CAPÍTULO 12

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CAPÍTULO 12: BAJA TOLERANCIA AL ALCOHOL (II)

—Ya estás casado—le recordó mientras acariciaba su cabello.

Él levantó la cabeza para mirarla.

—¿Y si no? ¿Te casarías conmigo?

Ella tragó saliva y lo miró sin saber qué contestar. Eran cosas de gente borracha pero aún así parecía decirlo con mucha sinceridad.

—Y no estoy borracho—continuó él.

Asintió suspirando, no le creía pero fingiría que sí.

—Está bien pero no te vayas, ¿sí? No quiero quedarme sola—le dijo en un susurro sintiéndose un poco avergonzada.

Se miraron fijamente a los ojos durante unos minutos que parecieron eternos hasta que él finalmente asintió. Se separó de ella y se acercó a tomar la botella de cerveza que había dejado a medias en el suelo.

—De acuerdo pero seguiré bebiendo—aceptó evitando mirarla—. Espero no te moleste.

Lo miró mordiéndose el labio, algo pasaba. Él no era un gran bebedor, de vez en cuando bebía y en muy pocas cantidades. Suspiró y se acercó a él, colocándose al frente.

—¿Qué sucede, Shisui?

—Sólo acabo de recordar algo—contestó encogiéndose de hombros.

Frunciendo el ceño le quitó la botella de la mano y la colocó encima de la mesa.

—¿Tiene que ver con Yami?—Quizás se sentía culpable por haber dicho que Akemi debería ser su esposa.

Él levantó una ceja y se rió, echando la cabeza hacia atrás. En definitiva estaba borracho.

—Estoy comenzando a creer que estás enamorada de ella.

Ella se le quedó mirando con la boca abierta, procesando lo que acaba de escuchar.

—¿Disculpa? ¿De verdad dijiste lo que creo que oí?

Él no lo negó pero tampoco lo afirmó, de igual forma estaba enfadada. Ella preocupándose y él saliendo con algo así. Sin decir una palabra y apretando los labios para evitar hacerlo se levantó y comenzó a dirigirse a la habitación que le había sido otorgado.

Shisui la tomó de la mano y la atrajo hacia él, por lo cual tropezó con sus pies en la marcha hacia atrás y cayó en el sofá. Su cabeza quedando sobre el pecho de éste, quien la rodeó con sus brazos manteniéndola aprisionada.

—¡Déjame!—exclamó mientras intentaba soltarse.

—¡Sólo estaba bromeando, Akemi! No hace falta ponerse así.

—No bromees cuando estoy preocupada por ti—le pidió ya calmada.

Él suspiró relajando los brazos alrededor de ella.

—Realmente creo que sí estoy borracho pero sólo un poco. Lo siento.

Ella se dio la vuelta todavía en el sofá, ambos cabían cómodamente sin problemas.

—No bebas más, dices cosas raras.

—No lo haré.

Se quedaron en silencio y en la misma posición por varios minutos hasta que Shisui alargó una mano y tocó el borde de su labio, sorprendiéndola.

—De verdad me gusta tu sonrisa.

Instintivamente le sonrió.

—Aquí—continuó en un murmullo deteniendo su dedo justo en donde se formaba su hoyuelo—. También me gusta tu hoyuelo, es fascinante.

—Soy la más guapa de esta familia—alardeó.

Él se rió y asintió, alejando su mano.

—Estoy de acuerdo contigo. Será mejor que vayas a dormir, es bastante tarde.

—¿Y tú qué vas a hacer?—le preguntó, ambos levantándose al mismo tiempo.

Éste no tuvo tiempo contestar porque su teléfono sonó, sobresaltándolos. Lo sacó y miró la pantalla.

—Es Itachi, está llamando—dijo para luego tenderle el teléfono—. ¿Por qué no hablas tú con él?

La sola mención de Itachi la hizo sentir un nudo en la garganta.

—¿Por qué no hablas tú con él?—le contestó negando—. Es a ti a quien llama, no a mí.

Él se removió incómodo en su lugar. Lo miró sospechosamente.

—Sé lo que digo, contesta tú.

—No pienso hacerlo—dictó con decisión.

La pantalla del celular se apagó y luego volvió a encenderse con otra llamada.

—Yo tampoco.

Le frunció el ceño sin entender su negativa.

—¿Por qué no quieres?

—¿Por qué tú no quieres?

Ella desvió la mirada hacia el suelo, encontrando interesante sus pies de repente.

—Hemos discutido, se podría decir.

—Nosotros igual.

Levantó la mirada.

—¿Por qué?

Él se encogió de hombros.

—Por muchas razones. Solo contesta por mí, cariño—pidió—. Lo de ustedes no debió ser tan grave como lo nuestro. Realmente fue una grave discusión.

Eso crees tú, le quiso decir pero prefirió callar. Asintiendo tomó el celular que seguía sonando escandalosamente.

—¿Diga?

—¿Akemi?—Su piel se puso de gallina al escuchar la voz ronca de su hermano.

—La misma, ¿pasa algo?—le preguntó orgullosa de sonar tan calmada.

La línea se quedó en silencio.

—Dile a Shisui que se dirija a la dirección del hospital que le voy a enviar por mensaje. Ha sucedido algo con Yami. —E Itachi colgó sin esperar su respuesta.

Le tendió el celular a Shisui, aún procesando la información.

—Itachi ha dicho que te va a mandar la dirección de un hospital al que tienes que ir porque...—Tomó aire—.Yami se encuentra allí, al parecer le sucedió algo.

La parte del principio me recuerda a cuando mi casi Sugar Daddy me preguntó si sería capaz de casarme con él pero al final solo lo preguntó para ver mi respuesta, no hablaba enserio.🥴

Los Sugar Daddy no son como cuentan en las historias, ¿vale? Algún día les contaré mi experiencia y lo que todavía vivo porque de vez en cuando me escribe. 🥺😔

Ha sido una experiencia traumante y dolorosa, te deja con muy baja autoestima. No sé si será sólo a mí qué me pasa así pero bueno. 😪

Deseos ProhibidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora