Christophe se sentó con las piernas cruzadas en el sofá, con los ojos pegados a la pantalla de la televisión mientras jugaba Xbox. Gregory estaba ocupado en pie de puntillas sobre una escalera, tratando de colgar las luces de Navidad en el árbol, pero era incapaz de conseguirlo en la parte más alta.
-Christophe ¿Me podrías dar una mano? - Le dijo inclinándose hacia delante tanto como le era posible sin perder el equilibrio (que no es mucho, teniendo en cuenta el hecho de que ya estaba en el escalón superior de la escalera y de puntillas).
-En un minuto. - Respondió, presionando los botones con furia en su mando a distancia. - Mierda, ¡Muévete! ¡Perra!
-Te dije que vinieras a mi casa para que me ayudaras con el decoración de navidad - Gritó molesto el rubio. -No para que estuvieras jugando Xbox.
-Y yo te dije que estoy castigado, por si no lo sabes me escapé para venir contigo y ah, mi madre me escondió mi Xbox.
Gregory suspiró y una vez más intentó envolver una cadena alrededor de la parte superior, apenas lo logró de un lado y sonrió triunfalmente. Miró a Christophe y no pudo evitar sonreír, a pesar de que no lo ha ayudado en absoluto a poner alguna decoración. No estaba enojado con él. ¿Cómo podía ser? Siempre ha habido algo en él que permite que la mayoría de las cosas se deslicen más allá de la mente de Gregory y sólo se centre en amarlo. Él decidió esperar para poner los demás adornos, se bajó de las escaleras y tomó asiento alado de Christophe en el sofá, apoyando la cabeza en su hombro para verlo jugar.
-Está bien, ahora voy a ayudarte. Lo siento. - Dijo el topo veinte minutos después.
-Ya está hecho. - Gregory sólo rió.
-Pero, falta algo. - Dejó a un lado el control, dándole un beso rápido en los labios.
-Lo sé, lo sé. Son las esferas, pero no las he bajado, siguen en el ático. - Suspiró. - Creo que lo haré mañana.
-Vamos a hacerlo juntos ahora. - Exclamó, sorprendiendo al inglés. - Me siento mal por no haberte ayudado antes, cuando me lo pediste, así que vamos a pasar tiempo juntos haciendo eso. Voy a ir arriba y los consigo.
Christophe subía por las escaleras para ir por las cajas de esferas, Gregory se dio cuenta de por qué dejaba que las pequeñas cosas se deslicen por él y no le afecte; es porque en el fondo sabe que el francés siempre se preocupa, independientemente de si él puede notarlo en un momento dado. Él lo ama incondicionalmente.
