Damon Salvatore
-El juego se llama así; intenta no gemir.-al decirlo, la cara de Hannah cambió a una de miedo.-Consiste en que tu vas a tratar de hacerme gemir de la forma que tu quieras y yo igual. Pero ojo, no puedes repetirla. Si me haces gemir es un punto para ti y viceversa. Si no me haces gemir el punto es mío.-doy un paso adelante hacia Hannah y ella retrocede.
-No tengas miedo.-tomo su mentón con suavidad.-Vamos.-tomo su mano suavemente y nos dirigimos al medio de la habitación.
Hannah Marin
-Damon.-intento soltarme de su agarre.-No quiero, no quiero hacerlo.-logro por fin soltarme y dirijo mi mirada hacia él.-No me obligarás a hacerlo, punto.-me cruzo de brazos.
Él, con su oscura mirada, se acerca a mi. Estampa mi débil y adolorido cuerpo en la pared con fuerza y me agarra de la mandíbula.
-¿Acaso crees que eres TÚ la que da ordenes aquí?-vuelve a estamparme contra la pared.-Si no jugamos esto...-me mira muy fijamente a los ojos y tensa la mandíbula.-...vendrán cosas peores; no quieres saber.-sonríe maliciosamente y me suelta.-Es tu decisión. Nos detenemos por hoy y mañana empieza lo bueno o...-hace una pausa.-...jugamos ahora y no nos detenemos hasta que yo lo ordene como tu dueño que soy.-levanta una ceja. Se voltea a agarrar su ropa y empieza a vestirse.
-N-no lo sé.-suspiro y me siento en el suelo haciéndome un ovillo.-No quiero esto, quiero irme de aquí por favor.-comienzo a lloriquear.
-¡Deja de llorar y decide de una puta vez!-grita y yo doy un brinco del susto.
No soporto esto, ya no lo aguanto más. Voy a explotar, voy a explotar si no me deja en paz. Me levanto del suelo y lo confronto-¡Ya basta!-lo empujo y comienzo a gritar como loca.
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Gracias.
El final se acerca...
