, este tipo de relaciones entre una chica come libro y un junior, solo se leen en los sobrevaluados libros de adolescentes que tanto se venden hoy día en las librerías.

—Eres todo un romántico.  —Susurro inclinándome sobre su mejilla dándole un beso.

—Por ti preciosa.

Oh, vaya.

Este hombre quiere derretirme como una mantequilla en un microondas.  Me muerdo el labio inferior y estiro mi mano libre poniéndola sobre su mejilla.  Se la acaricio y veo que sus ojos brillan de felicidad absoluta.  Suspiro con gran melancolía y de pronto me abruma pensar que Steve significa mucho más para mí de lo que yo creía. O más bien, de lo que quería aceptar y admitir.  Sacudo la cabeza con una sonrisa estúpida en los labios.

 Steve me mira sin comprender.

—¿Qué?

—Solo pensaba en lo feliz que me haces. —Susurro con dulzura. —Estas completamente loco.

Destino InciertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora