Capitulo 4

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Narra ____*:
Estaba con Ron Weasley, el verdadero Ron Weasley, en el callejón diagon. ¿Pueden creerlo?
Habíamos llegado luego de viajar con polvos flu. Fue una experiencia rara, es como meterse en las cenizas y cuando abres los ojos estás en un lugar completamente distinto.
-Y... ¿Por qué ingresas recién en 5to año a Hogwarts? -Preguntó Ron intrigado mientras caminábamos.
-Bueno... Según lo que la profesora McGonagall dijo, los registros del año en que yo nací fueron destruidos. Es decir, supongo que tienen un registro de familias magas o algo así para saber a quiénes contactar. Creo que fui de las más difíciles de encontrar ya que no tengo padres y mi hermano no es un mago.
-Lógico -Me respondió. -Bueno, veamos la lista, no puedo darte muchos detalles pero mi vida está en peligro.
Me dirigió una mirada para que saque la lista y me apresuré a hacerlo.
Abrí la carta con los materiales y él se inclinó hacia mí. Se inclinó cerca, tanto que mi corazón latía y me daba miedo que él lo oiga.
Por unos instantes lo observé con detenimiento. Su cabello era algo liso pero alborotado, el más pelirrojo que había visto en mi vida. Su rostro estaba lleno de hermosas pecas que parecían pintadas a mano, y sus ojos azules miraban con atención la carta.
Podía quedarme observándolo por siglos, pero decidí controlarme para no parecer rara.
-Genial, primero que nada debemos ir al banco. Allí nos darán las instrucciones para abrir tu bóveda. -Dijo Ron.
Entonces partimos hacia Gringotts.

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Resultó ser que Ron tenía razón. Al parecer tengo bastante dinero en Gringotts. Estuvimos un rato en mi bóveda junto a un pequeño duende que nos guiaba. Me costó decidir cuánto llevarme, pero opté por seguir guardando casi todo el dinero. Conociéndome, lo desperdiciaría en un solo día.
Luego del banco fuimos a comprar mi uniforme, una pequeña lechuza, los libros y mi varita.
Me sentía como una quinceañera en el viaje a Orlando, pero esto era mejor porque no era un parque temático, era real.
-Por Merlín ¡Ese libro de Quidditch se ve genial! -Dijo Ron de repente, haciendo que me sobresalte un poco.
Corrió hacia el ventanal de una tienda de libros y pegó su rostro al vidrio admirando un libro gigante sobre la historia de todos los equipos de Quidditch que existían.
Comenzó a vaciar sus bolsillos y se dió cuenta de que no tenía nada de dinero. Agachó su cabeza algo avergonzado y me dirigió una mirada triste.
-Hey ¡Tranquilo! Yo te presto -Saqué de mi bolsillo el dinero que me quedaba y se lo dí.
Ron miró mi mano extendida un poco asombrado y afligido.
-No, no, no, no. No voy a aceptarlo.
Tomó mi mano y la cerró lentamente, devolviéndome el dinero.
Ese contacto me hizo enrojecer e hizo que mi corazón lata más fuerte. Y también me convenció de que le daría a Ron ese libro.
-Escucha, me acompañaste hasta aquí, me ayudaste a conseguir los materiales y fuiste muy gentil. Es lo menos que puedo hacer. -Le dije con una sonrisa.
Ron dudó.
Me miró a mí y a mi dinero con una mueca rara, pensando si era lo correcto. Volteó y miró el libro de Quidditch, exhibido como si fuese una joya.
Volvió a voltear a mí y se acercó.
-Está bien... -Dijo poco seguro -Pero te prometo que te lo pagaré de alguna forma. Si necesitas un pergamino, una tarea, o un amigo... -Dijo mirándome fijo -Yo estaré ahí. ¿Me acompañas a la tienda?
-Claro -Dije sonriente.
Y así el pelirrojo y yo entramos en busca de ese libro.

Narra Ron:
Luego de un largo día comprando cosas llevé a ____* de nuevo a su casa.
Fue realmente divertido, me alegra que no solo sea linda. También es comprensiva, amable, graciosa. ¡Incluso me compró un libro de Quidditch! Realmente la pasamos genial, espero que sigamos siendo amigos.
Cuando llegamos a su casa, su hermano estaba en la puerta con un raro uniforme azul con una gran M amarilla. ¿La M será de Muggle?
Como sea, se veía algo preocupado.
-_____*! -Le dijo a su hermana.
-Hola Seb, ¿qué pasa? -Dijo ella expectante.
-Bueno... Espera, ¿quién es el? -Preguntó examinándome. -Espera, ¡Es el pelirrojo!
-Soy Ron Weasley, un gusto -Dije sonriendo, algo confundido. ¿A qué se refería con el pelirrojo?
-Un placer! -Me devolvió la sonrisa y me estrechó la mano.
Volteó a ___* y su sonrisa se desvaneció y volvió su mueca de preocupación.
-Bueno, el caso es que no te podré llevar a Hogwarts. Tengo un compromiso importante mañana...
De los ojos de ___* surgieron un par de lagrimas y su hermano se veía serio y angustiado.
-Lo siento ___* -Dijo. -Yo sabía que era probable que me vaya. Te juro que traté de evitarlo pero es complicado...
___* pasó de soltar un par de lágrimas a tener sus ojos envueltos en agua.
-Hey, hey, hey! No llores, te ves bonita sonriendo -Dije acercándome.
Acerqué mi mano a su mejilla y le quité las lágrimas de la cara sonriendo para calmarla.
Pero realmente era una situación complicada. ___* no vivía exactamente cerca de la estación. Era mucho trayecto para ir sola sin su hermano, y era muy novata para usar transporte mágico.
Miré mi pequeño reloj que tiene las caras de mi familia, como el de mi casa pero en miniatura. Y entonces se me ocurrió una idea brillante.
Mi madre era muy cariñosa con todos y estaba dispuesta a dar un espacio en el cuartel a cualquiera que lo necesitara, sea cual sea el motivo.
No creo que tenga problema en aceptar a una chica indefensa por una noche.
-Oigan, si están de acuerdo, ___* puede venir a pasar la noche en la casa de un amigo de la familia, y luego mañana vamos a Hogwarts juntos.
-Dónde? -Dijo el hermano de ___* inseguro.
-Es una casa. Mi madre es cariñosa con todos. La recibirá perfectamente, créanme.
Ellos se miraron y parecía que eran capaces de ponerse de acuerdo con solo un gesto.
Los dos giraron hacia mí al mismo tiempo y asintieron.
-Gracias -Dijo ___* y me abrazó. Creo que mi cara estaba mas roja que mi cabello en ese momento.
-Tu equipaje esta listo hermana. Yo lo preparé antes de que te vayas de compras, sabiendo que ibas a Hogwarts mañana  -Dijo su hermano.
-Oye -Dijo ___*- ¿Tantas ganas tenías de que me vaya?
Solté una carcajada pero me contuve al instante. Ese tipo de peleas son las que tengo con mis hermanos.
-¡Claro que no! Es que en las películas que ves siempre rescatan al que no puede ir a la escuela, y yo sabía que me iría y bueno, ya sabes... -Dijo el muchacho.
___* rió y yo también, aunque no entendía mucho a qué se refería.
-Gracias Seb -Respondió ___*, y corrió a buscar el equipaje sin perder tiempo.
Tardó unos segundos en los que quedamos su hermano y yo solos. Se veía tan normal pero intrigante.
El chico era alto. Su pelo era castaño y usaba lentes. Como dije, llevaba un pecualiar uniforme azul con una brillante M amarilla.
Volteó hacia mí y desvié la mirada.
-Escucha Ronald... Cuídala por mí. Por favor, la he cuidado toda mi vida. Sé que no nos conocemos, pero ella es todo para mí. Si algo le pasa no sé qué haría.
Quedé impactado ante esa declaración, pero rápidamente y sin dudar dije:
-La cuidaré, te lo prometo.
Su hermano me dió una palmada en el hombro y me dirigió una sonrisa, pero nos separamos rápidamente y volvimos a nuestros roles cuando ___* salió por la puerta.
-Bien -Dijo -Supongo que es un hasta luego Seb.
Ella se acercó hacia su hermano (que asumo que se llama Seb) y lo abrazó.
-Cuidate mucho, y disfruta la aventura. Te quiero. -Respondió Seb.
Se separaron y ___* vino conmigo.
Lentamente fuimos alejándonos de la casa. ___* estaba emocionada y nerviosa. Me hizo varias preguntas sobre los años anteriores, los estudiantes, las asignaturas y mucho más.
Finalmente llegamos al Caldero Chorreante y viajamos hasta el cuartel de la Orden con los polvos flu.
Cuando llegamos y salimos de la chimenea, mi madre estaba justo pasando. Frenó en seco atemorizada pero al verme se alivió. Ese alivio se convirtió en confusión cuando notó a la chica desconocida a mi lado.
Debía explicarle todo.

La Magia Existe (Ron Y Tú)TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora