Errores

Capítulo 8

Tan sólo faltaban un par de horas para que vaya ala casa de Peter, tal como le había dicho, necesitaba ir para arreglar las cosas, aunque el sólo estar cerca de él me mataba.

Creo tendría que estar empezando a prepararme para ir, tan sólo falta 1 hora. Fui a mi armario y busque algo para ponerme. Escogí un pantalón de color rosa clarito, y un top vino con un escote pronunciado. Mi piercing estaba al descubierto. Hacia un poco de viento y cojo una chaqueta de Jean, tomé mi bolso, donde metí llaves, mi móvil y dinero. Me coloqué la ropa que había elegido antes, me puse en los pies unas nike air blancas. La siguiente fase era el maquillaje. Primero me limpie bien la cara, ya que anteriormente me había quitado el maquillaje de la mañana, pero aún así después de haberme limpiado seguramente un poco de restos aún quedaban. Después de haberme limpiado el rostro, tomé una crema y me la coloqué en la cara, seguidamente el bb cream, me pinte los ojos de un Rosa pastel, parecido al tono del pantalón que tenia puesto. Me hice la raya de arriba y la de abahí, en los labios me puse un poco de pintalabios vino. Una vez lista, fui a mi tocador, y tomé un collar pequeño y unos anillos.

Ya lista, con la chaquta puesta, tomé las llaves de mi casa y mi bolso. Y me fui a la casa de Peter.

Estoy parada frente a su puerta, un sudor frío recorre por todo mi cuerpo.  Por un momento dudo, de irme sin tocar y por otra parte siento que es hora de afrontar las cosas. Y más después de lo que podría suceder más adelante. Finalmente me decido, y opto por la decisión valiente. Toco el timbre con mi dedo tembloroso. La pequeña melodía del timbre resuena, al cabo de unos segundos la puerta  se abre dejando al hombre del cual estoy totalmente enamorada y a que tanto daño me ha hecho. Esta tan lindo como siempre, uno de las mil cosas que hicieron que me enamoré de él fue su forma de vestir, ahora delante de mi estaba vestido con un pantalón ajustado negro y encima tenía una camiseta blanca y encima de su camiseta tenía una camisa de cuadros rojas y negros, en sus pies destacaban sus supras rojas, esas que le había regalado yo por su cumple.¿Casualidad? Yo llevaba las Nike que me había regalado él, sin darme cuenta me las había colocado. Me miró y me dedicó una timida sonrisa. Me invitó a pasar, pase y mi cara cambio totalmente, tragué duramente, no esperaba esto. Delante de mi había una mesa con velas, pétalos de rosa, unos platos con comida que el había preparado, otra de las cosas que amo de él es que sabe cocinar y lo hace mil veces mejor que yo. La habitación estaba totalmente con globos en forma de corazón que tenían escrito "Te amo". Me dolía.

-No, no. No, ¿Por que me haces esto Peter?.- Le dije exigiendole una respuesta.

- Mi amor....-Comenzo a decir.

-No, eres muy injusto sabes. No puedo cenar contigo, sólo quiero hablar y acabar con esto lo más rápido posible.-Le dije al borde de querer llorar, pero no iba a obtener una lágrima mia más.

-Lali...Mi amor, porfavor perdóname, sé que te he lastimado y de la peor forma, pero no puedo estar sin ti, eres todo para mi, no puedo ni respirar bien sin ti, no hay ni un solo rato en que no te piense. Si hubiera una sola oportunidad que hiciera que vuelva hacia atrás la desearia con todas mis fuerzas. Por favor mi amor. Te amo.-Me dijo con mientras lágrimas caían por sus ojos.

No aguantaba verlo así, a pesar de que él había sido el que me había causado que mi corazón se hubiera partido en miles de pedazos, mi corazón se partía verlo así. Yo también estaba llorando como él, pero mi corazón no me dejaba perdonarle, yo no podía. Le tomé con mis dos manos su rostro y limpie sus lágrimas con mis dedos pulgares. Él me miraba, me tomo también por mi rostro. La escena, era como la de una película cliché, el chico le había engañado a la chica, mientras lloran los dos en el sofá sentados, ella lo perdona, se besan y son felices para siempre, me gustaria que fuera como en las películas.

Di el primer paso, solté las manos que tenía anteriormente en su bello rostro después  lo tomé por el cuello y lo acerqué hacia a mi para estar uno más cerca del otro, hasta que nuestros labios encajaran perfectamente como un rompecabezas, nuestros labios parecían ser creados para encajar el uno con el otro. El beso era lento, dulce por sus labios y un poco salado a la vez por nuestras lágrimas, ese beso cálido paso a ser uno desesperado. Llevábamos un rato basándonos, la necesidad de poder respirar y la falta de oxígeno fue interrumpiendo ese beso mágico. Nuestros labios se fueron separando poco a poco, en pequeños besos. Nuestras frentes estaban pegadas. Otra vez nos besamos, más desesperadamente que el primer beso que nos dimos. Le tomé por el rostro y lo fui separando de mis labios. Yo lloraba. No podía más, no aguantaba verlo llorar pero mi corazón dolía al estar cerca de él.

-No puedo.- Le dije en un susurro.

-¿Que?.-Pregunto él sin entender.

-No puedo perdonarte, no puedo ser como antes y actuar como si nada hubiera pasado. Simplemente no puedo hacerlo, mi corazón no puede. No sólo no confió en ti. Me has destruido Peter, has hecho que no confíe en mi misma, me odio porque he aprendido a depender de ti. Por que te amo. Pero así como te amo no puedo estar contigo. Perdón.-Le dije entre llantos.

-No, No, no, mi amor. Nosotros podemos estar juntos.-Me dijo en desesperacion mientras me tomaba el rostro con sus manos y juntaba nuestros labios.

-No, Peter. Lo mejor es que no estemos juntos. Y no creo que volvamos a estarlo en un futuro. Te quiero fuera de mi vida, porque me duele estar cerca tuyo.-Le dije mientras le acariciaba el rostro.