VIII

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-¿A dónde me llevas, Tyler?-desconocí ésta parte de la ciudad, mi mundo giraba entre bares cercanos, universidad y casa.

-Haces muchas preguntas.-dijo mientras subía a un puente casi destrozado, al otro lado sólo veía pasto y una montaña.

Seguí a Tyler todo el camino, quería seguir preguntando pero sonaría demasiado estúpido.

Cruzamos el puente y éste nos llevó a un largo camino de tierra, rocas y un poco de moho, a los lados pasto. El camino estaba hasta cierto punto inclinado.

-¿Falta mucho?-pregunté un poco fatigado, el camino cada vez subía de inclinación.

-Cruzamos la colina y listo.-decidí no reclamar nada y seguir el camino enorme que me esperaba. Tyler estaba muy callado. Decidí romper el hielo.

-Es extraño, ahora no hostigas mucho.-dije con cierto sarcasmo.

-Éste lugar me trae buenos recuerdos, es todo.

-¿Entonces no deberías estar feliz?

-Era feliz en aquel momento, ahora me pone nostálgico.-dijo con la voz un poco temblorosa.

-¿Qué es éste lugar?

-No recuerdo el nombre de la montaña, pero cuando vengo puedo sentir paz, tranquilidad en mi. Por eso quise que vinieras.

-Pues el camino es largo. ¿Aún falta?-dije jadeando del cansancio.

-No, no mucho.-dijo cortante, era muy obvio que no quería hablar en absoluto.

Decidí guardar silencio hasta que el dijera algo por su parte.

Caminamos 30 minutos y llegamos casi a la cima, la expresión de Tyler cambió de serio y enojado a feliz.

-Ahora voltea.-dijo Tyler, estábamos a espaldas.

Voltee y pude ver la ciudad desde muchos metros arriba, era algo fantástico, irreal. Jamás había venido a un lugar así. Sentí la brisa del bosque, con toque de olor a hierba, nunca olvidaré ese momento.

-Ty, gra...-fui interrumpido.

-No agradezcas, no te acostumbres a ésto porque no creo que se repita.-dijo a la vez que sacaba una cajetilla de cigarros. Se sentó sobre una piedra enorme, acción que imité.

Tomó un cigarrillo y me lo ofreció con el ceño fruncido.

-No, por ahora no quiero.-dije y Tyler se acercó rápidamente, miraba mis labios.
-Tomalo, me lo agradeceras después.-dijo susurrando. Se acercó más a mis labios, quedamos a centímetros. Subió su mano por mi cara y metió el cigarrillo en mi boca.

Se alejó. Mi corazón latía a mil por segundo cuando estaba cerca, debo admitir.

Encendió su cigarrillo primero y después tendió su mano con el encendedor sobre ésta. Negué. Saqué el cigarrillo de mi boca y lo puse a un lado.

-Creo que sería mejor en otro momento.-dije mirando el paisaje. Tyler le daba una calada y me miró por unos instantes. Cambió de mano el cigarrillo y me lo ofreció, era mucha la tentación.

-Dale un par de caladas, se siente bien.-dijo y tomé el cigarrillo. Lo puse entre mis labios y sentí el humo en mi boca. Tragué unos segundos y solté.

-Y, Tyler, ¿a qué te dedicas?-rompí el hielo, de nuevo.

-¿Como humano?

-Sí.-dije con el ceño fruncido dando otra calada.

-No me agrada estar mucho tiempo en ésta dimensión, pero es mi trabajo.-le di el cigarrillo.

-¿Trabajo? ¿Qué es realmente a lo que te dedicas? Independientemente de tus cambios espirituales y corporales.

-Aquí va de nuevo...hay sectas, ¿okay? Muchísimas. El infierno es como la tierra, hay espíritus que trabajan y otros que sólo estorban. Es como...¿capitalismo?

-¿Te refieres a que hay clases sociales?

-Sí, pero es diferente. No lo entenderías. Bien...yo soy un espíritu perteneciente a la Orden de los Nueve Ángulos. Matt pertenecía a la secta.-ahora entiendo todo. Yo sólo asentía.-puedes contactarte con los espíritus de la secta por medio de la ouija.- asentí y sentía muy raro cuando Tyler hablaba de esa forma.-y algunas veces me indican que hostigue a algunos participantes de las 'reuniones'. Depende el comportamiento, algunas veces me piden matar, ser amable, ser visible, no visible, sexo, muchas cosas.

-¿Te acuestas con tus "víctimas"?-dije sorprendido y haciendo comillas.

-Víctimas, esa es la palabra.

-No respondiste mi pregunta.

-Sí, Josh, si me he acostado con algunas.-dijo alzando la voz.

-¿Te gusta hacerlo?

-Al principio era divertido y me gustaba, después fue una costumbre, ya es algo cotidiano.-dijo dando una última calada al cigarrillo.-y sí, en ésta dimensión soy bartender de muchos bares, así que si me visualizas en algunos lugares distintos, no pienses mal. No soy psicópata. No siempre.

-¿Cómo que de muchos bares?

-Joshua, haces muchas preguntas. Cubro a algunos bartender. Merecen un descanso, y en esos días yo los suplo.-suena muy lógico.-además la paga es buena.

-Bien, otra pregunta. ¿por qué estás ahora conmigo y no 'hostigando' a otras personas?-hasta donde yo sé no tenía interés en aquella reunión.

El rostro de Tyler cambió, tenía una pequeña sonrisa pícara y miraba el paisaje. Comenzaba a verse la neblina.

-Basta de preguntas Josh, no es grato ahora.-dijo poniendose de pie.-tenemos que irnos.

Miré el reloj de su muñeca y el tiempo se fue volando, eran las 5:00 p.m y ya debería estar en casa.

-Iré directo a mi casa, no sé a dónde te dirijas tú.-dije caminando hacía la ruta marcada por la tierra.

-También tengo cosas qué hacer, después te veo, rojito.-me miró pícaro, muy pícaro. De un momento a otro caminó hacia el bosque y desapareció. De la nada.

Decidí caminar lento para disfrutar aquel aroma a pino que tanto anhelaba.

Nota:
La Orden de los Nueve Ángulos sí existe.
No se espanten, no soy satánica ni nada. Sólo que me tomé en serio la temática del fic e investigué algunas cosas, es interesante el tema.
Sólo eso es real, lo demás viene de mi mente extraña :p

Dark Necessities |Joshler|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora