Deseos Prohibidos

CAPÍTULO 15

CAPÍTULO 15: BONITA PAREJA

Akemi tuvo que requerir al poco autocontrol que le quedaba para evitar lanzarse encima de Yami y dejarla sin cabello, que era lo que justamente ésta esperaba para fortalecer su papel de víctima. Inesperadamente para ella, le sonrió y comenzó a acercarse a la camilla.

No le daría el gusto, ya no actuaría sin pensar.

—¿Por qué te estás acercando?—preguntó con voz temerosa.

—Eres realmente una persona horrible, ¿cómo logras dormir por las noches?  No sé si lo que dices sea cierto o no pero deberías dejar de jugar con las personas, ¡no son juguetes! ¡Dile a todos la verdad y sal de nuestras vidas!

—¿Y si no quiero?—contestó con una sonrisa burlona—. ¿Qué harás, vaquita?

Contó mentalmente hasta diez, no podía dejarse llevar por sus impulsos. Solo terminaría perdiendo si lo hacía.

—Encontraré la manera, te lo aseguro—le prometió convirtiendo sus manos en puños—. No permitiré que sigas jugando con mi familia y ahora si me disculpas, me iré. No seguiré perdiendo mi tiempo con alguien como tú.

Suspirando se dio la vuelta y se dispuso a salir de la habitación, ya sin poder soportarlo más.

—Te duele, ¿verdad? Que Itachi y Shisui me prefieran a mí en lugar de a ti.

Se detuvo para mirarla de reojo, sintiendo que había algo oculto en sus palabras.

—Siempre me ha parecido extraña la relación que tienes con ambos—continuó al verla detenerse—, actúas más como una amante que como una hermana o prima, ¿será que...?

Akemi le propinó una fuerte cachetada antes de que completara su pregunta, dejándole la marca de su mano en el rostro. Sentía su corazón latir a millón y algo parecido a vomitar, sentía miedo.

Miedo porque alguien lo había notado.

—No te atrevas a volver a decir algo como eso nuevamente o lo lamentarás—le advirtió, agradecida de que su voz no hubiera temblado.

Yami se tocó la enrojecida mejilla, esbozando una sonrisa que la hizo estremecerse.

—Parece que he dado en el clavo, ¿eh?

—No te equivoques—dijo con frialdad acercándose a ella—. Mi hermano y mi primo son solo eso, solo quieres encontrar cualquier excusa para arruinarme pero te aconsejo que busques una más creíble.

Ella suspiró y se recostó contra la almohada, mirándola divertida.

—Excusa o no, estoy segura de que tendrá algún efecto. Es más, si no quieres que los demás se enteren de tu secreto...

Ya sabía a dónde iría esto, al chantaje.

—¿Secreto? ¿Quieres hablar de secretos, Yami?—Inclinó la cabeza mirándola fijamente sin dudar—. Yo tengo varios interesantes tuyos, ¿cómo está tu primer esposo?

Su rostro se volvió pálido al mismo tiempo que su sonrisa se desvaneció. También había dado en el clavo, era una información que había conseguido con Shun en la boda pero que le había restado importancia.

—¿Cómo...?

Acercándose a un más, tomó su cabello entre sus manos con la fuerza necesaria para causarle suficiente dolor.

—Recuerda esto, YO soy una Uchiha, soy Uchiha Akemi. Puedes ir y decir todo lo que quieras pero al final del día solo eres una intrusa en esta familia. —Se sentía bien decirlo, aunque realmente no sabía si sería apoyada pero debía mostrar seguridad, además era bien sabido las consecuencias de molestar a los Uchiha—. Si intentas dañar nuestra reputación con algo como eso solo terminarás mal, tanto tu familia como tú.