Destino Incierto

Capítulo 26

Estamos fuera de mi casa tomados de la mano esperando a Peter. Miro a todos lados por su veo algún vecino pero no veo a nadie. Esto me pone aún más nerviosa con los pelos de punta. Cualquier conocido podría estar viéndonos en estos precisos momentos y no me estaría dando cuanta. Los pelos se me ponen de punta y de pronto siento un muy mal presentimiento. Como si lago dentro de mí me dijera que no salga de casa con Steve. Siento como si algo malo muy malo fuera a pasar. Me muerdo el labio inferior y de reojo veo que Steve me mira con el ceño fruncido.

—¿Pasa algo malo preciosa? —Me mira muy preocupado.

Me paso una mano por el pelo y lo miro a los ojos.

—Es que tengo un muy mal presentimiento. —Me remuevo algo nerviosa y me paso la mano libre por el pelo.

—Preciosa, relájate. Nada malo nos va a pasar. —Me jala hacia él y me besa el pelo.

—Eso espero. —Suspiro pesadamente y veo que el coche de Steve se acerca.

Peter.

Se estaciona frente a nosotros y sale del coche rápidamente. Nos abre la puerta educadamente y Steve me hace un gesto para que entre. Me meto en el coche y me acomodo junto a la ventana. De reojo veo que intercambian brevemente unas palabras y Steve se mete en coche acomodándose a mi lado y pasándome un brazo sobre mi hombro. Me besa la frente. Peter cierra la puerta con cuidado y rodea el coche con grandes zancadas. Toma su lugar y arranca el coche.

Miro la ventana y noto que las calles están completamente desiertas cosa que me pone los pelos de punta. Las calles nunca están tan desiertas como hoy. Por favor, que esto no sea un mal augurio. Me pongo una mano en el pecho y siento mi corazón latir muy deprisa contra mi pecho. Carajo. Sí que estoy nerviosa. Miro de reojo a Steve y veo que está muy relajado revisando su teléfono. Nota que lo miro y me da un ligero beso en los labios. Suelto un suspiro y me centro nuevamente en la ventana.

Como las calles están casi desiertas, salimos del pueblo a los pocos minutos. Frunzo el ceño al ver que Peter se estaciona frente a Tokyo Grill y sale del coche. Steve deja su teléfono y centra su atención en mí nuevamente. Me llena el pelo de besos y lo miro a los ojos.

—Estaremos aquí solo unos minutos mientras Peter hace nuestro encargo. Luego, nos iremos a acurrucar.

—¿Eso quieres decir que nos llevaremos la comida desde aquí? —Para la hora en la que comamos, el sushi estar muy frio y perderá todo el sabor. Y no se me apetece comer pescado crudo y frio.

—No. El solo está haciendo nuestro pedido. Luego vendrá a buscarlo y nos lo llevara.

Uf, menos mal.

—Está bien. —Me acurruco y pongo mi cabeza sobre su pecho.

En ese momento Peter sale del restaurante con pasos firmes y se mete en cl coche en completo silencio. Vaya. Eso fue muy rápido. Arranca el coche y nos encaminamos nuevamente por la calles y de lejos logro ver el viejo letreo de Northfield, Cows Colleges & Contetment. Bueno, ya hemos llegado a nuestro destino. Me acomodo el bolso en el hombro y Peter se estaciona. Sale del coche, lo rodea y nos abre la puerta. Steve sale primero y veo que le da algunas instrucciones a Peter. Se gira hacia mí y me extiende sus manos. Me arrastro por el asiento y le tomo las manos. Me jala ligeramente y me ayuda a salir del coche. Me estrecha contra su pecho y pasa su mano sobre mis hombros. Me besa el pelo y veo que Peter cierra la puerta y asiente educadamente a Steve. Este le devuelve el gesto y Peter se mete a toda prisa en el coche.

—Hora de ir a acurrucarnos.

Ambos comenzamos a caminar lentamente sin prisa por la verde y frondosa hierba y levanto la vista al cielo. La verdad, hoy hace un día increíblemente precioso para un picnic o simplemente salir y dar una vuelta. El cielo está despejado y la brisa veraniega alborota un poco mis rizos. Caminamos hasta llegar a la colina. Desde aquí, logro ver el viejo establo. Sonrió. Ese lugar me tare muy buenos recuerdos. Quizás le sugiera a Steve que cenemos ahí dentro. Comer acá fuera adentrada la noche no creo que sea buena idea.