-¡Ey! Mírame Hannah.-tomó mi rostro entre sus manos.
-¡No!,¡No me toques!,¡Abusaste de mi!-lloré asustada.
-¡Tranquilízate por Dios!-Me agarra por la cintura y me lleva al sótano. Me deja en el suelo y se va. Cabrón, me ha atado un tobillo.
Sigo llorando, sólo quiero morirme. Pasan como 2 horas y ya empieza a hacer frío. Mis dientes castañean y me abrazo a mí misma para conservar un poco el calor corporal.
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Me acuesto en el suelo y poco a poco me voy cayendo en un profundo vacío.
Christian Devine
Por la noche bajé al sótano, hacía un frío de cojones. Me dirigí hacia ella y la vi temblando de frío. Le toqué su frente y estaba que ardía.
Mierda, tiene fiebre.
La desaté del tobillo y me la llevé arriba. Le tomé la temperatura y en efecto, tenía fiebre.
Fui a la cocina y saqué un par de hielos y los metí dentro de una compresa. Fuí con Hannah y le coloqué la compresa en la frente.
Intentaba despertarla pero no despertaba. Gracias a Dios que cogí un curso de medicina.
No me siento mal en haberla violado. Ella es mía y puedo hacer lo que quiera con ella. Escogí muy bien; todos estos años de seguirla me fueron de maravilla.
Hannah Marin
Desperté en una cama y tenía una compresa fría en la frente. Entra Christian y se acerca a mí. Empecé a temblar de miedo.
-Amor, ¿cómo te sientes?-su voz se nota preocupada.
No le respondo. Un nudo se forma en mi garganta y cierro mis ojos.
Me toma del mentón obligándome a mirarlo.
-El hecho de que estés enferma no significa que no vaya a follarte.-advierte sin resentimiento.
Mis ojos se llenan de lágrimas y rápidamente estallo en llanto. Hipo y sollozo de terror y miedo a que vuelva a hacerme eso que me hizo.
-Anda, no te hagas la víctima. No me montes un numerito aquí. Te irá peor.-Tiemblo de miedo ante lo que me acaba de decir. Quiero volver con Gina, quiero mi vida normal. No quiero vivir con un psicópata.
Se volteó y se dirigió hacia la puerta.
-N-no- susurré.
Volteó hacia mí.
-¿Qué has dicho?-se cruza de brazos.
-He dicho que no. No voy a permitir que me violes de nuevo.-Ríe irónicamente, se acerca a mí y me toma del cuello.
-¡Yo te toco y te violo cuando se me de la regalada gana!,¡Tu eres mía!,¡Si quiero follarte ahora lo hago!,!Tú me perteneces!,¡No tienes ningún valor como persona!,¡Sólo eres mi objeto! ¡MI objeto!
Esas palabras me dejaron dolida. Intento liberarme de sus manos, ya me estoy ahogando y necesito respirar. Me suelta y se va dejándome en la cama llorando.
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