El sol brilla fuertemente en mi habitación. Abro los ojos poco a poco y me lleno de esa luz tan reluciente. Hoy martes veré a Steve en el arroyo. Esta idea hace que sonría como estúpida involuntariamente. Supongo que hoy sea un buen día. Me levanto de la cama y me desperezo estirando de manos y piernas. Tomo mi teléfono y consulto la hora. 11:00 de la mañana. Bueno, no es tan tarde por suerte. Mientras camino por mi habitación, mi madre entra vestida con su habitual elegante traje gris y sus zapatos de tacón alto. Hoy es martes así que, probablemente esté en casa temprano.
—Buenos días cielo
—Buen día mama
—Qué suerte que ya estés despierta.
—¿Por qué lo dices?
—Bueno porque te quería avisar que mis clases de yoga las pase para hoy porque mañana tengo reunión.
—¿Entonces no vendrás hasta la noche?
—Exactamente.
Escucho el coro de los ángeles...
—Está bien, no hay problema.
Pongo una mirada triste, melancólica y decepcionada a mi madre disimulando mi alegría. Perfecto. Tendré todo el día para mi sola sin tener que preocuparme por mis padres. Podre pasar todo el día a solas con Steve y disfrutar de él. Me muerdo el labio al pensar esto.
—¿Estarás bien sola todo el día? —Dice mi madre algo preocupada sacándome de mi ensueño
—Si mama, estaré bien, no te preocupes. —Pongo los ojos en blanco.
—Y ¿Tienes planes para hoy? —Pregunta mirándome a los ojos.
—No por el momento.
Miento porque no quiero que sepa que me encontrare con Steve esta tarde y, eso significaría otro interrogatorio pesado. Además, se lo diría a mi padre y no deseo volver a discutir con él. Para hoy. Tengo planes más importantes. Mi madre se despide de con un fuerte abrazo y se marcha. Genial. Bajo a la cocina en busca de algo para comer y me dispongo a perder el tiempo limpiando un poco la casa hasta que sea la hora de arreglarme para mi encuentro con Steve. Subo a mi habitación para cambiarme de ropa. Miro detenidamente mi armario pero, parece que no tuviera nada que ponerme.
Después de cinco minutos me decido por una blusa de color purpura de tiritas, unos vaqueros ajustados, mis tenis Converse y la cazadora que Steve me dio anoche. Voy al cuarto de baño para darme un último vistazo. Mi pelo es un desastre total. Me paso el cepillo varias veces hasta que queda un poco más controlado y me marcho.
Camino al arroyo disfruto del precioso día que hace esta tarde. Al parecer ya no abra más días lluviosos por ahora. Al llegar al viejo tronco de sauce, noto que Steve no está aquí. Noto una gran punzada de decepción ya que esperaba verlo hoy. Me giro y miro para todo lados pero, definitivamente no está aquí. Me siento en el viejo tronco un rato antes de irme a casa de Rose. Quizás podamos ver una película en su portátil. Cuando me levanto y me giro, lo veo. Steve está aquí delante de mi mirándome de arriba hacia abajo con esa increíble y sexy sonrisa torcida.
—Hola Beth. —Camina hacia mí y me da un tierno beso en la mejilla.
—Hola Steve. —Digo en un susurro.
—¿Dormiste bien anoche?
—Si ¿Por qué?
—Porque anoche estabas muy hablantina. —Me dice un con sonrisa juguetona.
—Tú también. —Le contesto sonrojada.
—Pensé que te encontraría hoy aquí. —Y me toma de las manos para juguetear con mis dedos.
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Destino Incierto
RomansaNO admito: 1. Plagio 2. fotocopia 3. adaptación 4. cambios 5. similitudes con otras obras en esta plataforma o cualquier otra plataforma 6: Transcripción 7: Reproducciones ilegales sin mi autorización. Esta obra es...