En esta época navideña la cafetería Tweek Bros. Ofrecía más que sólo café.
Tweek agarró otro recipiente y comenzó a revolver los ingredientes de nuevo ya que cada vez aumentaba el número de clientes en su cafetería, estaba trabajando tan rápido como le era posible para producir la mayor cantidad de bizcochos de jengibre, galletas y pasteles de café. Él siempre había estado ocupado durante las vacaciones atendiendo a los clientes, pero nunca había sido así.
Craig decidió ayudarlo en esos días, ahora trabajaba revolviendo el chocolate con el café para un pastel que se había convertido en un gran éxito de la cafetería. Tweek vertía dos tazas de azúcar, luego miró a ver si Craig estaba utilizando una cuchara que necesitaba.
-Hey, ¿Podrías pasarme eso? - Preguntó, señalando el utensilio que se encontraba a la derecha de Craig.
-No. - Respondió mientras lo agarraba y utilizaba para remover lo que había en su recipiente. -Ahora es mío, ve a buscar otra cosa para revolver. - Dijo con una sonrisa.
-¡Ah! Craig, no estoy de humor para juegos. - Estresado, abrió varios cajones, los revolvió hasta que encontró algo remotamente similar. - Tengo que adelantar con estas magdalenas, ponerlas en el horno y ¡gah! Es mucha presión.
-Oh, vamos, anímate. - Dijo al darse cuenta del mal humor de Tweek. - ¿Acaso no es divertido todo el asunto de hacer pastelillos teniendo a todos estos clientes?
-Sí, es bueno para el negocio pero es demasiado para mí. - Estaba teniendo dificultades para mantenerse al día haciendo que se sintiera frustrado.
-Por eso estoy aquí contigo, apoyándote.
-Lo sé, gracias por eso, pero este día es como ningún otro. Hay mucho que hacer. Demasiado - Dijo temblando sosteniendo dos moldes para muffins y alineándolos con la mezcla de las magdalenas. - Es muy estresante.
-Entonces, ¿por qué no te tomas un descanso?
-¿ACASO ESTÁS BROMEANDO? ¡AH! - Exclamó, agarrando un recipiente vertiendo lo que sostenía. - De ninguna manera, especialmente en estas fechas navideñas, se pierde dinero cuando hacemos eso. Además de que necesitaré cada dólar adicional que logre conseguir, de modo que pueda comprar lo que quiera.
-¿Eso significa que todavía estás pensando en conseguir lo que te pedí? - Le preguntó con una mirada directo a sus ojos.
Tweek trató de evadir su mirada pero no pudo evitar el rubor sutil que apareció en sus mejillas. Craig le había dicho desde hace meses que comprara algún tipo de ropa interior, y durante el mes de noviembre ya estaba decidido que esa era la única cosa que Craig quería para Navidad.
Sin embargo Tweek no había tenido tiempo para hacer otra cosa, más que trabajar y dormir, eso se estaba convirtiendo en un problema.
-Tal vez sí, tal vez no. - Respondió acompañado de sus tics. - De cualquier manera, gastaremos el dinero extra. - Puso las bandejas en el horno y estableció el tiempo de treinta minutos, luego corrió al fregadero para lavar los platos.
-Lo sé. - Caminó detrás de Tweek, se colocó detrás de él, empujando a sí mismo contra su espalda. - ¿Qué hay de un descanso de dos minutos? - Susurró al oído, enviándole escalofríos por su espina dorsal a pesar de que el cuerpo de Craig era cálido. - Eso es todo lo que necesitamos...
-Tengo que iniciar con las galletas de jengibre. - Dijo entre dientes, sus manos perdían la coordinación para lavar los platos ya que la mano de Craig estaba alrededor de su cintura.
-Pueden esperar un minuto. - Susurró en su cuello, desabrochando los pantalones de Tweek, dejándolo sin aliento, el rubio cerró los ojos de placer cuando Craig apretaba con cuidado su pene. Las corrientes de calor aumentaban a través de sus venas dejando escapar un gemido de sus labios; Tweek sentía la pesada respiración de Craig en la oreja.
-Oh, mierda. - Jadeó, mordiéndose el labio porque no quería que nadie lo escuchara. Él siempre era ruidoso pero prefirió no serlo ahí.
-¿Se siente bien? - Cuestionó Craig deslizando la mano dentro de sus calzoncillos, haciendo un contacto directo piel con piel.
-Sí. - Gimió moviendo sus caderas hacia adelante involuntariamente. - Sí, ¡Ah! Oh Dios.
No se necesitó de mucho tiempo para que ambos pantalones estuvieran abajo, Tweek se inclinó sobre el lavadero ya que Craig lo estaba preparando con los dedos, pero él no necesitaba mucho de eso porque él ya estaba listo, pidiendo por Craig; por lo que reemplazó los dedos por su pene. Tweek arqueó su espalda en éxtasis, trataba de ahogar sus gemidos para no gritar tan alto, empujaba sus caderas hacia atrás en Craig. La mano del otro se encontraba masturbando al menor.
-Maldita sea. - Murmuró Craig detrás de él. Tweek estaba demasiado intoxicado en el placer que no logró entender lo que dijo. La mano del mayor se movía más rápido sobre el miembro.
-Estoy cerca. - Es todo lo que fue capaz de balbucear antes de que terminara temblando, corriéndose sobre la mano de Craig, gimiendo palabras tan desordenadas, que ni siquiera él podía entender.
Craig se vino poco después, apretando fuertemente las caderas de Tweek, inclinándose para morder su cuello para no gemir en voz alta.
Minutos más tarde de terminar, Tweek seguía temblando aturdido, tan abrumado por la lujuria que casi no podía pensar con claridad.
Craig comenzó a limpiar la cocina hasta que quedara de acuerdo al reglamento sanitario, Tweek lo ayudó después de que por fin se sintió lúcido. Y era cierto, se sentía con menos estrés, ahora volvería al trabajo.
-Eso ayudó. - Admitió Tweek finalmente. - Mucho más de lo que hubiera pensado.
-Me imaginé que lo haría. Además, había estado pensando en hacerlo contigo desde la mañana. - Dijo Craig con toda sinceridad.
-No me sorprende, eso es prácticamente lo que está en tu mente todo el tiempo. - Se burló. - Pervertido.
-¿Qué? Eso no es verdad, no sólo pienso en eso. A veces pienso en cómo podríamos chupárnosla ambos. Ya sabes a que me refiero.
La cara de Tweek cambió a un color rojo hasta las orejas. Lo ignoró volteándose checando el tiempo que le faltaba al horno.
-¿Si entendiste lo que te dije, cierto? - Preguntó Craig colocándose a su lado, susurrándole cosas al oído.
-¿Podría alguno de ustedes dos ayudarme en atender unas mesas? - Interrumpió abriendo la puerta de la cocina el Sr. Tweak.
-¡Gah! - Saltó asustado. - ¡Yo voy papá! ¡Craig te encargo el horno! - Salió corriendo por la puerta.
Craig sólo observó con una sonrisa cómo se iba su manojo de nervios.