¿Y en donde están mis alas?

Capítulo 13

           

- Te amo – Dijo ella devuelta.

- ¿Quieres intentarlo?

-Desde luego que sí – Sonrío al ver a Mark, tan feliz.

Vemos a lo lejos el parque de diversiones, y como la montaña rusa sobre sale de todos los demás juegos. Tengo miedo, pero haría esto y más cosas por Mark.

Salimos del coche, no sin antes ponernos un suéter ya que el frío te cala hasta los huesos. Mark me toma de la mano y caminamos hacia la entrada del parque:

-Dos entradas, por favor – Dice Mark.

-Claro, son 250 pesos – Le dice el empleado.

Mark le da el dinero y nos ponen una pulsera color azul, y sonrientes nos adentramos a nuestra primera cita.

-¿Y cómo has estado? – Me pregunta Mark.

-Bastante bien, un poco atorada con los trabajos de la Universidad – Le digo riendo.

-Me imagino, la carrera que tomaste es muy difícil – Me dice Mark.

-¿Contadora es difícil? Claro que no – Reímos al unísono - ¿Y cómo te va a ti? – Le preguntó.

-¿A mí? Supongo que bien, lo normal – Me sonríe de oreja a oreja.

Me siento una idiota, pero una gran idiota enamorada, me atrapa su gran personalidad y la forma en la que siempre me mira. Me hace sentir tan especial, como si de verdad fuera una princesa.

-¿A que juego nos subimos primero? – Me dice Mark.

-Supongo que las tacitas giratorias – Le digo tomándolo de la mano y casi arrastrándolo hacia el juego.

Salimos del juego mareados, Mark casi vomita en mi cara:

-Eres un cerdo – Y suelto pequeñas carcajadas.

-¿Qué? ¿Por qué? El vómito no lo puedo controlar, mujer – Me dice tomándome de la mano y dándome un gran beso en la frente.

-Te amo – Volvió a decir ella. No hay respuesta.

Despierto sudando de nuevo, porque estoy soñando este tipo de cosas, estoy recordando cosas que yo ya había olvidado, tantos años.

Miró la hora del reloj y son las cinco de la mañana, es mejor que me levante y comience alistarme para el trabajo, espero que me vaya bien.

Mientras me cambio, el celular que hay en mi bolso comienza a sonar y me quedo paralizada - ¿Quién hablará a ese número? – Camino con lentitud hacia mi bolso y veo el celular "Numero privado":

-¿Quién habla? – Digo mirando hacia la pared.

-Te veo a las diez de la noche en la calle Tajín, se puntual.

-¿Quién eres? – Repito.

-Necesito que vayas sola.

Y cuelgan la llamada.

Esa voz distorsionada me provoca muchos escalofríos, ¿Quién me quiere jugar estás bromas tan pesadas? Mark, no estoy para juegos.

Escucho el claxon de Nate, y salgo de mi ensoñación para dirigirme a trabajar, supongo que no estaré tranquila hasta que no vaya a esa calle tan extraña, ¿Cómo se lo explicaré a Nate?

Subo al coche de Nate y me pongo el cinturón:

-Buenos días, Nate – Le digo sonriendo.

-Hola, Hola Briana – Me dice sonriéndome de igual manera.