Dejo a Hannah en la celda, jamás la voy a sacar de ahí. Me dirijo a la cocina, me preparo el almuerzo y le llevo el de Hannah. Dejo la bandeja de comida por una ranura y salgo. Alrededor de 15 minutos, voy a la celda y veo la bandeja intacta. Corro la cortina y allí la veo. Recargada en la pared, abrazando sus piernas. Está muy golpeada, tiene ambos ojos morados.
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Aún sigue temblando, joder, ¿tanto miedo doy? Me concentro en sus labios, los tiene muy partidos.
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-¿Porqué coño no has comido?-trato de sonar duro para asustarla.
Ella me mira fijamente y no contesta. Abro la celda y entro en ella. Esto hace que tiemble más.
-Contesta.
Vuelve a mirarme pero esta vez estalló en llanto. Joder, ya empezamos con el puto numerito.
-¡Te he dicho mil veces que no me montes un jodido numerito!-le grito haciendo que ella se haga bolita y esconda su cara entre sus piernas.-Ahora responde, ¿porqué no has co...-le intento preguntar pero me interrumpe.
-Y-yo, no voy a comer. Voy a pasar hambre hasta que cuando no pueda mas...-levanta la mirada y me mira con sus ojos llorosos y muy dolida.-muera de hambre y no tenga que sufrir este infierno.-sonríe amargamente.
-Me voy a ir y como no te hayas comido todo lo que hay en el jodido plato, te va a ir muy mal. Te dejaré tan mal, que no podrás levantarte del suelo y te va a doler hasta respirar.
Salgo de la celda y la cierro. Cierro las cortinas y me voy.
Hannah Marin
Al oír sus palabras que me dejaron temblando de miedo, me levanto y tomo la bandeja. Miro lo que hay, puré de papas y vegetales con un vaso de agua. Me lo como todo y dejo la bandeja donde estaba. Vuelvo a mi sitio, de verdad que quisiera una buena y relajante ducha. Noto luz que entra en la celda y es Damon que a abierto la cortina.
-Muy bien, así me gusta.-sonríe satisfecho mientras toma la bandeja.
Antes de que se vaya lo llamo.
-Damon...-el voltea a verme.
-¿Qué?
-¿P-puedo darme una d-ducha? ¿Porfavor?
El suspira y entra en la celda. Me desata la cadena y me toma del brazo levantándome.
-Tienes 10 minutos.-antes de salir de la habitación me tapa los ojos con sus manos.
Me destapa los ojos cuando ya me encuentro dentro del baño. Abro la llave del agua y entro en ella. Dejo que el agua caiga por mi sucio cuerpo. Tomo jabón y tallo bien mi cuerpo para quitar toda la suciedad. Me enjuago y salgo enredada en una toalla.
-Damon.-le llamo.-he t-terminado.
Entra por la puerta y me agarra del brazo. Vuelve a cubrirme los ojos hasta que llegamos a la celda. Me da una camiseta de hombre y unas bragas.
-Vístete.-se cruza de brazos esperando a que lo haga. Me quedo parada como una estúpida sin saber que hacer.-¿Qué coño esperas Hannah?
-L-lo s-siento.-me coloco las bragas con la toalla aún puesta.
Me volteo y me quito la toalla. Pude sentir su mirada enferma en mí. Me coloqué la camiseta y me senté en el suelo.
Tomó la cadena y ató mi pie a esta. No pienso pasar otra jodida noche con frío así que le llamo.
-Damon.
-¿Ahora qué?-responde de mala forma.
-¿T-tendrías alguna cobija o sábana q-que pudieras darme? Aquí dentro hace mucho frío.-le digo lo más inocente posible para darle pena.
-Veré si hay alguna, si no hay, te jodes.-sale de la celda y la cierra.
Joder, cada día mi odio hacia él crece más y más. Lo odio tanto que desearía que él estuviera en mi lugar y yo en el de él. Lo trataría peor.
De pronto veo una sábana frente a mí. Gracias al cielo.-pensé mientras la tomaba entra mis brazos y me tapaba con ella.
Me encanta como Damon puede hacerse el tío duro y no lo consigue a veces. Hay días que si da miedo. Podría jurar que tengo al mismísimo Demonio frente a mí.
Me recuesto en el frío suelo al menos tapada con la sábana e intento dormir. No puedo conciliar el sueño, tantas cosas en mi cabeza me atormentan.
Noto como las luces se apagan y como Damon corre la cortina.
-Duérmete, es tarde.
Me volteo del otro lado y encuentro la posición cómoda y rápido me duermo.
