EXTRA – SHISUI
No olviden votar, ¿sí? 🥺
Se alejó de Akemi sin decir nada, sus ojos llenos de lágrimas eran como un puñal en su corazón. La amaba, pero se sentía traicionado. Necesitaba estar solo, necesitaba pensar.
Volvió a su apartamento, lo cual no mejoró su estado de ánimo. Le recordaba a ella, incluso su perfume impregnaba el aire, pero también recordaba el motivo de la pelea, pensó con amargura mirando el sofá. Jamás debió aceptar, ahora tendría que vender ese apartamento o se convertiría en un constante recordatorio.
Akemi había roto su promesa y no pudo entenderlo, ¿por qué lo había hecho? Itachi era su hermano. Su sangre se calentó, estaba más que furioso con su primo, ¿cómo se atrevía a poner sus manos sobre esa piel y besar sus hermosos labios?
Recordó el día que la había conocido, tan alegre y hermosa, ataviada de un vestido azul con volantes. Se sentía nervioso porque conocería a familiares que ni siquiera sabían que existían, pero cuando ella se dirigió a él, todos esos sentimientos se esfumaron. Había sido amor a primera vista, se dijo que incluso si ella no lo quería a su lado, lo estaría a la distancia.
Y así había sido, por años se mantuvo a su lado, siendo su primo, su amigo, su paño de lágrimas.
El día que conoció a Yami estaba tan borracho que ni siquiera recordaba haberse acostado con ella, momento donde supuestamente la había dejado embarazada. Aceptó casarse porque pensó que olvidaría a esa pequeña Uchiha, Yami era linda y parecía agradable en ese entonces, pero fue imposible.
Pero había descubierto reacciones que lo dejaban curioso y confundido, ¿por qué Akemi se molestaba tanto? Pero a pesar de ello no podía dar marcha atrás, se había comprometido con Yami y con el hijo que llevaba en su vientre.
Un hijo que al final no resultó ser de él, sino de Itachi. Le daba igual que esos tuvieran una relación, aunque muchos pensaban que lo había golpeado por ello, pero no. Se había puesto furioso porque le hubiera gustado enterarse de manera diferente, que él hubiera tenido la valentía de decirlo. También estaba el hecho de que quería ser padre, esperaba con ansias a ese bebé, pero su deseo se había visto hecho añicos.
No sabía si su primo se había acostado antes o después con ella, solo que era el papá. Además, también estaba el hecho de que atrevido a tocar y a herir a Akemi, e Itachi lo sabía. No era tonto.
Quizás debió golpearlo un poco más, así hubiera entendido que debía mantenerse lejos.
Entró a su habitación, dejándose caer en la cama. La última vez que había estado sobre ella, le había hecho cosquillas. Recordó su cabello desparramado sobre las sábanas, sus ojos y su risa risueña, que amaba escuchar. Luego habían hecho el amor apasionadamente. Jamás hubiera imaginado que podría estar así con ella, se había conformado con solo ser su primo, pero ahora sabía lo que era probar sus labios y estar en su interior. Conocía sus expresiones, sabía cuántos lunares escondidos se encontraban en su cuerpo, lo apenada y tímida que podía llegar a ser.
Cerró los ojos, tratando de eliminar esas imágenes. No sabía qué hacer porque la amaba, pero le había dolido verla besándose con ese hombre. Aunque ella tenía razón, había sido perdonado múltiples veces. Lo perdonó cuando la había tratado mal en ese cumpleaños y también cuando Yami lo había besado. Pero él ni siquiera le había dado la oportunidad de explicarse.
Abrió los ojos, él también podía perdonarla. Sería difícil, pero lo intentaría porque no quería perderla, quería volver a tenerla entre sus brazos y besarla. Por más que Itachi se lo propusiera, no le daría la satisfacción de arruinar lo que había entre ellos.
Y luego recordó. Su primo lo había visto llegar, pero también había visto como era detenido por una joven perdida que necesitaba indicaciones para ir a un lugar. Por el enojo del momento no lo había pensado, pero quizás habia sido apropósito.
Quizás era lo que Akemi habia intentado explicar.
Se levantó y se acercó a la ventana, estaba lloviendo. Se sintió preocupado, la había dejado sola a esas horas de la noche, podía mojarse y resfriarse por ello. Últimamente ella no se sentía bien, había notado sus continuos malestares.
Salió de la habitación y tomó las llaves de su auto, quería llegar rápido. Tenía una presión dolorosa en el pecho que no se le quitaría hasta verla.
Una vez dentro de su auto, lo puso en marcha hacia donde la había dejado, pero no la vio por ningún lado. Quizás ya se había ido, tal vez había llamado a Fugaku o algún amigo.
No, ella no llevaba encima su celular. Recordó haberlo visto encima de la mesa antes de salir.
¿Quizás Itachi la había buscado? No, ella no se iría con él.
Dio un par de vueltas, pero nada. Se sentía intranquilo y culpable, no debió haberla dejado, por más enfadado que estuviera su deber era llevarla con él. Decidió ir a casa de Fugaku, esperaba encontrarla allí, con una manta y una taza de chocolate. Así le gustaba estar en las noches lluviosas.
Cuando la viera, iba a abrazarla y decirle que la amaba, que había conseguido la casa perfecta, con una piscina, tal y como ella quería. Luego, le diría que tomarían unas vacaciones a donde ella quisiese.
Mientras avanzaba, escuchó los sonidos de las sirenas de ambulancias y de la policía. Visualizó lo que era un horrible accidente, uno de los autos estaba boca abajo y el otro totalmente destruido en el parachoques. Se detuvo junto a un hombre, que miraba la escena desde otra acera.
—Hola, ¿sabes qué ha pasado?—le preguntó, bajando el vidrio.
El señor se acercó, con su paraguas protegiéndolo de la lluvia.
—Otra vez la irresponsabilidad de un conductor ebrio. No vio que la luz del semáforo estaba en rojo y pasó a gran velocidad, chocando contra una pareja—explicó, mirando la situación con tristeza—. Todos fueron llevados al Hospital, pero los más graves han sido los jóvenes. Pobres, espero que todo salga bien para ellos.
Shisui volvió a mirar la escena, ambos autos estaban destrozados, pero sobretodo el de color blanco. Habían distintos uniformados rodeando a todo velocidad.
—Yo también lo espero.
Pero lo dudaba, estaba tan destrozado que no creía que esa pareja sobreviviera. Igual esperaba que sí, seguramente se tratarían de personas amadas y necesitadas por alguien más, personas que romperían el corazón de sus familiares y amigos si algo les pasaba.
Deseó ver a Akemi con fuerza, ver eso lo hacía sentir mas intranquilo. Se despidió del señor y retomó su camino.
Llegó a su destino, pero ella no estaba allí, lo cual también preocupó a sus padres y a su hermano, pero agradeció que Itachi no estuviera.
Consiguió el número de Sumiko gracias a Sasuke, pero ella no tenía idea de dónde podría estar. Sugirió que llamara a Shun, ya que se habían vuelto cercanos.
Llamó a Shun, una y otra vez, pero no contestó. Comenzaba a tener un mal presentimiento.
Entonces, Fugaku recibió una llamada.

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Deseos Prohibidos
FanfictionAkemi es una joven que lucha por superar diversas dificultades en su búsqueda de la felicidad junto al hombre que ama: Shisui. Sin embargo, no es un camino sencillo, ya que su mayor obstáculo resulta ser Itachi, su hermano mayor y el hombre por quie...