CAPÍTULO 22: FELIZ
Por alguna razón el capítulo anterior no apareció en la notificaciones cuando lo publiqué, así que si no lo han leído vayan a hacerlo. ❤
Akemi lo miró incrédula, un poco dolida por su rechazo. No entendía a qué venía eso. Bueno, comprendía que no era una situación exactamente normal lo que estaban sobrellevando, pero seguía siendo su hermano y sólo había sido un abrazo.
—Lo harás, quieras o no—le dijo firmemente, interponiéndose en su camino.
Shisui lucía fríamente tranquilo, lo cual era inquietante. Ciertamente no estaba acostumbrada a que él se molestara con ella, y no sabía cómo llevarlo con exactitud.
—Escucha, no entiendo la razón por la que estás así. Itachi, sigue siendo mi hermano...—Tomó aire, quería que confiara en ella porque obviamente no lo hacía—. Shisui, confía en mí. Te hice una promesa y la cumpliré.
Se vieron a los ojos por algunos unos minutos que parecieron eternos, hasta que finalmente habló.
—Lo siento—se disculpó, suspirando. Pasó una mano sobre su cabello, desordenándolo—. Tuve un mal día y lo estoy pagando contigo.
Se acercó, estrechándola entre sus brazos lentamente, casi como temiendo que ella se apartara.
—Confío en ti—murmuró, junto a su oído, haciéndola sentirse mucho mejor. No podrían tener un futuro juntos si desconfiaban uno del otro.
—¿Qué sucedió?—le preguntó, escondiendo la cara en su pecho.
—Solo Yami siendo ella, lo hablaremos en casa. Será que bajemos porque ya tu madre debe estarse preguntando dónde estamos.
—De acuerdo.
Asintió, solo porque no era ni el momento ni el lugar para hablar de ello.
—Bajemos, entonces.
Ambos bajaron, encontrándose con su madre arreglando la mesa y Sasuke sentado, metido en su teléfono.
—Ya estamos aquí—anunció, deteniéndose al lado de Mikoto. Notó con rapidez la ausencia de Itachi. Se preguntó dónde estaría.
—¿Necesitas ayuda, Mikoto?—Se ofreció su primo.
Ésta se negó, aunque encantada con el ofrecimiento. Sabía que le tenía mucho cariño a él.
–No hace falta, querido. Ya terminé, así que mejor vayan sentándose para comenzar a servir. —Hizo una pausa—. Solo seremos nosotros.
—¿Y eso?—le preguntó Akemi, sentándose.
Shisui tomó asiento al frente de ella, al lado de su hermano. Su madre sirvió los primeros platos y parecía reacia a contestar.
—Bueno, tu padre tuvo una reunión a último minuto e Itachi se fue después de recibir un mensaje.
¿Un mensaje? ¿De quién?
—Qué raro que papá tiene una reunión a último minuto, ¿no crees, nee-san?—habló el Uchiha menor con burla.
Sí, era un poco sospechoso. Le lastimaba pensar que su papá no quería verla.
—No digas tonterías, Sasuke—le regañó Mikoto, sentándose. Luego, se dirigió a su hija—. Fugaku realmente quería verte.
—Ya veo—contestó con una sonrisa. Creería en sus palabras.
—Debe estar relacionado con la reunión que se aproxima—explicó Shisui.
—Seguramente. Por cierto, ¿cómo está Yami? Itachi me dijo que ya se encuentra mucho mejor.
—Sí, ya está mejor—respondió él—. Hoy la acompañé de compras.
Akemi alzó ambas cejas al escucharlo.
Era curioso.
—¿No debería estar de reposo?—le preguntó, sin apartar la vista de él–. Digo, una persona que estuvo en el Hospital despues de semejante caída no debería andar de compras.
Date cuenta, Shisui.
—No vayas a comenzar. —Su madre la miró molesta. Frunció el ceño, no había dicho nada malo–. Quizás solo quería comprar cosas para el bebé en persona.
Después de eso, cambiaron de tema y la comida siguió con normalidad. Luego de comer se sentaron en la sala a hablar, hasta que llegó la hora de irse. Una vez que se encontraron fuera de la casa y en el interior del auto, Shisui se dirigió a ella, era probable que hubiera notado su descontento.
—Fuimos de compras solo porque Yami insistió.
Se encogió de hombros, realmente no estaba molesta con él por irse de compras, lo estaba porque era un idiota y no se daba de cuenta de los engaños.
—No pasa nada—murmuró, al darse de cuenta de que él esperaba una respuesta—. Es tu esposa, después de todo. Es normal que vayan de compras.
Él suspiró.
—¿Recuerdas que te dije que tuve un mal día por culpa de Yami?
—Lo recuerdo.
—Adivina la razón.
Se rió ante su pregunta.
—Es Yami, no se necesita una razón.
Él sonrío sin mirarla, su vista en las calles.
—Le pedí el divorcio.
Ella se quedó con la boca abierta al oírlo. Al ver la seriedad en sus ojos se dio de cuenta de que no había escuchado mal, él realmente le había pedido el divorcio. Chilló de emoción y se lanzó a abrazarlo.
—¡Estoy conduciendo! ¡No hagas eso!—la regañó, aunque no lucía molesto—. Además, ¿por qué no tienes puesto el cinturón?
Sonriendo, se acomodó como él quería, no sin antes darle un sónoro beso en la mejilla.
—No puedo creer que lo hayas hecho—susurró. Él le había hecho caso.
Él posó una mano sobre su muslo y le dio un apretón, causando un ligero hormigueo.
—Dije que lo haría. —Sonrió—. Quiero que estés feliz, ¿lo estás?
Lo había hecho por ella. Jaque mate, Yami.
—Más que feliz—le aseguró—. ¿Y cómo se lo tomó?
Hizo una mueca al recordar.
—Digamos que no muy bien.
Cuando escribí este capítulo la historia tenía solo 5k votos, ahora son más de 10k. Estoy muy agradecida, me alegra tanto que les guste.
A veces me siento melancólica, por recordar aquellos momentos, pero estoy contenta en la actualidad porque he mejorado y puedo darles lo que se merecen.
No soy la mejor escritora, ni escribo perfecto, pero me contento con saber que es de vuestro agrado. Por supuesto, mi meta es seguir mejorando.
Gracias, se les quiere. ❤
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Deseos Prohibidos
FanfictionAkemi es una joven que lucha por superar diversas dificultades en su búsqueda de la felicidad junto al hombre que ama: Shisui. Sin embargo, no es un camino sencillo, ya que su mayor obstáculo resulta ser Itachi, su hermano mayor y el hombre por quie...