Capitulo 12

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Las horas pasan y pasan otra vez, y hoy casi no hay gente en el local, creo que habrá muy poca propina. Espero que la paga que me de Fernando sea buena, ya que de verdad necesito el dinero.

La noche llega tan rápido que ni siquiera la siento, estoy deseosa por salir del trabajo, decido ir a revisar mi bolso, por si no tengo un mensaje. Efectivamente tenía un mensaje: "Te extraño", y ese mensaje me dejo perpleja, a lo que yo conteste:

-"¿Quién eres?" – Escribo de vuelta.

-"No me conoces" – Me contesta así de frío.

-"Deja de mandarme mensajes" – Le digo.

-"Me es imposible".

-"¿Qué quieres de mí?" – Y ya no recibo respuesta alguna.

Decido que es mejor volver al trabajo, y olvidarme de estos dramas, que de verdad no me hace nada bien, si Mark quiere jugar así lo haremos, sólo espero no caer en su trampa.

Al final del día recojo mis cosas en el área de descanso y salgo por la puerta del personal. Siento que la brisa fresca de la noche me pega en la cara y hace que mis pensamientos por fin cesen:

-Briana, ¿Te gustaría salir alguna parte? – Me pregunta Nate de sorpresa.

-¿Perdón? ¿A dónde iríamos a estas horas y yo vestida así? – Le contesto riendo. 

-Conozco un buen lugar, ¿Me acompañas? – Me pregunta.

-Claro, sólo espero no me raptes – Me río suavemente.

-Creo que si te hubiera querido raptar ya lo hubiera hecho antes, ¿No crees? – Me contesta riendo de igual manera.

Estar así con Nate, bromeando, hablando y no enfocándonos en mí, hace que me sienta viva, en paz, como si de verdad estuviera en casa. Él es una persona bastante humana, creo que, si hubiera otra mujer en peligro, la ayudaría de igual manera.

Nos adentramos a su carro, que otra vez no se trabó, y eso ya es bastante raro que la pregunta sale sola de mi boca:

-¿Arreglaste el carro? – Le preguntó a Nate subiendo a este.

-Pensé que jamás lo notarías – Me dice riendo.

-Lo había notado hace días, creo que ya no vas a conquistar mas chicas sin eso – Le contesto.

-Para nada, las conquisto con mi buen humor, y claro la guapura no se queda atrás – Me dice riendo y guiñándome un ojo.

-Arrogante – Le susurró.

-¿Perdón que dijiste? Escucho cosas de mí – Me dice riendo.

-Oh, cállate – Le respondo riendo.

Nos adentramos a la carretera, y nos dejamos maravillar por lo hermoso de Navojoa, tiene grandes paisajes, bonitos lugares que no he visitado y que me encantaría visitar si tan solo tuviera carro.

Lleva Nate media hora conduciendo, y aún no llegamos a nuestro destino:

-¿De verdad no piensas secuestrarme? – Le preguntó medio riendo.

-Ya casi llegamos, te encantara – Y es lo único que me responde.

Llegamos al Río Mayo, que en la noche se ve hermoso, las estrellas y la luna brillan más que otros días. Se puede apreciar la naturaleza, y eso me brinda una paz profunda, creo que se ha convertido en mi lugar favorito:

-¿Te gusta? – Me pregunta Nate devuelta.

-Se ha convertido en mi lugar favorito – Le sonrío.

-Yo siento una gran paz cuando vengo a este lugar – Me dice viendo hacia las estrellas.

-Es lo mismo que yo pienso – Le respondo

Y nos quedamos admirando las estrellas por un gran rato, y sin darnos cuenta ya nos hemos acostado en el pasto que había en el lugar:

-Sabes, hay tantos aspectos de mi vida que nadie sabe – Me dice Nate.

-Ni que decirte, la mayoría de la gente no sabe que tuve un hijo – Le digo haciendo una mueca.

-¿Y dónde se encuentra? – Me pregunta dudoso.

-Murió – Le respondo seco.

-¿Hace cuánto tiempo?

-Hace un año, y todavía duele – Le digo mientras una lágrima solitaria resbala por mi mejilla.

-Rebecca, lo siento mucho – Me dice, aunque yo ya sé que no tiene nada más que decir.

-No lo lamentes, nada es tu culpa – Le sonrío como puedo.

-¿Y cómo era Mark antes? – Me pregunta Nate.

-Él mejor hombre que pude haber conocido alguna vez, era un amor conmigo y nuestro hijo, siempre nos trataba como lo único que le importaba en su vida – Le respondo algo derrotada.

-¿Y cómo pudo volverse así?

-La muerte de nuestro hijo, Toby, le afecto bastante, perdió su trabajo tiempo después, las cuentas nos asfixiaban y tuve que ponerme a trabajar yo, para mantenernos estables – Le digo haciendo muecas

-Si que fueron épocas duras – Resopla.

-Ni que lo digas, Mark decidió refugiarse en el alcohol, aún sabiendo que yo lo necesitaba más que cualquier otra persona en el mundo, más que el alcohol – Le digo derramando más lágrimas.

-No llores, Rebecca – Y me abraza Nate.

-¡YO LO AMO, NATE! SIEMPRE NECESITABA DE ÉL, Y NUNCA ESTUBO AHÍ – Le gritó lastimada.

-Respira – Me dice mientras acaricia mi cabello.
Es sólo que, las cosas cambiaron tanto que jamás me había sentido tan sola y vacía – Le respondo.

Nos quedamos abrazados menos de cinco minutos y decido quitarlo con cariño, de verdad no quiero que esto lo malinterprete. Quiero tanto a Nate, que es mejor guardar ese cariño para cuando sea apropiado:

-¿Quieres marcharte? – Me pregunta Nate.

-Sólo un rato más – Le pido.

Nos quedamos media hora más, hasta que yo bostezo y decidimos mejor irnos, ya que mañana trabajamos. Nos subimos al carro y manejamos, y no tarde en dormirme en su carro.

**1 hora después**

-Briana, despierta – Me dice Nate.

- ¿Dónde estamos? – Le pregunto aun con sueño.

-Acabamos de llegar a tu casa – Me dice riendo entre dientes.

-Aún tengo sueño – Le digo.

-Me imagino – Me dice.

Nate me acompaña hasta la puerta de mi casa y lo despido con un beso en la mejilla, como todo el tiempo, cierro la puerta de mi casa y escuchó como el carro arranca y se aleja.

Me quitó la bolsa, los zapatos, la blusa y las dejo tiradas por doquier, necesito dormir mucho, me siento demasiado cansada. Me tiró a mi cama y el Dios de los sueños me atrapa en segundos.

-Te amo – Dijo él.

-Qué nos pasó, Mark.








NOTA DE LA AUTORA:

Fin del mini maratón, gracias a quienes leyeron hasta acá, por sus comentarios, votos y el apoyo que recibo de ustedes. De antemano los invito a seguir esta novela que los dejara con la boca abierta, los quiero<3

-Patricia :3

¿Y en donde están mis alas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora