Era el último día de escuela, por lo tanto se había organizado un festival navideño. El lugar era un completo caos, Pete se encontraba buscando a sus amigos góticos ya que entre tanta gente por todos lados los había perdido de vista. No aguantó más el estrés de estar entre toda esa bola de conformistas, así que optó por ir a un lugar donde nadie se encontraría en esos momentos: la biblioteca.
Entró, estaba complemente vacía, aún así se escuchaba la bulla de afuera; la tonta música de Navidad. Tomó unos libros, entre ellos: Los misterios de Udolfo, Los elixires del diablo, La torre de los siete jorobados, La casa de los siete tejados, El Castillo de Otranto, entre otros. Los colocó sobre su mesa, se sentó, encendió un cigarro y comenzó a leer La torre de los siete jorobados.
-Hey, yo estaba buscando esto, per se. - Exclamó un chico alto, de cabello negro con puntas verdes, tomando el libro El Castillo de Otranto de la mesa de Pete.
Pete ni siquiera se molesto en alzar la mirada, sabía exactamente de quien se trataba.
-Si sabes leer, habrás observado que en la entrada dice "PROHIBIDO FUMAR".
Pete siguió leyendo, ignorándolo por completo.
-¿No te parece que has estado aquí el tiempo suficiente?
-Mike, podrías callar tu maldita boca - Molesto, levantó la mirada hacia él, en su rostro se formó una cara de asco.
El chico vampiro usaba una diadema con cuernos de reno en su cabeza.
-Has estado aquí desde la mañana. ¿Ya comiste algo? ¿Quieres unas galletas? - Sacó de su chaqueta una bolsa transparente dentro de ella habían unas galletas en forma de arbolitos de navidad y muñecos de nieve. - Están muy ricas, yo estaba comiendo pero guarde algunas.
-No, con mi cigarro es suficiente. Por cierto te ves ridículo, pareces más imbécil de lo normal. Digno del líder de los falsos. - Dio una calada a su cigarro
-¿Me veo ridículo con mis astas de reno? - Tartamudeó
- Tú te ves ridículo con o sin esos cuernos. ¿Cómo sabes que he estado aquí desde la mañana?
-Estaba del otro lado del librero, no te había visto hasta que me levanté a buscar otro libro. Yo estaba leyendo este -Jaló una silla y se sentó alado de Pete - Melmoth el errabundo - Le mostró la portada del libro.
-Mike ¿Quién te dijo que podías sentarte a mi lado? - Exclamó, echando la cabeza hacia atrás, moviendo la parte delantera de su flequillo, para luego mover su silla para no estar tan pegado al chico vampiro.
-Estoy aquí por la misma que tú, para leer - Le mostró una sonrisa dejando ver sus colmillos falsos.
-Mientras mantengas la boca cerrada está bien.
Mike estaba a punto de decir algo más cuando mejor decidió quedarse callado.
El líder los vampiros no podía concentrarse teniendo a su lado a Pete, sentía una extraña atracción hacia él, a pesar de que este lo tratara mal, algo en ese gótico le gustaba; hasta físicamente le atraía.
Los minutos pasaban, el chico gótico se encontraba concentrado en su lectura hasta que un molesto ruido de comida lo desconcentró.
-¿Qué carajo haces? Para de comer, me molesta.
-¿Acaso eres misofónico o algo? - El mayor lo observó -¿Quieres? - Le pasó la bolsa de galletas
-Si sabes leer, habrás observado que en la entrada dice "PROHIBIDO CONSUMIR ALIMENTOS".
-Vamos, tengo hambre, pero no quiero irme, per se.
-Sería mejor que te fueras. - Pete trató de concentrarse de nuevo en su libro.
-No quiero dejarte solo.
No obtuvo respuesta del menor.
Mike jaló su silla sin hacer ruido para quedar pegado a Pete.
-Sonríe - Le dijo a Pete colocando su celular enfrente de él para tomarse una foto juntos.
Pete levantó extrañado la vista y se quedó inmóvil al verse. Mike estaba sosteniéndole un gorro rojo de navidad sobre su cabeza, pareciera que él tuviera puesto el gorro y alado Mike con sus cuernos de reno. Mike sólo tomaba foto tras foto.
-Mike borra eso de una maldita vez. - Exclamó aturdido.
-No. - Soltó una ligera risita.
-Te juro que te voy a quebrar las piernas, pero primero voy a romperte ese celular en la cabeza - Cerró su libro y se puso de pie.
-Hazlo. - También se levantó de su silla.
- Vete al carajo. Lo voy a hacer.
-Atrápame si puedes, Pete - Salió corriendo de la biblioteca.
-Jódete Mike - Gruñó el chico gótico y salió tras él.
