Dani salió de nuestro escondite. Le iban a matar. Estaba segura. No les conocíamos, ¿qué iba a hacer? ¿darles un abracito amistoso? ¡Estaba loco! No se podía confiar en tus amigos, ¡y en las personas desconocidas menos!
Como un acto reflejo, hice lo de siempre. La flecha acertó en su objetivo, ya que oí a una persona gritar. Salí hacia el pasillo con el arco en alto. Había una persona tendida en el suelo con una flecha en la pierna.A su alrededor había seis personas agachadas intentando ayudar, aturdidos, al herido. Todos incluido Dani.
-¿Qué has hecho? - me preguntó Dani.
-¡Te iban a matar!
-Ariel, son compañeros. Son de los míos.
-¿Cómo lo has sabido?
-He reconocido sus voces.
Recordaba sus voces. Según él, se había ido hace mucho tiempo, pero recordaba sus voces. ¿Habría estado todo ese tiempo arrepintiéndose de haber huído? ¿Podía confiar en él? Ya no confiaba ni en mi sombra...
''Son de los míos'' No lo parecían. Dani y Kah, los únicos ángeles negros que había conocido eran jóvenes y tenían cara de niño, pero éstos eran más mayores, las arrugas ya asomaban por su cara. Estaban curtidos en batallas, marcados con cicatrices.
-Menuda compañera que te has echado, Dan.
Era verdad eso de que le llamaban Dan.
-No es mi compañera. Ella me ha seguido.
-¡¿Que yo qué?!
Había gritado y todos me miraron como si no lo hubiera tenido que hacerlo. Claro, me veían como a una chica cualquiera asustada, como si dependiera de ellos y lo menos que podía hacer era portarme bien.
-Vale, yo la he seguido a ella.
-¿El cachorrito que huye de la manada ha encontrado dueña?
-¿Y vosotros qué? ¿Qué hacéis aquí?
-Te lo contaremos cuando no tenga una flecha clavada en la pierna.
Los siete salimos del súper donde nos encontrábamos y nos dirigimos a una de las pocas casas del pueblo. ésta se encontraba en la linde del bosque para, según nos comentaron, poder huir si han descubierto que son unos traidores.
Más tarde, después de arrancarle la flecha (no gritó nada) y coserle la herida, nos sentamos todos junto al fuego.
-¿No os preocupa que os vean? -pregunté curiosa.
-¿Quién nos va a ver? ¿Las cuatro personas de este pueblo que nos tienen miedo porque vamos armados hasta los dientes? - esto era verdad. Asustaban. Tenían de todo, no les faltaba comida, vendas, y mucho menos armas - ¿La gente de lejos que vea el humo? Simplemente pensarán que es una casa más quemada por los bombardeos.
Yo me escondía en el bosque. En ese momento me di cuenta del tiempo que perdí.
Primero nos conocimos un poco. Dani nos presentó a todos: sus compañeros se llamaban Fede (a quién disparé), Hugo, Lolo, Zaus y Reto. Todos eran mayores ( tenían 500 años, lo que suele ser la mitad de su vida) Ellos también habían huido, pero ellos lo hicieron juntos, no como Dani, para así tener más posibilidades.
-¿Posibilidades para qué? - pregunté.
-Para matar al que tiene la culpa de todo esto. - lo decía de verdad, sus ojos así lo mostraban.
Querían vengarse, como yo. Pero yo tenía una razón, ¿cuál era la suya?
-Esto es lo que te quería contar, Ariel. No sabía que Fede y los demás estaban también metidos en esto. Hay más gente, Ariel. Humanos y no tan humanos quieren que esto se acabe. Se están uniendo, cada vez son más.
-Pero los gobiernos...
-Los gobiernos pasan de los humanos. Ya han perdido mucho dinero y el que les queda lo van a gastar ellos para poder vivir bien. Las uniones son la única esperanza.
-Que los humanos quieran vengarse lo entiendo, ¿pero vosotros?
-Se estaba muy a gusto en el infierno. -dijo Hugo y todos rieron.
-¡Nos ahorrábamos mucho dinero en calefacción!
Cinco ángeles negros sanguinarios a los que les iba el humor.
-Vale, esa es una buena razón, ¿pero cuál es la verdadera?
-Aquí no somos libres. Hemos estado toda nuestra vida luchando, nos han criado para esto, pero esto no está bien, los humanos no son nuestros enemigos. Sólo queremos ser libres.
-Todos queremos serlo.
Hubo un momento de silencio. Todos estábamos de acuerdo. Ángel puro, negro o humano todos queríamos extender las alas y volar. Me pregunto cómo será ahora, en el presente, esto me pasó hace muchos años...¿Cómo será ahora?
-¿Cuál es tu razón preciosa?
-¿Sabéis quién es Kah?
-Claro. El último ángel negro que quedaba en la Tierra antes de nuestra llegada. Decían que trabajaba para el maestro. Es una auténtica leyenda entre los nuestros.
Entonces eso significaba que no lo sabían...
-Era una leyenda.
Entonces todos entendieron quién era yo y cuál era mi razón de venganza.
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Bellas Alas
FantasíaA veces es mejor ocultarse. Otras, es preferible dar la cara. El destino es tu peor enemigo. Ariel sabía perfectamente quien era, no cómo esas niñas estúpidas de los libros de fantasía que no se daban cuenta de su potencial hasta que un niñato guapo...