Capítulo 3

56 13 1
                                    

Observo a mi alrededor para ver si Mark se encuentra en la habitación, pero no hay rastro de él.

Me siento en la orilla de la cama y reflexiono sobre lo que ocurrió ayer, cuando Mark, me dijo esas palabras imborrables para mí: "Princesa". Esa faceta de él, ya la había olvidado.

Escucho a lo lejos la puerta del recibidor abriéndose, pienso rápido y corro al baño para esconderme, aún no sé de qué humor está.

-Rebecca, ¿Dónde estás? – Preguntó en tono tranquilo.

Fingí tirar de la cadena del baño y hacerle frente.

-Hola, Mark – Dije con la cabeza agachada.

-Hey, no agaches la cara, Becca – Dijo en modo cariñoso.

Mi cabeza está dando vueltas, ¿Qué está pasando? Si estuviera drogado ya me hubiera golpeado, esto es raro.

-Lo siento – Y puse mi mejor y fingida sonrisa.

-Becca, por favor, te conozco y sé que tú sonrisa es falsa – Dice como si se fuera a romper en mil pedazos.

Sé que tengo que preguntarle, no puedo mantener mi boca cerrada y la pregunta sale por sí sola.

-Mark, ¿Estás bien? – Pregunte indecisa por su reacción.

- ¿Y porque no lo estaría? Estoy a tu lado – Dice sonriente.

-Lo estás...– Digo dando la media vuelta para marcharme.

-Espera.

- ¿Mande?

- ¿Tendrías una cita conmigo? – Dice inclinando la cabeza.

¿UNA CITA? ¿A CASO ESTA LOCO? ¿DESPUÉS DE TODA ESTA MIERDA, VIENE CON COSAS DE ADOLESCENTES? MI RESPUESTA SERÁ NO.

-Claro, ¿A dónde saldríamos? – Digo sonriente.

PERO QUE ACABO DE HACER, YO SOY LA LOCA, MI RESPUESTA ERA NO, y me escondería en el sótano lo que restaba de la noche.

-Te recojo a las siete – Y con eso se marchó.

MIERDA, no me dijo a donde iremos, si a un puesto de tacos, una cena familiar o una cena para dos en un lugar elegante.

¿Qué me pondré? ¿Por qué me importa tanto? Es Mark, no es nada del otro mundo, ¿Verdad?

¿Vestido rojo, lila, verde o rosa palo? ¿Jeans, camiseta, camisola? Estoy nerviosa, me tiemblan las piernas y las manos. Después de esperar tanto tiempo a su regreso, al fin volvió. Estoy pérdida.

Tres horas después estaba terminando de alisar mi cabello, quiero que esta noche sea perfecta, el vestido rojo largo y planchado, los tacones que me hacen ver más esbelta, sé que dejaré a Mark con la boca abierta.

Toc, Toc.

Oh mierda, es Mark, ¿Qué debo hacer? Creo que debería abrirle la puerta, es lo más lógico.

Me dirijo hasta la puerta del recibidor y la abro, a la que se le cae la baba es a mí.

Mark se ve muy guapo, con su traje azul marino, con corbata negra y muy bien peinado.

-Te ves hermosa – Dice mostrando los dientes de su sonrisa.

-Tú también, Mark – Y me sonrojo.

- ¿Estás lista? – Me pregunta mientras yo tomó mi bolso para salir.

-Lista.

Salimos y antes de abrir la puerta, él la abre, y creo que ya me siento en el cielo.

-Gracias.

-Hoy es tú noche – Responde.

Mientras da la vuelta para subirse, pienso de si es buena idea esta cita, no debí decirle si, apenas ayer me golpeó, fue un poco difícil ocultar el moretón con maquillaje, espero no equivocarme con esto.

-Espero te guste el lugar – Dice un poco nervioso.

Claro, y ayer te gustaba golpearme – pensé.

Y se puso en marcha, tengo miedo de esta cita, rezo porque todo salga bien y no me haga una escena en público.

Qué nos pasó, Mark.


¿Y en donde están mis alas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora