III

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Han pasado dos semanas de la muerte de Matt, me tomé la libertad de asistir a su velorio. Sus padres se veían muy mal, algunas personas decían: "era tan bueno" "¿quién le haría daño a un pobre inocente como Matt?" "trágico, de verdad".

Le había tomado cariño al chico.

En el momento en que salí de ahí, sentí una presión en mi pecho. Llegué a mi casa de noche, daba igual si llegara tarde o no. Fui a mi habitación y me desvestí para ponerme la pijama, estaba agotado por alguna extraña razón. Dicen que cuando vas a los velorios o a esos lugares donde hay personas sepultadas, por lo menos toman tu energía y sientes algo de fatiga después.

Dormí en el instante en el que cerré los ojos. Pero ese instante comenzó a tornarse en un sueño donde el paisaje era rojo. Me agrada el rojo, me agradaba el paisaje. Momentos después vi figuras geométricas en la parte de arriba, extraño, sin duda. Un tipo agradable y apuesto caminó hacia mi. Era unos centímetros más alto que yo, un poco calvo, ojos bonitos y delgado. Bonitas pestañas, por cierto.

-Ya quería verte de nuevo.-dijo el tipo haciendo una mueca de perversión.
-Nunca te he visto en mi vida.-dije con algo de indiferencia.
-Ya lo hiciste, nos vemos pronto.-el chico se alejó de mi indiscretamente. Escuchaba murmullos por todos lados.
Me senté en el suelo de ese lugar y llené mi pantalón de moho y tierra. Los murmullos comenzaron a fastidiarme, así que escribí mi nombre entre la tierra: "Joshua".

Tengo muy presente ese sueño. Y a decir verdad, no creo que sea sueño. Normalmente los sueños los recuerdas muy tenue al despertar, yo sentí como si hubiera estado ahí en verdad. Sigo teniendo en mi mente al chico calvo y lo que me dijo.

Desperté y eran las 3:24 a.m, aún tenía que dormir y no planeaba madrugar. Estaba sudando frío y mi mano temblaba, decidí bajar a la cocina y calentar un poco de leche. Escuché un murmullo en el fondo de la cocina decir: "Josh". Me espanté un poco, era ilógico decir que mi padre me llamó. Tomé una taza de la alacena y dejé caer el líquido tibio sobre ella. Subí inmediatamente a mi habitación y cerré todo, hasta la ventana.
Subí a la cama, y mientras tomaba de la taza miraba hacia el buro de a lado. Dejé la taza ahí y comenzaba a darme sueño de nuevo, mi mano izquierda estaba manchada de tierra, indudablemente supe que no era un sueño. Cada que pestañeaba podía ver el rostro del chico y a la vez el rostro de Matt; como si todo indicara que él era causante de todas las cosas extrañas de esa noche.

Dark Necessities |Joshler|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora