Obsesión Inmortal (UKiss y tu)

Capítulo 10: Un inmortal más

—Vamos, tienes que distraerte —insistió Aaron durante nuestra llamada, después de decirle por lo que había pasado en el día.

—En serio me siento sin ánimos para nada.

—Yo sé cómo quitarte eso.

—Tampoco tengo ganas de sexo.

—Créeme, no es eso; es algo diferente. Por favor.

—Está bien. Te veo fuera del edificio donde estoy.

Nos despedimos y esperé dos horas hasta las once de la noche para bajar.

Le avisé a mi madre de mi salida y estuvo de acuerdo en que me distrajera, pero que no llegara tarde.

Al salir, Aaron esperaba de pie con la espalda recargada ligeramente en un poste de alumbrado.

—Hola hermosa —saludó al acercarme.

Me tomó de la cintura y me besó.

—¿Y qué vamos a hacer?

—Lo que necesitas es sacar todas las emociones que llevas y olvidar tus problemas por un rato.

—¿Quieres decir que nos vamos a ahogar en alcohol?

—Mmm... eso sería si fuéramos alcohólicos, pero nosotros somos vampiros.

—¿Quieres que beba sangre?

—¿Por qué te sorprende si ya lo has hecho?

—Pero solo contigo... no con un humano.

—Pues hay que poner en práctica lo que has aprendido —me llevó de la mano entre las calles casi vacías de la ciudad.

—Mira —se detuvo.

—¿Qué?

—El hombre que va saliendo de ese bar.

El tipo de ropa elegante —un traje que decía haberse ido directo de su oficina a aquel lugar—, salió acompañado de una rubia alta que llevaba un vestido ceñido mostrando demasiada piel.

Él le hablaba al oído y ella daba risitas pareciendo más sobria que el hombre.

—Tú encárgate de él y yo de ella.

—¿Estás loco? Sabes que no me agrada la idea de asesinar... y menos ahora.

—No te estoy diciendo que lo hagas; puedes solo alimentarte y como está borracho hasta el tope, no recordará nada.

—¿Te llevarás a esa tipa a la cama?

—Prometo que no lo haré —levantó la mano a un lado de rostro y dejó un tierno beso sobre mis labios.

Ambos corrimos un poco —por supuesto siendo muy sigilosos—, para alcanzarlos.

Aaron se cruzó de brazos y pegó la espalda a una pared, mostrándose atractivo, unos metros más adelante por donde pasaría la pareja.

Yo mientras esperé bajo la oscuridad de un gran árbol frente a un establecimiento cerrado.

—Hola linda —ambos frenaron ante su voz.

La chica pareció atraída al verlo de pies a cabeza.

—Aléjate, ella está conmigo —escupió el tipo mientras, tambaleante, se colocaba frente a la rubia teñida.